miércoles, 5 de febrero de 2014

PROSPERIDAD



PERSERVERANDO EN LA FE 01
PROSPERIDAD
Iniciaré esta catequesis con una afirmación y con una pregunta. Todos quieren ser prósperos, esta es la afirmación, y es así porque nadie quiere ser pobre.
  





La pregunta,  ¿Que es la prosperidad?  Hay una respuesta, es mejorar y enriquecerse. Y esto es lo que persigue el ser humano, porque creo que nadie quiere o le gustaría quedarse estancado.
Menciono tres nombres de personas que son prosperas a nivel mundial, uno de ellos el Señor Carlos Slim, de origen mexicano, empresario, en pocas palabras millonario y seguramente habrás oído hablar de el.
Bill Gates, otro famoso, nada más y nada menos del emporio Microsoft, de origen estadunidense, millonario, persona próspero.
Amancio Ortega, español, magnate de la industria textil, millonario y próspero. No menciono más porque estos tres ocupan los primeros lugares del rating de millonarios.
¿Quieres ser tú como ellos?
Indudablemente todos queremos ser prósperos, todos queremos mejorar y todos queremos ser millonarios, tu respuesta sin duda es Si quiero ser como ellos. Siendo así, te invito a que leas la historia de cada uno de los mencionados y analices tu conducta con respecto a la de ellos.
Otra afirmación, es, tu eres hijo de Dios y por lo tanto estas llamado para mejorar, para ser próspero en tu vida.







Para ello, te invito a que tomes tu biblia, busca el libro del Deuteronomio, capitulo 28 versículos del 11 al 12. Lee con atención lo que el Señor le dice a sus hijos,  lo que le dice a su pueblo, porque el Señor es el padre del pueblo santo y estos lo conforman sus hijos.
Y dice la palabra del Señor:
Abrirá el Señor para ti su buen tesoro, los cielos, para dar lluvia a su tierra a su tiempo y para bendecir toda la obra de tu mano; tú prestarás a muchas naciones, pero no tomarás prestado. Y te pondrá el Señor a la cabeza  y no a la cola, sólo estarás encima y nunca estarás debajo, si escuchas los mandamientos del Señor tu Dios que te ordeno hoy, para que los guardes cuidadosamente;…
El Señor te bendecirá, te hará cabeza, bendecirá tu trabajo y esto será siempre y cuando guardes sus mandamientos.







Ciertamente muchos rechazan la teología de la prosperidad y otros rechazan la teología de la pobreza, ambos rechazos tienen su razón de ser, porque los que son fanáticos de la teología de la prosperidad, se olvidan de lo fundamental y les pasa como le pasó a Lázaro y el rico, Si has leído la parábola, sabes muy bien lo que sucedió con el rico.
Los que son fanáticos de la pobreza, nunca salen de la misma y viven todo el tiempo de una manera indigna, no quiero decir con esto que los pobres son indignos, lo explicaré más adelante. La Clave de la prosperidad está en el trabajo, porque Dios bendice las obras de las manos de su pueblo.
El dará a la tierra la lluvia a su tiempo, lluvia temprana y lluvia tardía, para que recojas tu grano, tu mosto y tu aceite.
Cuando lees las sagradas escrituras y profundizas sobre la vida del pueblo de Israel encuentras sentido a este texto bíblico, recordemos que el pueblo de Dios fue esclavo del pueblo de Egipto por mucho tiempo, pero en cuanto Dios los liberó les dio lo que la escritura dice, lluvia, a su debido tiempo, porque el tiempo es de Dios, no del hombre. Y fue así como el pueblo de Israel durante su peregrinaje por  el desierto no le hizo falta nada, tuvo alimento,  abrigo, protección, cosechó frutos de la tierra y aprendieron con su trabajo a sobrevivir ante ciertas situaciones incomodas. Por si fuera poco era un pueblo rico, que llevaba consigo riqueza, recuerda que fueron capaces de edificarse una estatua de oro, porque el  Señor los sacó ricos de Egipto, la riqueza de ese entonces también se media por la cantidad de animales que se tuvieran.
