viernes, 30 de julio de 2010

¿QUIEN ES TU DIOS?


¿Quién es tu Dios? ¿A que Dios amas? ¿Estás segur@ de tu respuesta?, después de leer esta catequesis te digo, NO PENSARÁS LO MISMO.

Bienvenid@ hn@ a esta nueva catequesis, que el Señor en su infinita misericordia te permite abrir el ordenador y alimentarte con su palabra. No tengas la menor duda que la acción del Espíritu Santo te impulsa a leer esta catequesis, o te lleva a este sitio para el mismo propósito.

Tú necesitas comer, vestir, trasladarte de un lugar a otro, alimentar a tus hijos, mantener tus servicios como agua potable, energía eléctrica, teléfono. Necesitas un lugar donde vivir día con día llamada casa, esta algunas veces necesita pequeñas reparaciones, en fin tú sabrás que necesitas. Pero, todo ello tiene un costo y se paga con ¡DINERO!

¿Cuánto dinero necesitas para cubrir tus necesidades? ¿Y que haces para obtener el dinero? Tú sabes lo que haces. ¿Y Dios que te da? Digamos que salud y vida, pero ¿de que te sirve si no tienes para comer? Él no viene y te sirve la mesa, en cambio con dinero puedes pagar quien te sirva la mesa. El no viene y te lleva en sus brazos al súper, pero con tu dinero cargas gasolina a tu vehículo y llegas al súper. Así te puedo poner miles de ejemplos donde te puedo demostrar que con dinero puedes hacer muchas cosas y quizás hasta lo inimaginable.

Pero veamos esto a la luz de la palabra y la lectura de hoy está en el evangelio de San Lucas capítulo 12 versículos del 16 al 21

Les dijo una parábola: Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre sí, diciendo: ¿Qué haré, pues no tengo dónde almacenar mi cosecha? Y dijo: voy a hacer esto: voy a demoler mis graneros, edificaré otros más grandes, reuniré allí todo mi trigo y mis bienes y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea. Pero Dios le dijo: ¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán? Así es el que atesora riquezas para sí y no se enriquece en orden a Dios. (Palabra de Dios)

¿Cuántas clases de tentaciones hay? Probablemente hagas un buen listado, pero las pondremos en 2 grupos. En el primer grupo estaría el sufrimiento, este pone a prueba el corazón, y muestra como la paciencia hace salir a la luz su verdadera naturaleza. Es decir que ante el sufrimiento, la persona se muestra tal cual es.

En el segundo grupo estaría la felicidad porque esta puede volverse piedra de toque. Y aunque no lo creas sucede con frecuencia. Muchas personas se dejan cegar por el éxito para muestras tienes a los artistas del cine y televisión, cantantes, deportistas y tu a cada momento te enteras de sus escándalos, se dejaron cegar por el éxito. Así que en estos dos grupos, el sufrimiento y la felicidad conllevan a que es difícil permanecer sereno ante estas dos situaciones.

El sufrimiento puede hacer que las personas renieguen de Dios, la perdida de un ser amado por situaciones violentas, la pobreza, el ver a los hijos metidos en el alcoholismo, las drogas etc., pueden que se pregunten ¿Dónde está Dios? Y te digo, la parusía o segunda venida de Jesús ¿Cuántos crees que creen en ello? Y los que están felices porque todo en la vida les sale bien, ¿se acuerdan de Dios? Poco a poco lo van olvidando.

Entonces ante esta clase de tentaciones, es fácil poner la vista en otro Dios. Ante el sufrimiento podemos ver que sucedió con Job. Él se vió seriamente atacado por Satanás, Job lo tenía todo y de la noche a la mañana se queda sin nada y Job hasta llegó a maldecir el día en que nació, pero en medio de su sufrimiento encuentra la tranquilidad, superó la prueba a la que fue sometido y venció la tentación de dejar de creer en Dios.

Pero veamos la otra tentación, la de la felicidad, para ello repasa la lectura del evangelio que hemos leído anteriormente. El hombre de la parábola tenía muchos bienes y sabía que aún tendría mucho más, tanto así que su espíritu se siente intranquilo porque no sabe que hacer con tanta riqueza. Recuerda que tu riqueza es todo lo que posees, si tienes un televisor, es tu riqueza, porque otro no tiene lo que tu tienes, cada quien posee su propia riqueza.

Dios muestra hasta dónde el puede bendecir y no había castigado a este hombre, sino que seguía dándole nuevas riquezas, más y más, esperando que al fin, la saciedad le volviera generoso y humano. Dios permitía que las tierras de este hombre fueran generosas para la siembra y de esta manera Dios manifestaba su amor. Esto que no te extrañe, porque te digo, entender los designios de Dios, es muy difícil y ciertamente no están al alcance del razonamiento humano. Porque Él hace caer la lluvia sobre justos e injustos y hace salir el sol tanto sobre los malos como sobre los buenos y esto lo dijo Jesús claramente. El problema está en quien ha recibido tanta bendición y no hace benevolencia para con el prójimo se hace culpable y atrae el castigo sobre sí.

Si lo analizas, este hombre era un avaro, porque Dios derrama la lluvia sobre sus campos, le da su sol para multiplicar los productos del campo fértil.

Estos son dones de Dios, tierra fecunda, clima templado, semillas abundantes, bueyes para arar, salud para el hombre para que pueda trabajar en fin todo aquello que aseguraba la prosperidad del labrador.

¿Y como correspondía este hombre a Dios? Veamos por deducción lógica, mal humor, falta de sociabilidad, egoísmo y por si fuese poco, olvidaba dar gracias a Dios el cual era su benefactor. Este hombre olvidaba algo muy elemental, que todos los hombres son iguales, el no pensó en dar lo que sobraba a los pobres, todo lo contrario, pensaba en como construir para guardar más y más, olvidando con ello los preceptos del libro de proverbios que él indudablemente conocía: ‘NO NEGARÁS UN FAVOR A QUIEN TE LO PIDA, AMOR Y FIDELIDAD NO TE ABANDONARÁN’ y también olvidó el de Isaías: ‘REPARTE TU PAN CON EL HAMBRIENTO’. Porque en ello se muestra la gratitud a Dios. No cabe duda que la felicidad de tener éxito, lo hizo sucumbir en la tentación de la avaricia, que es un pecado capital, no cabe la menor duda que su espíritu no daba los frutos de la caridad, porque el Espíritu de Dios no estaba en él a pesar de todo lo que estaba recibiendo. ¿Acaso con tantas o pocas bendiciones tú eres como este hombre? Porque te recuerdo, nadie es tan rico que dar un poco lo empobrezca, ni nadie es tan pobre, que le impida dar de lo que tiene.

¿Sabías tú que la mayoría de los profetas y escritores de la Biblia hablan de compartir los bienes con los más necesitados? ¿Y que hizo este rico? ¡Nada de ello! ¡Solo pensaba en sí mismo, guardar, guardar! Sus graneros estaban repletos y ya no cabía más grano, pero lo lamentable es que su corazón estaba vacío de caridad, tenía el corazón de un avaro, la tentación de la felicidad debido al éxito alcanzado lo hizo olvidarse por completo de los más necesitados, no escuchó a los profetas ni a los escritores de la torá.

Este hombre estaba muy bendecido, era un hombre próspero, a lo viejo se añadí lo nuevo y año con año aumentaba su caudal era un hombre rico, inmensamente rico. Claro esto le trajo problemas, el ¿Qué hacer para guardar toda su riqueza?, su codicia le impedía deshacerse del grano de años anteriores, ¡no quería perder! ¿Cómo iba el a perder? Si su trabajo le había costado, desvelos, angustias, deshierbar, soportar las inclemencias del tiempo, lidiar con los trabajadores, solo él sabía cuanto sudor, fuerzas y tiempo había invertido en tener lo que tenía. Él no era culpable de la situación de los demás. Los demás si quieren que les cueste su propio esfuerzo, él ya había hecho lo suyo.

La última siega era abundante y abrumado por este problema de donde almacenar lo obtenido se sentía atrapado en un círculo vicioso, encarcelado, de la pregunta que se hacía así mismo ¿cómo haré? ¿Quién podría ayudarle? ¡No quería perder ni un solo grano! ¡No sabía que hacer! Pobre de él, tenía tanto que al ver su desesperación creo que era digno de compasión. Porque aunque no lo creas la opulencia también se vuelve una tragedia, como lo es la pobreza, este hombre tenía otro tipo de miseria, y es la siguiente: la miseria de la riqueza que se codicia.

Ponte tú en el lugar de este hombre y piensa como pensaría él, te aseguro que sentirías lo siguiente, la tierra es fértil, por lo tanto hay que aprovechar, y sacarle todo el jugo posible, las cosechas son abundantes y sigue así seré el hombre más rico del país, porque podré manejar los precios a mi gusto, pondré el precio de mercado que mejor me parezca, seré el único distribuidor y podré comprar a los demás a precios tan bajos que ante la escasez provocada por mí, venderé al triple o quíntuple del valor real, esto me hará más rico y luego ya no tendré que trabajar más, viajaré, me divertiré, gozaré del fruto de la tierra. El pensamiento de él de querer hacer más y más te aseguro que le provocaba ansias, preocupaciones, pesadillas nocturnas, fíjate que hasta parece un pobre por el modo en que sufre, porque el pobre sufre ante su situación y la pregunta es la misma ¿Cómo haré? ¿Cómo encontrar lo necesario para comer, y vestirse? Ambos, pobres y ricos tienen el mismo drama, la misma angustia que les atormenta ¿Cómo haré? Uno por guardar y el otro por obtener. Dos tentaciones, que obligan a unos y a otros olvidarse de Dios.

¡Imagínate! Lo que haría feliz a un pobre, turba al avaro. No pienses que para este hombre todo era felicidad, tenía todo su tesoro encerrado en graneros, que no lo dejaba tranquilo en lo absoluto, está abrumado por que su riqueza es mucha. Los graneros están que rebosan ¿y si rebosaran a tal grado que lleguen al alcance de la mano de cualquier pobre? ¡Hay que poner guardias! Para que vigilen que nadie entre a robar. Y, ¿si los guardias se llevan su poco día a día? ¡Que problema! ¿Cómo haré? No cabe la menor duda de que este hombre enfermaría, es como aquel glotón que prefiere morir de una indigestión antes que dar sus sobras a los hambrientos. ¿Te recuerdas de la parábola del rico y Lázaro?

Este hombre no piensa en su Benefactor, él cree que todo lo ha hecho por sí mismo. Este hombre se olvida que esta hecho de polvo, se olvida que sólo es un administrador de los bienes que tiene y solamente eso, un administrador y que los tiene para resguardarlos. Se olvida que es un siervo de Dios, que es el que administra los bienes de sus hermanos, es decir del prójimo. El piensa que todo ese alimento está destinado solo para él y para enriquecerse. Pero, él nunca piensa ni se le atraviesa por la mente que también son propiedad de los otros. ¿Cómo? ¡Eso nunca!

Quizás los goce un tiempo, puede soñar todo lo quiera con lo que va ha hacer, se deslumbra ante tanta riqueza, pero, todo terminará y Dios le pedirá cuentas exactas de todo lo que le dio ¿te recuerdas amig@ de la parábola de los talentos?

Hoy lo tienes todo cerrado, todo está bajo llave porque no quieres que se pierda nada y la pregunta sigue martillando tu alma ¿Cómo haré? Si este hombre verdaderamente hubiese acatado la ley de Dios diría: daré de comer a los hambrientos que hay muchos, abriré los graneros, invitaré a todos los pobres, anunciaré el amor de Dios y gritaré: ¡venid los que no tenéis pan! Porque de todos los dones que Dios me ha colmado los reparto entre ustedes, vengan, recojan, no teman lleven lo que puedan. Sin embargo este hombre carece de amor hacía Dios.

¿Cómo va a querer él que los demás disfruten de su fortuna? ¡Él quiere ser el único rico de la comarca! Los que llamen a tu puerta, hay que echarlos, porque tu has comido demasiado bien y duermes haciendo digestión lo que te has hartado, además tienes problemas que resolver y que aún no sabes como le harás.

Lo que no sabe este pobre hombre es que la muerte le llegará pronto, y será cuando más absorto este en sus pensamientos, o cuando duerma, o cuando este despierto, ¿quién sabe?

Cuando vamos a alguna reunión social y vemos que alguien se sirve en demasía, por lo general nos hacemos de la vista gorda, el malestar que sentirá después lo hará aprender la lección. En el caso del avaro, la saciedad lo hará aumentar su apetito por las riquezas, este es el caso de nuestro hombre de la parábola. Hagamos un retrato de este hombre como avaro, el intenta mantener a toda costa sus bienes, quiere construir más silos para almacenar todo el grano, ¿piensa construir otros más grandes? ¡Claro que sí! En ello no escatimaría dinero, pero en dar a los pobres si que lo hace. Este hombre ha encontrado el objetivo de su codicia.

Queda claro entonces que el éxito es una tentación, la pobreza también lo es, y te digo, este hombre tenía miedo de quedarse pobre y piensa que mientras más tenga mejor, ¡el grano se ha convertido en su dios! A él le guarda cuidados, le guarda respeto, le construye casas para que pueda estar, él es el motivo de su aflicción, el motivo de su alegría y de su pesar, porque lo ha hecho rico y ahora puede disfrutar de otros placeres. Se puede decir que está dispuesto a dar la vida por su granero.

Hoy vives en una sociedad que te impone el consumir más, la famosa sociedad de consumo, donde vales por lo que posees, si tienes la última generación de teléfono móvil eres bien vist@, si usas la marca de vestir que esta de moda, igual. El dinero te digo que como cristian@s es un difícil compañero de viaje. Sabes que el dinero te sirve, pero, no sabes como servirte de él, esta es la diferencia. Tienes que aprender a servirte del dinero, no hacerte esclav@ del dinero.

Hay un dicho que dice PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO, porque el poder que el dinero representa esclaviza toda la vida y en consecuencia condena a la muerte eterna. ¿A cuant@s has visto tu, que son capaces de hacer cualquier cosa por dinero? Much@s ingresan a los carteles de la droga, resultado, muerte. Otros tant@s se prostituyen, resultado, muerte. otr@s roban, resultado muerte, los ejemplos serían muchos.

Tú solamente ve tu vida como una peregrinación a la Casa del Padre, saliste de su casa y has de volver a su casa, Jesús salio de la casa del padre y a ella volvió. Él dinero te hará la propuesta mortal de sentarte y ver en otra dirección, el diablo le hizo la propuesta de muerte a Jesús diciéndole: SI POSTRADO ME ADORARES TE DARÉ TODOS LOS REINOS DE LA TIERRA. El dinero ciertamente da poder, pero también te da el poder de la muerte eterna, morir para siempre y sin esperanza de salvación. San Pablo dice: SI CRISTO NO HA RESUCITADO, COMAMOS Y BEBAMOS, QUE MAÑANA MORIREMOS. Quiere decir con ello, que no vale la pena vivir para Dios, que el mundo se empeña en negar su existencia, la ciencia cada día busca la manera de demostrarte que Dios no existe y a cambio te muestra el poder del dinero, el cual siempre ataca la esperanza en los bienes celestiales. Te digo, la sociedad te dice, que lo que vale es lo que disfrutas en esta vida, buena parranda, buen vino, buen vestir, buen banquete, buena casa, buenos viajes, etc. Pero esto no es gratis, necesitas ¡dinero! ¡Tienes que esforzarte y dar la vida para tener dinero! Y esta ansia, te irá esclavizando poco a poco de maneras diversas. Porque si estas en este mundo y no disfrutas lo que el mundo de ofrece ¿a que veniste? Lo celestial es utopía, un sueño de los romantic@s. Necesitas darle placer a tus sentidos.

¿Cómo puedes compaginar tu vida según Dios y este mundo en que vives atosigad@ por el tener dinero o no tener dinero o los bienes que adquieres con él? Sin duda alguna te digo que está catequesis tomadas de las reflexiones de San Clemente de Alejandría con el auxilio del libro No dejes que tu dinero duerma de Basilio de Cesárea de la casa editorial ediciones San Pablo Guatemala, te ayudarán a peregrinar con este difícil compañero de viaje y marchar con seguridad hacia la casa del padre. ¿Por qué digo, compañero de viaje?, sencillo, el dinero lo necesitas, porque vives aquí en la tierra, el mismo Jesús hizo uso del dinero, la diferencia estriba en que, ÉL SE SIRVIO DEL DINERO, NO SE ESCLAVIZÓ AL DINERO. Recuerda, siempre a lo largo de tu vida tendrás dos tentaciones la riqueza y la pobreza, aprende a no dejar que tu dinero duerma, aprende del hombre de la parábola, porque conforme el desarrollo de esta catequesis, descubrirás en que tentación has caído, descubrirás quien es tu Dios, a que dios honras, descubrirás dónde está puesto tu corazón.