Ponle atención a ello, el Señor no los sacó pobres, llevaban  oro, plata, animales de carga y animales  proveedores de alimento y materia prima. Cuando se sentían agobiados por el calor del desierto, no les faltó agua, cuando tuvieron hambre no les faltó el alimento y aun así era un pueblo que por su forma de trabajar la tierra, era un pueblo que caminaba hacia la prosperidad, porque Dios no hace a sus hijos pobres, es el hombre el que se hace pobre.

Dios creador de todo cuanto existe cumple sus promesas a cabalidad, y cumplió con el profeta Elías con  todo cuanto le había dicho, quizás recuerdes cuando le dice a Elías que se muestre con Acab para ofrecerle la lluvia. La lluvia en la sagrada escritura tiene un significado importante y significa a la vez abundancia y prosperidad. También significa renovación.
El pueblo de Israel, el pueblo elegido por Dios, es  y a sido un pueblo prospero, a pesar de todas las vicisitudes por las que pasó, hoy por hoy cuando se posa la mirada en este pueblo, nos damos cuenta de su inmensa riqueza. Ciertamente hay pobreza, como en todos los países del mundo, pero esto es cosa aparte y lo veremos más adelante. Dios no quiere que sus hijos sean pobres, así que los predican la teología de la pobreza podríamos decir que están equivocados y los que predican la teología de la prosperidad, también, porque mientras unos se hacen pobres, otros se enriquecen, y mientras que otros se enriquecen hacen pobres a los demás, la verdadera prosperidad viene de parte del Señor, pero no solo en el sentido monetario si no que en muchos sentidos.
Recuerda que la prosperidad no viene de un día de para otro, salvo que hayas nacido en cuna de oro, o bien hayas ganado la lotería, de una u otra manera, Dios envía la lluvia de prosperidad tarde o temprano y es para todos  y, es justo en ese momento donde se debe de aprovechar la bendición de Dios.
Hablar de Israel el pueblo de Dios en la antigüedad es hablar de prosperidad hoy en día, veamos algo sobre la promesa de Dios a su pueblo y que hoy por hoy se cumplió y se sigue cumpliendo:
De pueblo nómada se convirtió en Estado. De esclavos y dominados durante mucho tiempo hoy son un pueblo soberano. Israel es el único estado judío del mundo. Su capital es Jerusalén a quien Dios prometió engrandecerla. Actualmente mantiene relaciones diplomáticas con 161 países. Es considerado como el país más avanzado del sudoeste de Asia en el desarrollo económico e industrial. Tiene el segundo mayor numero de compañías starup en el mundo y el mayor numero de empresas que cotizan en la bolsa de Nasdaq fuera  de América del Norte. Israel es líder mundial en la conservación del agua y la energía geotérmica y su desarrollo de tecnologías de vanguardia en software, comunicaciones y las ciencias de la vida.
Y paro de contar todo lo que Dios ha hecho por su pueblo, es por ello que me atrevo a decir que cuando Dios dijo: Y HARÉ DE ELLOS Y DE LOS ALREDEDORES DE MI COLLADO UNA BENDICION… te digo, simplemente y sencillamente se ha cumplido.
Todos los que somos cristianos de una u otra manera debemos estar involucrados en la historia de Israel, porque es ahí donde nace y tiene su cuna el Salvador del mundo. La biblia misma nos enseña sobre la historia de este pueblo, que podemos decir que empieza su historia con Abraham hasta llegar a Jacob, a quien Dios le cambia el nombre por el nombre de Israel  para seguir cumpliendo la promesa hecha a Abraham, quien dejó su tierra para seguir la voz del que le habló. Entonces podemos deducir con lo expuesto hasta el momento y conociendo un poco de la historia de Israel que fue hecho un pueblo prospero, que las promesas de Dios no han sido vanas, porque ciertamente Israel abunda en bienes, en crecimiento demográfico, en frutos de la tierra y ganado, porque el Señor juró que así sería, de esto que no quepa la menor duda. Así que teología de la pobreza se viene abajo, y la teología de la prosperidad también la podemos echar abajo, porque en el cristianismo ambas se tienen que dar en los hijos de Dios. Te digo algo más, hoy por hoy, no solo Israel es el pueblo elegido por Dios, ellos fueron la base, hoy por hoy el pueblo elegido de Dios y para quienes está reservado el fruto eterno de la abundancia y la vida eterna, es el pueblo llamado Iglesia, el nuevo pueblo de Israel, fundado por el Hijo de Dios, Jesús.