De momento sólo te he hablado del hombre que atesoró sus granos, y un poco sobre nuestra realidad mundana. Donde cada día se vive más pobreza y la riqueza sigue estando en manos de unos cuant@s. Donde en los países en que nacen nuevos ricos, lo han hecho en base a las lágrimas de muchos, donde el último caos provocado por la famosa reseción mundial no fue nada más y nada menos, que el pensar de igual manera que el hombre del granero. No importa cuantos se suiciden o mueran si con ello otros obtienen riqueza. ¡Ten cuidado! ¡¡Dios existe!! Y tarde o temprano lo verás, ya sea en esta vida o bien en la otra. ¡Ten cuidado! Porque tú también estás en el desierto, donde el diablo te ofrece, comida, poder y que dudes de tu padre Dios, recuerda, si tienes hambre él te dice, yo te doy, si quieres poder yo te doy, y si eres hijo de Dios ¿Por qué no te da lo que necesitas? Adórame a mí y lo tendrás todo. Y cuando lo tengas todo, cuando estés en la riqueza tendrás muerte eterna, esto último no te lo dice, ahí tienes a actores y actrices famos@s que han visto como el poder, la opulencia les ha hecho desgraciad@s ¡se olvidaron de Dios! Exactamente igual que el hombre de la parábola que nos ocupa.

Oye rico, pon mucha atención. Esta parábola esta en las sagradas escrituras para que no cometas el mismo error. Imita lo que hace la tierra. Hace crecer sus frutos mas no para gozarlos así misma, sino para que tú los disfrutes y te alimentes de ellos. Eso es exactamente lo que tú tienes que hacer, distribuirlos generosamente, porque sabes muy bien que quien da, será recompensad@. La semilla que se hecha en el surco enriquece al sembrador, además recuérdate que todo viene de la tierra, entonces ten en cuenta que el pan que des al hambriento, resultará más tarde para ti una inversión. Siembra hoy aquí en la tierra y cosecharás en el reino de Dios. Atesora tus tesoros en el cielo, donde el orín y la polilla no los corrompe.

Te pregunto, ¿por qué tu agitación, ansia, prisa por encerrar tu tesoro en los cofres? En las arcas de los bancos, debajo del colchón, en la caja fuerte. ¿Admiras, veneras el dinero por la consideración social que te proporciona?, si es así te digo, gozarías de mayor estima, aprecio, cariño si fueras llamad@ padre y madre de centenares de huérfanos socorridos, que si custodias centenares de millones en una caja fuerte.

Piensa en tu realidad, todo el dinero que tengas, todo el que guardas celosamente y no utilizas tendrás que dejarlo, hoy, mañana no lo sabes y otros gozarán de tu esfuerzo, de tu avaricia, de tu miseria de corazón y si acaso te lloran será porque les dolerá saber que unos les diste menos y a otros más, pero ese mismo día se estarán repartiendo la herencia y discutiendo sobre que harán con el dinero, luego hasta olvidarán la tumba donde fuiste enterrad@. En cambio, si das al huérfano, a la viuda, a los pobres a aquellos que nunca volverás a ver, ellos llevaran la gloria que conquistaste con tus actos y la pondrán frente al Señor. Entonces el pueblo santo, que está junto al tribunal de Dios del Juez Universal, te exaltará como padre y salvador y dará testimonio de que los has amado, de que cumpliste el mandamiento de amar al prójimo.

La gloria eterna, la corona de santidad, el reino de los cielos, es la manera en que se te recompensará tu administración de los bienes corruptibles.

Sí esto no te conmueve, si este premio no te atrae y tu avaricia por el presente te hace despreciar la esperanza de estar con Dios te digo, ¡es hora de que salgas de la apatía! Distribuye tu dinero sin cálculos, no seas tacañ@ con los necesitados. ¿Qué te importa a ti para que necesita el dinero el que pide en las esquinas? El que está a la entrada de los templos, el que está en los semáforos, el que se acerca a la mesa del restaurante donde comes, el que se sube a los buses, el que toca a tu puerta, el que vende sus bendiciones, ¿Qué te importa? ¿Acaso tú eres juez? Y que hay del familiar que es pobre, el que constantemente te pide, el que no tiene para la leche, pan, que se yo ¿lo juzgas? Tu simplemente haz tu parte, no necesitas ser inmensamente rico, porque con el sólo hecho de tener trabajo, ya eres rico, pero hay miles, que no lo tienen aunque lo busquen.

Que hay de los cuentan las monedas para la ofrenda en la eucaristía. Si tu no diezmas, tampoco seas tacañ@, no te rebusques las monedas más ínfimas en tu bolsillo, ni cuentes con miseria lo que has de ofrendar. ¿Qué te importa para que fines los quiere el sacerdote? ¿Cuántas casas de beneficiencia gozan de tu ayuda? ¿Cuántos centros de ancianos, huérfanos, desamparados gozan de tu corazón benefactor? ¿Cuánto ayuda tu Iglesia? El que es miserable, sufrirá como el personaje de la parábola de los talentos.

Procura que se diga de ti lo que dice en los salmos:

ES GENEROSO, DA CON GUSTO A LOS POBRES, Y SU SANTIDAD PERMANECERÁ POR SIEMPRE.

NO EXPLOTES LA NECESIDAD DE OTRO AUMENTANDO LOS PRECIOS.

NO ESPERES LA CARESTÍA NI LA PROVOQUES PARA ABRIR LOS GRANEROS.

NO ESPECULES CON LA MISERIA PARA HACER DINERO A CARRETADAS.

NO TE LANCES COMO UN CUERVO SOBRE LAS CATÁSTROFES HUMANAS.

NO DERRAMES VENENO SOBRE LAS HERIDAS DE LOS POBRES.

Te pasas comtenplando tu dinero, tus bienes, casas, autos, joyas, etc. Pero eres incapaz de dirigir tu mirada a la necesidad de tu prójimo. Conoces los tipos de cambios de monedas y conoces las monedas, sabes muy bien cuando una es falsa, pero ignoras al herman@ necesitad@, el que sufre, el que llora, que bien puede ser tu familiar, amig@, vecin@, emplead@ etc. El fulgor de todo lo que posees te conmueve, pero el lamento del hambriento te deja indiferente, insensible. ¿Cómo te puedo poner frente a tus ojos la angustia del pobre? Eres insensible a su dolor. Mientras el hambre de él tiene prisa, tú te demoras fingiendo no darte cuenta y prolongas así su tormento, su agonía. ¿Cuántos te han pedido prestado, y tu dices mañana aún teniendo en ese momento? ¡Insensato! Quizás mañana sea demasiado tarde para el o ella.

El pobre te presenta todo lo que tiene para obtener un poco de alimento. ¿Cómo es que tu mano no se paraliza al tocar el dinero desventurado? Protestas, quisieras aún más, quieres tener mucho dando poco, y tú lo sabes. ¿Pagas el salario justo? ¿Cumples a tus proveedores puntualmente? ¿Cuándo prestas cobras intereses? Al pobre le regateas el producto de la tierra, la cosecha que le llevó meses obtener, pero tú crees que comprándole le haces un gran favor, con esto lo único que haces es aumentar el peso que lo aplasta y a ti te aplastará tu avaricia, tu codicia.

Sus lágrimas no te conmueven, sus lamentos no te enternecen. Al contrarío te da cólera, ¿Cómo se atreve a pedirte dinero? ¿Acaso tienes cara de banca nacional? ¿Acaso tú trabajas para él? Si tu buen esfuerzo te ha costado tener lo tuyo. Así que no puede afectarte, ni suscitar en ti la compasión.

Ves dinero por doquier, estudias y analizas como invertir para que tu dinero rinda más, te entusiasma la idea de los curso que enseñan como invertir y sacarle jugo al dinero, porque si inviertes 10 ganas 100, eso le enseñas a tus hij@s. El hacer rendir tú dinero obsesiona tus sueños de noche, es tú idea fija durante el día y que mejor si sólo se habla de negocios, que mejor si algún necesitado vende algo de valor, su misma necesidad te hará ofrecerle el más bajo valor y luego tu vender al triple, eso es vivir, eso es hacer rendir el dinero, ¡el mundo es de los listos!

Te digo, los locos no ven el mundo como es, sino que alucinan, tienen confusión mental. Así también te pasa a ti que a todo le encuentras forma de dinero.

Quizás prefieras el dinero que al sol. Te gustaría que todo se transformara en dinero y te esfuerzas por todos los medios para que ello suceda.