Y las promesas de prosperidad se seguirán cumpliendo en muchos aspectos, porque no solo entra en la prosperidad lo material y terrenal sino que también se suma lo espiritual. Así que ni seas pobre que te mueras, ni rico que tengas el mismo destino, lo explico a continuación.
El hombre por su propia naturaleza es impaciente y más en esta era moderna, donde todo se maneja a velocidades rápidas, por ello los restaurantes llamados de comida rápida tienen éxito, la tecnología en computación para enviar datos es súper rápida si la comparamos con otros medios de antaño. Tan involucrados estamos en este fenómeno de la comunicación rápida que deseamos también hacer dinero rápido. Por ello los empresarios se las ingenian para sacarles el dinero rápido de los bolsillos a los potenciales consumidores.
Otro fenómeno es que el hombre ha marcado eras, y cada era trae consigo el bienestar de las familias, es lo que nos quieren hacer pensar, la era industrial, la era atómica, la era tecnológica etc. Y en cada era existente o marcada por el ser humano, se busca la prosperidad individual o familiar, pero difícilmente la comunitaria. La rapidez de comunicación, de movilización etc., nos hace pensar que Dios tarda mucho cuando se le piden las cosas, queremos que Dios actúe de inmediato, que le de respuesta de inmediato al correo electrónico que le enviamos, que conteste nuestras oraciones de inmediato, si no, pensamos que no hay Dios. Muchos, pienso, piensan que Dios esta al servicio del hombre, y no el hombre al servicio de Dios.
Olvidan con prontitud algo muy importante que el dará su lluvia de gracia a su tiempo, al tiempo de él, esta puede ser temprana o tardía, sea cual fuere el tiempo, te aseguro que recogerás el fruto y la abundancia necesaria en el tiempo justo para Dios, que será tu tiempo justo.
Pero, junto a la bendición de lluvias de gracia que el Señor da, es imperativo que tú trabajes, para lograr tu bienestar, empezar a sembrar tu prosperidad. Todo trabajo es digno, y hace prosperar al individuo de cierta manera. El pueblo de Israel recibió su lluvia de gracia justo en el momento y para ello tuvieron que pasar 400 años, y te digo, en todo ese tiempo muchos perdieron la fe, otros la mantuvieron, unos se hicieron aliados de los egipcios, otros trabajaron, pero la verdadera prosperidad les vino hasta que apareció Moisés. Entonces quizás me dirás que no había que trabajar en ese tiempo porque de todas maneras no se iba a prosperar, pues bien, te digo, esta fue una prueba para el pueblo de Dios, una prueba dura que duró 400 años de esclavitud, muchos murieron, y hubo cambio de generación, pero para entender esto, es necesario el saber el porque cayeron en manos de los egipcios. Pero ese es otro tema, lo que quiero dar a entender es que la lluvia de gracia de Dios, se da en el momento justo.
Hoy puedes estar esclavo de muchas cosas, pero si trabajas, si clamas a Dios te digo, el te responderá en su momento y serás prospero, no solo en la economía, si no que también en lo espiritual que es el ramo que le interesa a Dios, por ello el hijo fue claro al decir, trabajad por el reino de Dios y lo demás vendrá por añadidura. ¿Que padre le daría a su hijo que le pide pan una piedra? Salomón fue un hombre prospero, lo mismo que Abraham y otros muchos que podría mencionar y el hecho de que Jesús haya nacido en un pesebre no quita el que los hijos de Dios están llamados a ser prósperos.