Tu afán es hacer dinero, dinero, dinero. El pan se vuelve para ti dinero, el vino se solidifica en dinero, la lana se transforma en dinero, tus pensamientos no producen más que dinero. Tu mismo dinero engendra dinero, fecundo eres para la usura. Nunca te sacias, tu avidez no tiene fin.

Ante estas dos tentaciones éxito o pobreza siempre tendrás pretextos, y uno de los pretextos más poderoso es MAÑANA, cada día que se llega el mañana, será otro pretexto igual MAÑANA, buscaré a Dios, porque hoy el éxito me mantiene ocupad@, la pobreza me impide buscar a Dios porque tengo el estomago vacío. Tanto rico como pobre dice: soy demasiado jóven para pensar en Dios, cuando tienes trabajo y este te absorbe dices, estoy demasiado ocupad@ para pensar en Dios, cuando económicamente te va bien, te sientes demasiado segur@ de si mism@ para pensar en Dios. Tanto éxito o tanta pobreza te cansa y dices, estoy demasiado cansad@ para pensar en Dios, cuando tu vida transcurre apacible, sin sobresaltos y tienes estabilidad en todo sentido dices, estoy demasiado feliz para pensar en Dios. Te digo, cuando mueras, será demasiado tarde para pensar en Dios, esto le sucede al hombre de la parábola y lo mismo le sucedió a Epulón el de la parábola de Lázaro.

Tus pensamientos no se levantan del suelo, adoras tu vientre como si fuera un dios, eres sólo cuerpo, esclav@ de las pasiones, escucha lo que dice el Señor ¡necio! Esta noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán? No cabe la menor duda que el diablo ha ganado la batalla, se ha burlado de ti, te visto como un estúpido y ahora vas al suplicio eterno. Te digo algo hn@, la muerte todo el tiempo camina a tu lado, lo único que no sabes es cuando te llevará en sus brazos, y tú te pierdes todo un proyecto de vida a causa del egoísmo, la avaricia, la soberbia. Piensas que vas demoler tus graneros y edificarte otros más grandes. Tienes razón. Derriba los graneros de la injusticia que hay en ti Derriba tu mismo la obra de tu avaricia. Destruye tus almacenes, que nunca han aliviado las penas del otro. Destapa el techo, derriba los muros y deja en libertad las riquezas que te tienen prisioner@, deja de adornar tu cuerpo de barro con barro, abre tus ojos y ve la realidad del que está a tu lado, piensa en demoler tus graneros. ¿Piensas construir otros más grandes?, pero ¿si después también los llenas? ¿A que llegas? ¿Piensas demolerlos y construir otros más grandes?, te digo, esto es estúpido, es un círculo vicioso, porque toda tu vida no alcanzaría para que hagas uso de ello, ¿llegó Onasis a gastarlo todo? ¿Cuántos crees que un su lecho de muerte, se han lamentado de lo que pudieron hacer y no hicieron?, no tuvieron tiempo para la familia, el amigo, el vecino, el pobre, el tiempo lo entendieron en construir graneros para atesorar riqueza, más y más cada día ¿Cuántos millones se llevaron a la tumba? ¿Cuántos millones pueden disfrutar en la otra vida?

Tú que eres pobre, te digo, ni aún en tu pobreza, puedes ser tan pobre, como para poder compartir lo poco que tienes. Y a veces lo poco que tienes es tu riqueza, que también te nubla la vista.

Te digo, usa como granero la casa del pobre ACUMULAD TESOROS EN EL CIELO, DONDE NI LA HERRUMBRE NI LA TIÑA CONSUMEN Y DONDE LOS LADRONES NI DESFONDAN NI ROBAN.

Puedes responder, de acuerdo. Compartiré con los pobres cuando haya llenado los nuevos graneros. ¿Quién eres tú, como para saber si vivirás el día de mañana? Anda con cuidado, la muerte puede sorprenderte de improviso.

¿Qué valen tus promesas? Esto no demuestra amor, demuestra egoísmo, son tu pretexto para evitar tu deber de dar enseguida. ¿Qué te impide repartir tus bienes hoy mismo? ¿O es que no hay pobres en este momento? ¿No están llenos tus graneros? ¿No es segura la recompensa? ¿No es claro el mandamiento del Señor? ¿Por qué tu mano se encoje, ante la mano extendida del pobre? Analiza tus pretextos y piensa. El hambriento está cada vez más pálido y acabado, se le cuentan las costillas, su mirada denota dolor y pesar. El que está desnudo tiembla, sus cobijas son papel periódico, cajas de cartón, tiene por lecho una dura banqueta, una dura banca, el frío lo congela, mientras que tú no sufres por ello ¿es tu culpa? Sí, porque omites la orden del Señor. El que se endeudad@ se mata, se suicida. Quizás tu lo conociste, quizás alguna vez te pidió ayuda, la sangre de el o ella clama hasta el cielo ¡y tu dejas para mañana el deber de socorrerle! ¿Qué haces con los dones que Dios te da? Pobre rico que también perteneces a la iglesia, porque fuiste bautizad@, pobre rico que no alzas tu mirada al cielo, pobre rico porque es más fácil que el camello pase por el ojo de una aguja que tú al cielo, pobre rico que estas obeso de tanta riqueza, pobre rico que haces oídos sordos a la palabra de Dios, escucha lo que dice el libro de proverbios NO DIGAS A OTRO, VETE, VUELVE MAÑANA Y TE DARÉ, CUANDO TIENES YA LO QUE TE PIDE.

¿Por qué desprecias la palabra de Dios?, la avaricia se ha convertido un cerumen en tus orejas. Según tú estás siempre en compañía, no te equivoques, estás sol@ y aún así evitas encontrarte a los necesitados por MIEDO a tener que darles limosna, evitas las calles que conoces hay menesterosos, evitas los restaurantes donde sabes que llegan pedigüeños. Te irritan las paradas de semáforos, porque sabes que se acercarán a pedirte una moneda, evitas al familiar pobre, porque sabes que necesita ayuda. Evitas y evitas todo lo que tú conoces muy bien. Sólo sabes decir NO TENGO NADA, NO PUEDO DAR NADA, TAMBIÉN YO SOY POBRE. Y, es verdad, ERES POBRE, no tienes verdaderamente nada. ERES POBRE DE HUMANIDAD, POBRE DE FE, POBRE DE ESPERANZA EN LA VIDA ETERNA. ¡No tienes graneros que atesoran tu riqueza en el cielo! ¿Qué dice la palabra de Dios? BUSCA PRIMERO EL REINO DE DIOS Y LO DEMÁS VENDRÁ POR AÑADIDURA. Pobre de ti porque tienes un corazón de piedra, impasible ante tanta miseria. Pobre de ti porque has perdido la fe, y has puesto tu corazón en ídolos. Pobre de ti porque no crees que Jesús vendrá con un justo juez.

A ti que piensas que tienes todo y a ti que piensas que no tienes nada te digo: NO DEJES DORMIR TU DINERO; PORQUE PERMANECERÁ INÚTIL. HAZLO CORRER Y CIRCULAR, SE VOLVERÁ FECUNDO Y SERVIRÁ A TODOS.

Si eres avaro probablemente ante una pregunta respondas ¿A quién hago mal reteniendo los bienes que me pertenecen?

Mas, ¿Qué bienes son los que te pertenecen? ¿De dónde te han venido? Puedo decirte que te pareces a un hombre que entró en un teatro y quería impedir la entrada a los otros, para gozar él solo del espectáculo al que todos tenían derecho.

Así son los ricos, así eres tú, acaparas los bienes de la sociedad y después sostienes que eres dueñ@ de los mismos, por el simple motivo de haber sido el primer@ de obtenerlos. ¿Los medios? A veces no te importan, cualquier medio es bueno con tal de hacerte ric@, al fin y al cabo solo importas tú y quizás tu familia. Te digo, si cada uno retuviera únicamente lo que le sirve para suplir las necesidades normales, sin caer en la suntuosidad y lo oneroso y dejarás lo restante a los indigentes, desaparecerían la riqueza y la pobreza.

¿No saliste desnudo del vientre de tu madre? ¿No estarás de nuevo desnud@ cuando vuelvas la polvo? ¿De dónde crees que te han venido estos bienes?

Quizás me respondas del Azar, de mí propio trabajo y esfuerzo, de una herencia o que se yo. Entonces te digo, careces de fe, porque no piensas en tu creador, y te muestras ingrat@ con Aquel que ha llenado tus manos de dinero.