Trabaja para el reino de Dios, y lo demás te vendrá por si solo. Trabaja con ahínco en lo tuyo y con fe en el Señor y moverás montañas. Te digo, de empleado puedes pasar a ser auto empleado, después en una  persona emprendedora y más adelante ¿por que no? En inversionista, Dios quiere tu libertad financiera, pero también quiere tu libertad total, que no seas esclavo de vicios, y de todo pecado, porque para ello mandó a su hijo, para que seas libre. Dios te dio inteligencia y simple, la tienes que utilizar. Te digo, Dios quiere lo mejor para ti en todo sentido, pero tu, tienes que ser parte fundamental he importante, tienes que poner todo lo necesario, tu tiempo, tu razón, tu lógica, tus estudios, tu trabajo etc. Para mejorar, tú como hijo, tienes que superar a tus padres, ser mejor que ellos y enseñar y educar a tus hijos para que ellos te superen a ti. Fe y prosperidad pueden ir muy bien de la mano, pero si solo eres un soñador, un haragán, un bueno para nada, la prosperidad nunca te tocara, y Dios te digo, no te dará su lluvia de gracia.

Uno de los peores errores en que puede incurrir una persona prospera es pensar que todo lo que tiene lo ha logrado gracias y únicamente a su esfuerzo. Se le olvida que es Dios quien le ha bendecido de una u otra manera, que es Dios el que les ha dado el don de la vida, de la inteligencia, las herramientas necesarias que Dios ha dispuesto para salir avante.
Otro error garrafal es volverse una persona avara cuando las bendiciones económicas han tocado a su puerta, Jesús  ejemplifico ello en la parábola del rico y Lázaro, también en el hombre que guardó para sí todas las riquezas. Jesús en ningún momento atacó  al hombre rico, pero demostró la avaricia de ellos. Cosa que es pecado capital.
Ponte a pensar, si te ganas la lotería, si logras escalar puestos directivos, si te va bien en un negocio, si de la noche a la mañana tu proyecto funciona como le ha pasado a muchos, tenemos el ejemplo de los creadores de facebook, de watsap, y paremos de contar, serías de la noche a  la mañana una persona prospera económicamente, y más si te haces presidente de la república. Todo está muy bien, pero si así pasara, también se acercarían a ti, personas que no tienen ni parte ni herencia, los familiares, los amigos, los compañeros de trabajo, los amigos de la infancia y juventud, las mujeres, todos ellos, incluyendo a la viuda de la familia, el huérfano de la familia en fin, paremos de contar, serían muchas personas, quizás primos lejanos, familiares que nunca conociste, pero al saber de tu prosperidad económica te buscarían, unos por interés, otros por que realmente son pobres y necesitan de la mano que hoy sería rica en monedas.  ¿Que harías? Muchos se acercarían para proponerte negocios, para proponerte inversiones, los banqueros serian tus amigos mientras sueltas la plata, los candidatos a puestos públicos también lo harían, la mujer que nunca te vio con buenos ojos de la noche a la mañana te vería de otra manera. ¿Que harías?
La pobreza aleja aun a los amigos, la riqueza te diría tiene muchos padrinos, y tendrías muchos amigos, podrías comprar lo que siempre soñaste, comer en los mejores restaurantes, los mejores lugares para pasear, la mejor ropa, un buen automóvil, en fin paremos de contar. Indudablemente te llenarías de fama y poder. Imagínate un cambio total. Cierto que algunos han tenido un cambio total en sus vidas, unos temprano, otros tarde y otros a tiempo. La pregunta es ¿Qué harías?
El secreto para contestar a la pregunta es fácil, que los pobres, los huérfanos, las viudas y todo aquel que realmente este necesitado coma de tu mano, que se sacien, para que el Señor tu Dios te bendiga en toda obra que tu mano haga. Porque si El te dio o da, es menester dar un poco de lo mucho. Y te digo, en ello te va la prosperidad.
Sé por experiencia, que cuando das de lo que tienes y aun de lo que no te sobra, el Señor más temprano que tarde devuelve lo dado con un poco más. Los escritores bíblicos han dejado testimonio de ello y la historia de los hijos de Dios a través de los siglos sigue dejando testimonio por escrito y otros medios de fácil acceso de las maravillas, grandezas que el Señor hace en sus vidas o ha hecho.