O bien admitas que son dones de Dios. Entonces explícame por qué ha sido cautivada tanta riqueza precisamente por ti.

¿Se la debes acaso a la INJUSTICIA de un Dios que reparte de manera desigual los bienes de la vida? ¿Por qué eres tú rico mientras otro es pobre? En lo que a ti respecta, eres ric@ sólo para que con amor y desinterés administres los bienes para otros. Ciertamente unos tienen la culpa de ser pobres y otros no, ¿Cómo sabes tú quien es culpable? Vives en una sociedad donde la violencia impera, la extorsión está a la orden del día, las estafas, los asesinatos, los avorazados que están en las cúpulas del gobierno etc. Muchos han perdido sus bienes a causa de estos males, otros ciertamente son pobres porque lo quieren ser y no buscan la manera de superarse. ¿Cómo sabes tú quien es merecedor de tus bienes? Es por ello que te digo que es un argumento que esgrimes para ocultar tu avaricia, es por ello que es inconcebible que ti tengas el dinero bajo la campana de vidrio de una insaciable avaricia, y pienses que no haces daño a nadie excluyendo de él a una multitud de desdichados, mira a tu alrededor y ve cuanta pobreza te rodea, barrios con casa de cartón y techo de lámina, personas comprando ropa de segundo uso, alimentándose quizás una vez al día, llenos de lombrices, buscando que comer en los basureros, muriendo en los hospitales por tener un organismo con bajas defensas si esto no te conmueve ¿entonces que? ¿Quién es el avar@? Te digo, es aquel quien no se contenta con lo necesario. ¿Cuántos televisores necesitas?, ¿cuantos automóviles, cuanta ropa, cuantos zapatos? ¿Y quién es el ladrón? Aquel que priva a los demás de sus bienes.

¿No eres tu avar@? ¿No eres tú un ladrón@? Tienes que entender que los bienes que posees se han dado únicamente para administrarlos, te ha sido confiada su administración, y tú los has cogido para ti.

Te digo, quien asalta a un hombre por el camino se le llama salteador. Y quien no cubre la desnudez del pordiosero, siendo que podía hacerlo, no merece un nombre diferente.

Pertenece al hambriento el pan que guardas en tu cocina. Al hombre desnudo, toda la ropa que está en tu armario. Al que no tiene zapatos, el par que se estropea en tu casa. Al hombre que no tiene dinero, el que tienes escondido. Por eso en lugar de ayudar a la gente, eres un explotador.

Hay dos canciones muy populares que tuvieron mucho éxito, pero que con el paso del tiempo se han ido olvidando y las nuevas generaciones quizás no las conozcan, sería bueno que las escuchara nuevamente, una de ellas la canta Ricardo Arjona y se llama VERBO NO SUSTANTIVO, la otra la canta los Guaraguao y se llama CASAS DE CARTÓN. Y te digo, escúchalas y no te la lleves de religios@, no te la lleves de muy pobre o muy rico, porque siempre habrá alguien que esté por debajo de ti y siempre habrá alguien que esté por encima de ti, y siempre serás rico o pobre, que la materia del barro no te confunda, más bien que la alegría del Espíritu te enriquezca.

Muchos retraen su mano pretextando su status de vida, Jesús deja una gran enseñanza cuando en el templo una viuda deja una moneda y un rico deja varias, Jesús pregunta ¿Quién dio más? Y dice: ciertamente fue la viuda, ella dio más, porque dio lo que tenía, en cambio el otro dio lo que le sobraba, es por ello que te digo, ni aún siendo pobre, lo eres tanto como para dejar de compartir lo que posees.

Pon mucha atención, porque me imagino que recuerdas al rico que fue al Señor a preguntarle qué debía hacer para obtener la vida eterna: recibió la enseñanza de la salvación , pero, no la grabó en su corazón y se marchó cegado por el apego a su propio dinero, demostró donde estaba su corazón, demostró quien VERDADERAMENTE ERA SU DIOS, la escritura dice, que él se fue triste, ahora bien, ¿Qué sucede si yo te digo, vende todo lo que tienes, y dáselo a los pobres? ¡Piénsalo! Y elabora tus excusas, tus pretextos. Pues te digo, así como este rico, tú careces de espina dorsal, eres un amasijo de contradicciones.

Dices ¡Dios, mío! ¡Dices cumplir con la ley! ¡Dices Jesús, maestro! Pero no te comportas como su discípulo. Reconoces su bondad, pero desdeñas su propuesta y su promesa. San Francisco de Asís, heredero de una gran fortuna, ¿que pensó? En cambio tú le preguntas por la vida eterna, pero, permaneces esclav@ de los placeres de la vida terrena, este punto lo he tocado en varias catequesis anteriores. El maestro te responde VE, Y VENDE TODO LO QUE TIENES Y DASELO A LOS POBRES. ¿Te acuerdas de Abraham? ¿Cuál era su riqueza?, te digo, SU HIJO, el deseado, el esperado, el amado, su único hijo, sin embargo Dios le pidió su riqueza y ¿que hizo Abraham? ¡Se la ofreció! Entonces Sí Dios te pide que vendas todo lo que tienes, te digo, obedecerle no te costaría ningún esfuerzo. Pero, tú, aún cuando te alegras por la facilidad de la salvación, te sientes triste, y ante esta propuesta que te hago, te enojas, te ríes, y piensa este está loco. Ponte en el lugar del rico del granero, del rico que pregunta por la salvación y piensa donde está tu corazón.

Quizás tú piensas que con servir en la iglesia, con evangelizar, con ser un excelente predicador o sacerdote ya está todo ¡no! Y te aseguro, si te ves forzad@ a vender todo lo que tienes y dárselo a los pobres, volverías inútil todo el tesón con que observas los mandamientos. Si así como dices, piensas y sostienes, que no has matado, ni cometido adulterio, ni robado, ni dado falso testimonio, ahora, hoy, vacías o dejas sin valor todo el celo, negándote a coronarlo con la única acción que te abriría las puerta del reino.

¿Cuánto vale tu casa? Véndela y dásela a los pobres. ¿Cuánto vale tu automóvil? Véndelo y dáselo a los pobres. ¿Cuánto tienes ahorrado? Sácalo y dáselo a los pobres. Te digo, difícilmente lo harías, entonces está claro, andas muy alejad@ de la palabra del Señor, mientes cuando afirmas que amas al prójimo como a ti mism@. ¿Cuánto amas a Dios? El valor de una casa, de un automóvil, tus ahorros ¿Cuánto? A ¿Quién amas mas? Al dios dinero o a Dios creador de todo cuanto existe. ¿Acaso tu prójimo no es, el hambriento, el desnudo, el pobre, el que esta por debajo de ti? ¿Acaso Jesús no lo dijo claro? Al que le hagas cualquiera de estas cosas, a mí me las haces. ¿Difícil de entender?

Ante esta propuesta de parte del Señor, puedes concluir que estás bastante lejos del autentico amor. Si fuera verdad lo que dices, es decir, que siempre has observado el precepto del amor, dando exactamente a cada uno lo que tomas para ti, ¿De dónde vendría tu dinero? Te digo, ocuparse de los indigentes, menesterosos, desgraciados significa agotar bien pronto las propias riquezas.

¿Quién es tu Dios? Tu trabajo, tu casa, tu auto, tus ahorros, tu televisor, tu conjunto de sonido, tu refrigerador, lavadora, tus enseres en general, tu billetera, el dinero, ¿Quién es tu Dios? ¿Dónde tienes puesto tu corazón? Vende lo que tienes y dáselo a los pobres, entonces sigue a Jesús.

Según el principio del amor, todos distribuyen sus bienes y cada uno recibe y gasta lo que sirve para sus necesidades. Así, que el que ama al prójimo como así mismo posee lo mismo que él, se reparte con él hasta lo sobrante.

Ahora bien, tú tienes muchos sobrantes, ¿Cómo explicas eso? Te digo, prefieres tu bienestar individual a socorrer a tantos necesitados. La cantidad de tu dinero es inversamente proporcional a tu amor. Separarte de tus bienes, de tu dinero, de tus posesiones es para ti más doloroso que sí te amputan un brazo o una pierna.

Me imagino que sabes acerca de la teoría de la prosperidad, engaña babosos es esa teoría, porque sólo sirve para cegar el corazón, sirve para alejarte de Dios, sirve para que no tomes en cuenta a tu prójimo, sirve para que acumules y confundas maldición con bendición. ¡Falsa doctrina!

¿Por qué no vistes al desnudo? ¿Por qué no das pan al hambriento? ¿Por qué no abres tu casa al que no tiene techo donde cobijarse? ¿Por qué no te vuelves un padre o madre de un huerfan@? ¿Por qué no puede entrar en tu corazón toda la angustia humana? ¿A que estas atad@? Te pregunto ¿TE SERÍA DIFÍCIL HOY… CEDER A LOS OTROS LO QUE TE QUEDA? Te digo, si practicas desde hoy la distribución de tus bienes entre los hermanos pobres, tendrás mucho ¿Lo crees?

Pues ante la propuesta de Jesús, ¿actuarías como el joven rico? O como ¿el hombre del granero? Te digo, si esta es la doctrina del amor, estarás haciendo maletas pronto y alejándote de la Iglesia, porque se te quiere obligar a ser pobre, o más pobre. ¿Quién es tu Dios? ¿Cómo le llamas?

Si te pregunto, ¿Para que te sirve tu riqueza? Me contestarías un sinfín de cosas y se te vendría a la mente todo lo que puedes disfrutar con tu riqueza, con tu dinero. ¿Te gusta vestirte con elegancia? Te digo, con un par de trajes te basta, no tienes necesidad de coleccionar docenas de trajes en tu armario o closet. ¿O te preocupa el que dirán? Te asusta que te digan te pareces retrato, siempre con la misma ropa. ¿Eres de las personas que compran vestido para cada ocasión? ¡Te encanta tirar tu dinero! ¿Quieres comer espléndidamente? Con un solo pan te basta para que el estomago esté contento. ¿O piensas que con hartarte tu organismo lo aprovecha todo? Quizás te guste darte lujos con comidas exóticas en buenos restaurantes, ¿acaso no has leído sobre la gula? ¿Eres de las personas que les gusta imitar a los ricos? ¡Pobre de ti! El prestigio social suntuoso a nada bueno conduce, el famoso status de vida en nada te salva, el famoso VIP no te hace mejor a los ojos de Dios. Renuncia al honor terreno, encontrarás la verdadera gloria, la del reino de los cielos.

Pon atención a la siguiente pregunta ¿piensas acaso que la misma posesión del dinero, aunque sea sin aprovecharse de tus ventajas materiales, es ya motivo de alegría? Pues te digo ¡idolatra! Esto es dar culto a los inútil y es un culto fatuo. Hombre que cuidas tu granero, que piensas en hacer otros más grandes, que no sabes que tu vida está a punto de irse para entregar cuentas al creador. El Señor te ha dicho, si pierdes tu riqueza la conservas, mientras que si intentas retenerla se te escapa, si la tienes atada no la tendrás, si la repartes a los pobres no la perderás.

Y para que no te confundas te digo, no se debe al vestirse y al comer el apego que tienen los hombres al dinero, no es eso, sino esta en el hecho en que pones lo superfluo y lo inútil en el mismo plano que lo necesario, y que no pones limites a las extravagancias de consumo. Ejemplo, si necesitas un teléfono móvil, lo necesitas para hacer llamadas y recibir llamadas, no necesitas el de último generación, eso es dejarse llevar por el consumismo, eso es vanidad, eso es querer ser una persona VIP. Puede ser que tú seas de las personas que dividen su patrimonio en dos tantos. Una para hoy y la otra para mañana, una para ti y otra para tus hij@s. Después, haces polvo tu parte en mil pedazos y razonas de la siguiente manera: Esta cantidad de dinero la destino a mi bienestar, que lamentablemente no se limita a lo estrictamente necesario. Te dices a ti mism@ viviré con desahogo, frecuentaré ambientes elevados, en los que daré a entender gran riqueza y con ello suscitaré la envidia de los demás, haré viajes de placer cómodos y largos. Me compraré lo que tanto he deseado etc. Tienes una gran fantasía cuando se trata de lo inútil ¿y, el prójimo? No entra en la repartición, él no importa, importas tú. Él que vea como se salva, porque a ti gran esfuerzo te ha costado el ganar lo tuyo.

Fíjate en el rico, y en el nuevo rico. Se hacen vestir de toda una escuadra de personas: mayordomo, criado, gobernantes, administradores, cocineros, jardineros, porteros etc. Poseen lo mejor de lo mejor, automóviles, muebles, casas. Tienen terrenos por doquier y labradores o guardianes. Una casa en la ciudad y otra en el campo. Y, en las casa piso de mármol o de mosaico, paredes decoradas, calefacción o aire acondicionado. Si, de la noche a la mañana tienen nuevas cosas, pero les queda algo, lo que no gastan y lo ponen en un sitio seguro, lo esconden. EL FUTURO ES UNA INCONGNITA, es posible que surga un imprevisto.

Tienen razón, no saben si algún día tendrán necesidad del dinero que tienen escondido, al igual que haces tú, aunque no seas inmensamente rico, porque te das a la tarea de guardar el 10% de tu salario puntualmente, alardeas con tarjetas de crédito, membresías y otras, así como con chequeras y tarjetas de débito. No sabes que te espera el futuro, pero si sabes que castigo esta reservado para tu egoísmo, porque el Señor te lo ha hecho saber en la parábola del rico y Lázaro.

Raro el proceder de los hombres y tuyo, el oro estaba escondido en las entrañas de la tierra y cavaste para obtenerlo. Ahora que brilla delante de ti, lo escondes de nuevo. Con ello escondes la riqueza de tu propio corazón DONDE ESTÁ TU TESORO, ALLÍ ESTÁ TU CORAZÓN.

Es por ello que a veces suena dura la PALABRA. El caso del rico que fue a Jesús y el tuyo se parecen, y lo ilustro de la siguiente manera. Alguien quería visitar una ciudad. Recorrió muchos kilómetros a pie para llegar a ella, entró en ella y se metió en la cama, desanimado por el pensamiento de tener que hacer aún cien metros.

De este modo, derrochó su fatiga y no gozó de las bellezas de la ciudad.

Así te comportas tú que observas los mandamientos de Dios, pero que te rebelas contra la idea de perder tus bienes. Ayunas, rezas, haces todos los ejercicios de piedad que no cuestan nada, pero no te preocupas de los pobres. ¿Por qué no vendes todo lo que tienes y se lo das a los pobres? Y luego, sigues a Jesús, quien no tiene donde recostar su cabeza. ¿De que te sirve todas las virtudes? El reino de los cielos tiene cerradas las puertas para ti. Y he aquí la gran pregunta, la pregunta del millón, los pretextos y excusas que el diablo pone en tu corazón ¿CÓMO PODRE MANTENERME CUANDO HAYA VENDIDO Y PRIVADO DE TODO, PARA DARSELO A LOS POBRES?

Te pregunto ¿has visto las aves del campo que no trabajan y sin embargo comen? Por ello te digo, no conozco que designio hay baja las palabras de Dios. Pero sí sé esto y es por que lo he visto: Dios, que ha establecido el precepto, es capaz de conciliar lo imposible con el precepto.

Él pesa tu corazón como si estuviera en una balanza, y ve si está inclinado hacia la verdadera vida o hacia los placeres de la tierra – lee de nuevo los 7 pecados capitales- el uso del dinero precisa de administradores, no de explotadores.

Tú, como persona sensata, deberías estar convencido de ello, y renunciar a tu patrimonio permaneciendo seren@ como alguien que restituye a los demás sus bienes, antes que afligirte como quien pierde un tesoro.

¿Por qué te amargas, enojas, entristeces porque te digo que vendas cuanto tienes?

Aunque estos bienes pudieran seguirte a la eternidad, pero hasta el momento no he visto a ninguno morir y se lleve consigo su casa, auto, joyas, terreno, chequeras, tarjetas de crédito, ipod, CD placer etc. en su caja mortuoria. Aunque pudieran ir contigo no merecerían que les dieras tanta importancia, ya que quedarían oscurecidos por la belleza del reino. Pero no te los podrás llevar contigo, tendrás que dejarlos ¿Por qué no deshacerte enseguida de ellos, para recibir después la recompensa de Dios? Si lo dudas ¿Dónde está tu fe? ¿Quién es tu Dios? Porque te digo, te faltan pocos metros y es mejor aprovecharlos para poder ver la belleza del reino. El hombre del granero, simplemente durmió y ya no despertó jamás.