Quizás hoy no te toca la prosperidad, porque el Señor sabe el porque, pero si te ha tocado, tu sabes muy bien lo que tienes que hacer. Recuerda algo elemental, siempre y mientras el ser humano dure sobre la faz de la tierra, habrá pobres por miles y así mismo habrá ricos, que serán los menos.
Hay pobres, porque algunos han elegido ese estilo de vida, otros porque no han sabido buscarse las oportunidades o no aprovechan  las que se les han presentado, otros porque los ricos han abusado de tal manera que son dueños absolutos de la riqueza, otros porque la calamidad ha tocado a sus puertas en forma diversa, pero te digo, esto no es excusa, porque los hijos de Dios están llamados a la prosperidad y así como Job, que lo tenia todo, era inmensamente rico, cuando la calamidad lo toco, se supo asir de la mano del  Señor, tener fe en el Señor y el resultado tu lo conoces. Lázaro, el que no podía comer ni de las migajas que caían de la mesa del rico, fue inmensamente prospero porque le fue dado el Reino de Dios, la Vida eterna que también es una prosperidad por la que debes trabajar, Dios ya dio la herramienta necesaria en Jesús su hijo, ahora te toca a ti. Busca primero las cosas del Reino del cielo y no seas como el joven rico que no pudo seguir a Jesús para su prosperidad eterna.

Otro error de los que aun no logran la prosperidad es pensar y creer que nacieron pobres y pobres morirán, que solo necesitan el pan de hoy, se les ha olvidado que Dios ha hecho al hombre administrador de los bienes terrenales, que el hombre es el señor de las bestias, de las aves, etc. Piensan muchos, que Dios quiere un destino de pobreza para ellos, pero no es así, porque sí así fuera, entonces el pueblo de Israel sería el pueblo más miserable en la faz de la tierra.
Te digo, Dios te ha dado un poder infinito y este poder infinito es la inteligencia, las aptitudes  natas o aprendidas a los largo de tu vida y lo único que tienes que haces es trabajar en ello, eso sí, contando y teniendo presente todo el tiempo que es Dios quien  te da la oportunidad.
A muchos, Dios les ha abierto puertas, les ha dado oportunidades, muchos las desperdician. Lamentado toda su vida, ejemplo, el pueblo de Israel perdió la oportunidad de llegar a la tierra prometida, porque perdieron la fe y se entregaron a la bacanal de placeres, fueron otros los que aprovecharon la oportunidad, es decir, una nueva generación. Muchos murieron en el camino por su falta de fe, por la falta de no saber aprovechar la oportunidad que tenían frente a si.
Si tú estas bien, no te olvides de Dios, si tú  estas mal, no le eches la culpa a Dios, al fin y al cabo el hombre es el labrador de su propio destino. David no pudo construir un templo a Dios, perdió su oportunidad. Judas no logró la vida eterna, perdió su oportunidad. Muchos han perdido su oportunidad y hoy por hoy lo lamentan, y hasta se olvidan de ser cristianos.
Se olvidan de alegrarse y regocijarse por lo que Dios da, inteligencia, sabiduría, salud, manos, pies,  personas que apoyan etc. Se olvidan que Él da la lluvia de gracia y que esta es para todos, para el que quiera aprovecharla, porque Dios te digo, nunca te ha negado su lluvia de gracia, ya sea temprana, a tiempo o tardía según tu tiempo, pero lo que si te digo, es que no esperes milagros bajar del cielo, eres inteligente, aprovecha ese don, eres sabio, aprovecha ese don, tal y como lo hizo el Rey Salomón, tienes salud, aprovéchala, tienes manos y pies aprovéchalo y si no es así, toma ejemplo de muchos discapacitados que han sabido aprovechar los otros dones que Dios les ha dado. No te quejes y se prospero, porque te digo, Dios no quiere ni desea que sus hijos sean pobres.
Sobre las parábolas mencionadas con anterioridad , da la impresión de que la riqueza es pecado, porque el mismo Jesús dijo, es más fácil que el camello pase por el ojo de una aguja que el rico al reino de los cielos, da la impresión de que es un llamado a la pobreza, como cuando el joven rico no quiso vender sus bienes y repartirlo entre los pobres. No está indicando pobreza en absoluto, si no más bien está poniendo a prueba al joven, y aclara donde está el corazón de este.