¿Qué responderás a Dios? Tú que pintas tu casa por el placer de pintar, al igual que cambias amueblado por gastar y compras y compras por el sólo hecho de hacerlo. O bien tiras la comida por que ya esta de un día para otro. O porque fue el sobrante de una vasta fiesta, o porque simplemente no te gustó lo que se te preparó ese día. Que te desvives por mantener tu automóvil modificándolo con accesorios, tu que guardas y guardas dinero y tiras el grano y dejar morir de hambre al pobre. Tu que escondes el dinero y no te preocupas de aquellos que, llenos de deudas se suicidan. Hay mucho que enumerar, con sólo un pan que des, una moneda que brindes puedes te lo aseguro ese día salvar a alguien.

Si tu mujer se parece a ti o tu a ella, te digo, tienes doble problema. Porque ella puede atizar en ti la manía del lujo y te empuja a locas extravagancias soñando con piedras preciosas, collares y pulseras de oro, perfumes exóticos, tejido refinados. ¿Sabes tu cuanto dinero tiras en alhajas baratas, perfumes y comesticos que de nada sirven sino sólo para resaltar la vanidad, en ropa de moda, en revistas que sólo hablan de chismes de la farándula, en zapatos para cada ocasión. En bebidas que ningún bien hace a tu organismo en fin la lista es bastante larga. Pero tú, estas dispuesto a satisfacer sus caprichos, mientras que lo que no es capricho en el pobre sino necesidad, lo obvias.

Piensa un poco, y satisface los deseos de tu mujer y de tus hijos conforme la necesidad, no conforme a un capricho, o moda pasajera. Del mismo modo que un huracán hace que se hunda el barco en el mar, así también las tendencias viciosas de las mujeres y de los hijos hunden el alma de sus maridos y papás, haciéndose insensible a la palabra del Señor.

Cuando se visita a un rico o nuevo rico, que es lo que se ve… despilfarro y lujo, es algo que deslumbra los sentidos y se comprende que lo único que posee el dueñ@ es el embellecimiento, ornamento de objetos con objetos, pero que sucia su alma.

¿Cuántos no se han endeudado por realizar una fiesta de aniversario, una fiesta de 15 años para la joven hija, una boda, y luego se portan altaneros con los invitados? ¿Qué importancia tienen tus divanes, tus mesas, tus poltronas, que impiden a tus riquezas derramarse sobre los pobres?

Te digo y pon atención, tu casa no es ciertamente un refugio de menesterosos, como sucede con algunas órdenes religiosas, pero si te digo, a tu puerta están los pobres a millares y esperan, suplican. ¡Tú los conoces, vaya si los conoces! Te has fijado los que se sientan a las puertas de los templos pidiendo limosna, los que han tocado a tu puerta, los que viven en los barrios marginales, los que se acercan a tu mesa en los restaurantes, los que ves en las paradas de los buses y paro de contar. Pero, tú te niegas a dar, sosteniendo que te es imposible escuchar sus demandas, pues yo te digo ¡vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres! No te sorprendas ni asustes.

Quizás alguna vez viste la película la LISTA DE SCHILENGER, un rico alemán que vendió todo, con tal de salvar a unos judíos, si no la has visto te invito a que la veas, para que comprendas la miseria humana del pobre y lo suntuoso del rico, para que veas y entiendas que tesoro vales más.

Tu lengua invoca a Dios, da testimonio de Dios, pero tu misma mano dice que mientes, en tu mano que resplandece un anillo de oro aunque silenciosa, grita tu mentira.

¿Cuántas deudas podrías pagar con ese anillo? ¿Cuántas casas que están en ruinas podrían reparar tu dinero? ¿A cuantos harapientos podrías vestir con tu armario? ¿Cuántos podrías alimentar con lo que guardas en tu refrigerador? No importa el número sino la acción a realizar con determinado número.

Pero, despides a los pobres sin darles dinero, sin temer la cólera del Gran Juez. No tienes piedad ni la has tenido, te digo, no esperes piedad el día de mañana ni en esta vida ni en la otra. No has abierto tu casa, serás hechad@ del reino. No has dado pan, no obtendrás vida eterna. Este es el evangelio. El mismo que anuncia el amor del padre, el mismo que perdona tus pecados, pero es el mismo que es JUSTO y que hará justicia.

Cuando tú pienses y actúes diciendo DARE DE COMER A LOS HAMBRIENTOS, ABRIRÉ LOS GRANEROS, INVITARÉ A TODOS LOS POBRES, ANUCIARE MI AMOR AL PRÓJIMO GRITARÉ: ¡VENGAN A MÍ LOS QUE NO TIENEN PAN! LOS DONES DE QUE DIOS ME HA COLMADO SON DE TODOS, VENGAN A RECOGER, COMO CUANDO VAN A UNA FUENTE PÚBLICA. Cuando este sea tu pensamiento te digo, empiezas tu camino hacia la santidad, que es el objetivo de estas catequesis, cuando esto suceda en tu vida, estarás viendo el verdadero rostro de Jesús y no tendrás que buscarle en los templos, ni en las estampas, ni en la imágenes tipo bárroco o comtenporanea. Te aseguro que al final del día de tu vida, Jesús mismo te dirá venid bendit@ de mi padre. Mientras tanto, pon tus barbas en remojo y arrepiéntete y cree. No dejes que Satanás te catequice, la teología de la prosperidad no es de Dios, la sociedad de consumo no es de Dios.

Probablemente tu me digas, pero si yo no soy ric@, apenas tengo para vivir. Te digo, nadie es tan pobre que no pueda dar. Quizás digas, mi negocio no da para más y apenas sobrevivo, te digo, tu objetivo por medio del negocio, es precisamente para ganar, comprar, vender, ganar, guardar y cuidado no pesas la medida exacta, cuidado corrompes la balanza, vendiendo a un precio no justo, esto también es atesorar y aprovecharse del necesitad@ que acude a tu tienda. No te encarceles tu mismo y ni te ates con grilletes de oro, libera el Espíritu que Dios te ha dado.

Muchos dicen que son pobres y talvez lo son, otros dicen que son pobres y no lo son, pero te digo, pobre es quien no puede satisfacer sus necesidades, y tú tienes innumerables necesidades, que nacen de tus insaciables deseos. Tienes un televisor pero quieres uno de nueva generación, para estar al día porque la publicidad te induce a tener lo mejor lo top of the line. Tienes una laptop pero quieres cambiarla por la última versión existente en el mercado y así te vas creando necesidades que solamente tú te has fabricado.

A los diez talentos que ya posees intentas añadirle otros diez, y cuando tienes veinte haces lo imposible para tener cuarenta.

Si tienes un negocio, tus crecientes ganancias no aplacan tu codicia de dinero, más bien la alimentan. Eres como un borracho, cuanto mas bebe, más sed de beber tienen. Cuanto mas crece tu patrimonio, más crece tu avidez. –Te recomiendo leer la catequesis sobre la avaricia- entonces notas algo, el frenesí proviene de ti, tú mism@ lo alimentas y esto se vuelve en contra tuya. Los bienes que posees, tus ganancias te proporcionan alegría, pero esta es inferior a la aflicción que sientes por lo que aún no tienes. Te trazas metas de cómo obtener más, en consecuencia tu espíritu está siempre devorado por la ansiedad.

En vez de dar gracias a Dios por lo que tienes, te sientes defraudad@ por el hecho de que haya alguien más rico que tú. ¿Cuándo podrás gozar de los bienes que posees, si te consumes capitalizando incesantemente? Pues, te digo, también para ti escribe Isaías: ¡AY DE AQUELLOS QUE AÑADEN UNA CASA A OTRA Y UN CAMPO A OTRO!

Te digo, el mar no invade la tierra. La noche no supera el día. Sin embargo, el que es voraz no conoce límites, se muestra violento como el fuego, lo ataca todo, lo devora todo, con el único fin de alcanzar poder, dinero, fama, que es lo que mueve al hombre. Es la educación que has recibido en los últimos años, nada vales si nada tienes. Muchas mujeres no dudan en vender sus cuerpos para obtener dinero y si analizas los medios de los cuales se valen muchos, te quedarías asustad@.

Piensa en el hilo de agua que sale de una fuente de montaña. Recibe otros riachuelos y se hace más grande. Poco a poco se transforma en un torrente irresistible, que por donde pasa derriba todo lo que encuentra. Así procedes cuando alcanzas cierto poder, empleaste a tus primeras víctimas como instrumentos de tu maldad para someter a otras personas, y con los nuevos crímenes incrementas más tu poder. Oprimes a algunos y luego los chantajeas, estos, con tal de ser ayudados por ti, se ven obligados a ayudarte a infligir violaciones, vejaciones e injusticias a otros.