El peligro de la gente que prospera es que endurece su corazón y se olvida de la caridad, se olvida de los pobres, es ello lo que Dios condena, por ello la palabra de Dios es clara cuando dice: Con generosidad darás, y no te dolerá el corazón cuando des, ya que el Señor tu Dios te bendecirá por esto en todo tu trabajo y en todo lo que emprendas.
No olvidemos que Dios también vela por los pobres, por medio de los ricos, ellos vienen a ser por así decirlo, instrumentos de Dios para repartir bendiciones. Y tú si hoy eres una persona prospera, pues con justa razón tendrías que dar de lo mucho que Dios te da.
No lo guardes para ti solamente, y aun, si quieres ganar bendiciones porque Dios no miente, aun en tu pobreza si lo eres, comparte de lo que tienes con el pobre o el que es más pobre que tu, porque te digo, aun los hijos de la calle, los que no tienen nada, los que no tienen donde recostar su cabeza, donde no tienen abrigo, hay quienes tienen más, quizás un mendrugo de pan y aun así te aseguro que si lo reparten, entre el que no tiene nada, este ganará bendiciones en esta vida y en la otra.
Por cierto, te recomiendo que leas un libro o veas la película que lleva el mismo nombre que se llama dialogando con Dios, así entenderás un poco más lo que quiero decir. Y te advierto, si llega la prosperidad a tu vida, nunca, pero nunca te olvides de los pobres, porque Dios te lo demandará, hasta me atrevo a decir, que los pobres están para prueba de los que tienen,
Si eres pobre, no te quedes en ello, lucha según las normas y leyes de Dios para salir de ello e imponte a ti mismo avanzar día con día, semana a semana, mes a mes, año con año, hazlo poniendo tu fe en Dios y en ti mismo, porque todo es posible cuando se tiene fe, y es más, te digo, la prosperidad también tiene que ver con la fe. Y mientras perseveres en la fe, notaras los resultados.
Cuando el señor dijo que el hombre se hiciera señor de todas las cosas terrenales, lo dijo a manera de que el hombre pudiera administrar los bienes terrenales y de esa manera poder sobrevivir, tanto en el alimento, vivienda, salud, vestido etc. Pero el hombre a través de la historia ha hecho todo lo contrario, se ha esclavizado de tal manera que hoy por hoy vive para depredar el planeta en que vive, el rico buscando la manera de hacerse más rico y empobrecer a los pobres cada día más. Las formas de esclavitud han cambiado y hoy  se esclaviza al hombre por medios económicos.
El hombre en su afán de riqueza no le importa destruir su hábitat y es por ello que hoy la tierra está sufriendo. Los cambios climáticos se acentúan pero al hombre no le importa mientras sus arcas se sigan llenando de dinero, el rico domina a los pobres, les procura salarios bajos, horarios de trabajo extenuantes, en muchos casos condiciones de trabajo infrahumanas, prestaciones laborales muy pocas, atención medica en muchos de los casos nula. Si un trabajador se enferma casi obligado el despedido. El rico ha endurecido su corazón y busca monopolizar de una u otra manera toda la productividad de un país. Mientras más empresas tenga mejor. Esto en cierta forma no es malo, el mal está en su proceder, el dominar al pobre, para explotarlo. La bendición de Dios, la está mal utilizando. El deudor es esclavo del acreedor. Deudores hay muchos, porque en su pobreza, lo único viable es el endeudarse.
Según la teoría de la prosperidad, no deberían de haber pobres, por lo tanto esta teología fracasa, por una sencilla razón, el ser humano no actúa como lo hacia la iglesia primitiva, donde todos ponían en común todos los bienes. Hoy es al contrario, sin un pobre prospera, cambia su mentalidad y hace lo que todos hacen,  dominar a los que están por debajo. Por ello lo malo de la riqueza estriba en la dureza del corazón de quien prospera. Quizás por ello el Señor no permite tu prosperidad, porque conoce tu corazón. Y prefiere que ganes la vida eterna y no la muerte eterna.
Lo que si te digo es que ambas teorías, la de prosperidad y la de la pobreza, son equivocadas, primero porque prospera el que quiere serlo, buscará las maneras adecuadas y legales de hacerlo, tendrá fe en los proyectos que emprenda, segundo, el que es pobre lo será porque quiere serlo y maldecirá a Dios todo el tiempo, no dándose cuenta que el mismo individuo es causa de ello, tercero,  pobres siempre habrán y ricos también. Pero te digo, Dios no quiere que tu seas pobre, el quiere que tu seas una persona prospera en la salud, lo económico y el amor aunque no lo creas.
Es por ello que te insto a que procures en la medida de lo posible en ser una persona prospera.  Estudia, trabaja, inventa, proyecta, lee libros motivacionales, inscríbete en cursos de manualidades, talleres, actualiza tus conocimientos, pon tu propio negocio etc.  En fin, has todo lo posible por salir de la pobreza en que te encuentras y tu rico, busca a Dios tu creador y actúa conforme a su voluntad para que los días sobre la faz  de la tierra se alarguen para tu persona.
A veces puede suceder que, trabajes, estudies, estés bien preparado, inviertas en tu negocio etc., pero la prosperidad no toca a tu puerta, quizás se deba a lo siguiente:
No sabes pedir como conviene, porque a veces cuando se pide, se pide de una forma desordenada, o caprichosamente, no lo olvides, Dios sabe como, cuando y donde.
Dice San Pablo que no sabemos orar como nos conviene, solo el Espíritu Santo clama, desde dentro de nosotros con gemidos inefables.
Dios conoce tu corazón y sabe muy bien lo que mejor te conviene, tú probablemente no lo sepas.
Alguien contaba una vez:
Pedí fuerza y Dios me dio dificultades para hacerme fuerte.
Pedí sabiduría y Dios me dio problemas para resolver.
Pedí prosperidad y Dios me dio cerebro y músculos para trabajar.
Pedí valor y Dios me dio obstáculos para superar.
Pedí amor y Dios me dio personas con problemas a las cuales ayudar.
Pedí favores y Dios me dio oportunidades
Yo no recibí nada de lo que pedí.
Pero he recibido todo lo que necesitaba.

Indudablemente que lo anterior llama a la reflexión, y puedo ampliar diciendo que a pesar de que el personaje dijo que no recibió nada lo recibió todo. Porque Dios le dio fuerza, sabiduría, prosperidad, valor, amor, y tiene razón el personaje cuando dice que recibió lo que necesitaba.
Ponle atención que cuando pidió prosperidad, Dios lo doto de, inteligencia, cuerpo, manos y pies para poder salir adelante y no olvidemos el ingrediente principal, que es la fe. Porque cuando se ora con fe, Dios responde y si le dices a una montaña muévete la montaña se moverá.  Recuerda que Jesús está con cada uno de nosotros hasta el fin del mundo. Y si crees esto, trabaja para el reino de Dios y lo demás vendrá por añadidura.
Ten fe, porque el Señor te dará justo a tiempo lo que necesitas para prosperar, todo está en que tú  disciernas para  aprovechar la oportunidad que se presente, estés atento para verla, y te digo, te bendecirá grandemente  para que tu recojas la cosecha, tu grano, tu mosto, tu aceite.
Pero no te quedes parado, estancado, sentado, dormido, ponte en marcha, cualquier proyecto que pongas en las manos del Señor y con fe en Él te dará resultado. No escuches a los pesimistas, a lo negativos, a los que siempre ponen peros, y si una persona te dice que no, otros te dirán que si, que vayas para adelante. Si quieres poner una tienda, unos te dirán hay muchas, están cerca, eso no da para vivir, esas personas son negativas, las verdaderas personas te dirán, ponla, estudia, ubica un buen punto, pide crédito, empieza con poco etc.
Si das el primer paso con fe en el Señor, te digo, no saldrás defraudado, al contrario, con animo, esperanza, perseverancia y sobre todo sirviendo al Señor sea cual fuere tu estado de vida, todo saldrá de acuerdo a la voluntad del Señor, porque te repito, el no quiere que sus hijos sean pobres. Te recuerdo, que el pueblo de Israel no abandonó Egipto siendo un pueblo pobre, llevaban oro, plata, animales etc. Si no ¿Cómo pudieron hacerse de un becerro de oro? Y si tu ves hoy en día al pueblo de Dios Israel es un pueblo prospero, además te digo, el que quiere ser pobre lo será, porque la vida te presenta en el transcurrir de la vida, más de alguna oportunidad de salir adelante y legalmente.
Cuando estés en el camino de la prosperidad, no olvides la humildad, la mansedumbre,  no vaya a ser que se cumpla en ti la palabra que dice: es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico al reino de los cielos. ¡Animo! Que si tú pones todo de tu parte, y si tienes la fe suficiente, prosperás. Porque el Señor quiere lo mejor para ti, y no te quiere esclavizado a doctrinas de prosperidad o pobreza, te quiere libre, repito, El Señor tu Dios te bendecirá como lo ha prometido, porque eres hijo suyo. ¿Lo crees? Entonces mano a la obra y saca tus proyectos, no los dejes engavetados, no engavetes tus sueños, hazlos realidad. Trabaja para el reino y verás como lo demás te vendrá por añadidura, esta es una promesa del Señor y el Señor la cumplirá. Las aves del campo comen, las flores del campo visten los mejores colores ¿cuanto más hará el Señor por uno de sus hijos? Además ningún hijo que le pida a su padre un pan recibirá una piedra o si le pide carne le dará una serpiente, Dios que todo lo ve y escucha sabe muy bien de tus necesidades, pero eso sí, empieza a trabajar para ello y no seas pesimista, o esperes que el trabajo, y el maná te caigan del cielo.
Reforcemos lo dicho en base a lo que dice el diccionario de Liturgia De Sartore A.M. Triacca. En cualquier diccionario de lengua castellana uno de los primeros significados del termino prosperidad es el de invocar a favor de alguna persona o cosa la protección divina, en ocasiones a través de un intermediario. Se trata, pues, de una relación-comunicación que implica al menos dos modalidades en la acción. Se da ante todo un tipo de intervención que intenta al menos el hombre realizar dentro o fuera de los cánones rituales sobre personas, animales o cosas en virtud de un poder positivo o bien negativo que procede en el de su particular investidura y posición…, o por los medios que utiliza…, o por su recurso al orden de lo divino para que su acto… llegue a ser eficaz. Pero se da también un tipo de intervención que parte del orden divino, capaz de determinar condiciones de prosperidad en el hombre o en el grupo humano mediante una acción gratuita de dicho orden divino, es decir, como consecuencia del comportamiento humano valorado desde la perspectiva de las observancias rituales y éticas. Tanto una como otra forma de intervención implica una certeza, que la realidad humana, y hasta creatural, pueden modificarse- positiva o negativamente- en virtud de un poder sobre esa misma realidad. El que bendice –escribe De Nola- considera posible realizar una modificación en el estado de la realidad, adecuándolo a las propias exigencias y deseos.
Me enfoco más que todo en el orden de que lo humano y lo divino hacen posible que tu puedas ser una persona prospera. Salvo ciertas decisiones de parte del Creador, la prosperidad te llegará de la nada, por ejemplo una herencia, pero esta se acabará si no la haces producir, recuerda la parábola de los talentos. Pide y bendícete a ti mismo para ser una persona prospera, la bendición de tus padres, la bendición del sacerdote y de los hermanos de la comunidad, en fin, recuerda que las muchas bendiciones narradas en la sagrada escritura, hablan de prosperidad, pero, repito, todo debe de hacerse dentro de la norma y de acuerdo a la voluntad de Dios, el cual está escrito desde el comienzo del hombre en la tierra, la cual la ha de trabajar con el sudor de su frente.
Si realmente quieres ser una persona prospera, haz lo que el Señor dice, empieza por dar el primer paso y te aseguro porque el Señor lo dice en su palabra: Pues el Señor tu Dios te bendecirá como te ha prometido, tu prestarás a muchas naciones, pero tu no tomarás prestado, y tendrás dominio sobre muchas naciones, pero ellas no tendrán dominio sobre ti.
Amen
Luis Mayorga

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