Nada resiste a la agresión de las riquezas, todos deben ceder a su tiranía, todos temen su prepotencia. Quien intenta oponerse corre el riesgo de ser detenido o procesado.

Pero tú, ¿cómo te disculparás cuando seas procesad@ a tu vez, cuando tus víctimas, rodeándote, griten pidiendo justicia al Cristo Juez? ¿Qué abogados podrás pagar? ¿A qué testigos podrás llamar? ¿Cómo podrás corromper al Juez Supremo?

Estarás sol@, indefens@ e indefendible, aplastad@ por tus crímenes, porque toda ayuda negada, un pan negado, una medicina, una ropa es un crimen. Las lágrimas de los huérfanos, los sollozos de las viudas, los pobres rechazados, los siervos maltratados, los vecinos humillados, el prójimo al cual le negaste tu ayuda, todos ellos, estarán clamando justicia, ¿Qué podrás decir en tu defensa? ¿Cómo ocultar tu conciencia?

Es por ello que hoy Dios te habla, hoy es el día en que tienes que ser firme y piensa en la suerte que deberás sufrir, medita sobre el evangelio de Juan LOS QUE HAYAN HECHO EL BIEN RESUCITARÁN PARA LA VIDA, LOS QUE HAYAN HECHO EL MAL RESUCITARÁN PARA LA CONDENA.

Te entristece esta amenaza, en vez de entristecerte el mandamiento de compartir tus riquezas con los pobres. ¿Cómo hacerte salir de tu indiferencia? ¿No deseas el reino? ¿No temes la condenación? Si lo que es espantoso, doloroso, dónde el lloro y crujir de dientes es eterno, donde la muerte es eterna, si la alegría no te atrae, es que estoy hablándole a un corazón de piedra. Yo en lo personal cumplo con mi labor, te traigo el mensaje, te lo explico y trato de que lo comprendas, me salvo de mi responsabilidad. Te he hablado como un amigo, un hermano, un padre o madre, porque no quiero que sufras la condenación del infierno, la parábola está escrita en el evangelio, Lázaro se fue al cielo, el otro, el rico, moría de sed en el infierno, tuvo su oportunidad y la desaprovechó, vivió varios años en la tierra en la opulencia, pero vivirá sufriendo para toda la eternidad, el otro, vivió varios años sufriendo, pero vivirá eternamente en la gloria. El rico del granero, hoy entregará su vida, no le queda nada, no se lleva nada. Medítalo, piénsalo y pon en la balanza que es mejor. UN HOMBRE ENCUENTRA UN TESORO EN UN TERRENO. REGRESA A SU CASA Y VENDE TODO CON TAL DE COMPRAR EL TERRENO. Esto es sabiduría.

Quería ilustrar un poco más esto de atesorar tesoros con la historia del rey Midas, pero mejor lo hago con una historia verdadera que a continuación te cuento.

Ryan Hreljac es un chico canadiense de once años. Un día escuchó en su escuela la descripción de la sed que sufren los niños africanos de su misma edad. Se quedó muy impresionado, como todos sus compañeros. Pero Ryan dio un paso más de la impresión pasó a la acción. Con servicios domésticos consiguió 70 dólares. Había escuchado que eran suficientes para realizar un pozo. La WaterCan de Ottawa, una compañía que recoge fondos para África, le informó que no bastaban 70 dólares para excavar un pozo sino 2,000. Ryan no se dio por vencido, aceptó el reto de reunir 700 dólares para que el resto lo cubriera la WaterCan. Su ilusión y tenacidad dieron fruto y al poco tiempo un pozo de agua brotaba en la aldea de Angolo, Uganda del Norte. La noticia se divulgó en Canadá y el proyecto de Ryan creció hasta convertirse en la fundación POZO RYAN. Ya han reunido 750 mil dólares para ayudar a las personas necesitadas de África.

Esta historia es muy bonita y es verdadera. Ve que el no hizo más que trabajar para el prójimo, no buscó enriquecerse así mismo. En Mateo 10,42 dice: Y TODO AQUEL QUE DÉ DE BEBER TAN SÓLO UN VASO DE AGUA FRESCA A UNO DE ESTOS PEQUEÑOS, POR DISCIPULO, OS ASEGURO QUE NO PERDERÁ SU RECOMPENSA.

Te aseguro que Ryan no puede ver a todos los niños y personas que les ha felicidad y calmado su sed, él continua en su labor, y con ello está atesorando tesoros en el cielo donde la orina y el hollín no los corrompe. Él le ha dado a esta gente un pedacito de cielo, sin interés alguno. ¿Qué pensamiento genera este acto de amor en ti?

La Iglesia es sabia, es nuestra madre y durante más de 2000 años te educa en la fe, te abraza y por ello enseña en el catecismo numeral 2113 donde dice:

La idolatría no se refiere sólo a los cultos falsos del paganismo. Es una tentación constante de la fe. Consiste en divinizar lo que no es Dios. Hay idolatría desde el momento en que el hombre honra y reverencia a una criatura en lugar de Dios. Trátese de dioses o de demonios, DE PODER, DE PLACER, DE LA RAZA, DE LOS ANTEPASADOS, DEL ESTADO, DEL DINERO, ETC. ‘NO PODEÍS SERVIR A DIOS Y AL DINERO’ dice Jesús –Mt 6,24- numerosos mártires han muerto por no adorar a la ‘bestia’, negándose incluso a simular su culto. La idolatría rechaza el ÚNICO SEÑORIO DE DIOS; es, por lo tanto, incompatible con la comunión divina.

Después de leer lo que dice el catecismo, caes en la cuenta que todo aquello que te aleja de Dios se convierte en la bestia. Todo aquello donde pones tu pensamiento, corazón que no sea Dios, poco a poco te lleva a la idolatría, porque, pones ello primero antes que a Dios, los dioses de este tiempo son otros, pero el que ha permanecido es el dios dinero, le rindes culto, lo idolatras, das hasta la vida por ello, te seduce, porque te da poder, fama, y obtienes casi todo lo que deseas. ¿Quién es tu dios?

Graba en tu memoria el ejemplo del rico de la parábola, él estaba atado a los bienes que ya tenía y se preocupaba de los futuros; sin saber si al día siguiente estaría aún vivo, cometía la víspera los pecados del día siguiente.

Aún no se había presentado un pobre a suplicar el pan y ya le manifestaba su crueldad. Aún no había recogido la nueva cosecha y ya lo condenaba su avaricia.

Contigo de una u otra forma la tierra te ha sus frutos. ¿Eres generos@? ¿Por qué cierras tu corazón a los pobres? No hagas lo mismo que este hombre, hablar contigo mism@ sobre lo que tienes y lo que quieres guardar para mañana, no pienses igual que este hombre, no digas tengo muchos bienes en reserva para muchos años. Descansaré, comeré, beberé, estaré en fiestas. Si piensas así, te digo ¡es una locura! ¿Sabes acaso si despertarás mañana?, eres groser@ si piensas así, porque mientras tu te llenas el estomago hasta más no poder ofreces a los que piden las letrinas.

Te aseguro que aún leyendo esta catequesis detenidamente y razonando sobre lo escrito insistes en objetar como de costumbre cuando de tocar tu bolsillo o billetera se trata. Y dices con tal certeza NO PUEDO VENDER MIS BIENES Y DISTRIBUIRLOS ENTRE LOS POBRES, PORQUE LA VIDA RESERVA DURAS SORPRESAS. Buen razonamiento el tuyo, no carece de lógica, pero, ¿No es el Señor tu Señor? ¿No es el Evangelio la ley de tu vida? Porque creo que tú eres uno de los que oficia misa, predica la palabra, pasas al frente y hablas de Dios, eres un dirigente que mueve comunidades y ministerios. Creo que tú eres un empresario que tiene su negocio, o bien eres un obrero o profesional. O eres un pobre que sueña con atesorar riquezas o simplemente ¿Pretendes inventarte una ley a tu medida, un evangelio a tu medida, un Dios a tu medida?

Las ideas de este tipo son bastante peligrosas: niégate a realizar las acciones que él Señor te manda expresamente y aduce el motivo de que son imposibles, te digo que esto equivale a suponer que tú sabiduría es superior a la del Legislador, el Señor dueño de todo.

Tu aún dices, estos bienes los gozaré hasta la muerte, y lo que quede lo dejaré a los pobres, lo escribiré bien claro en el testamento.

¿Esperas entonces a no estar entre los vivos para convertirte en amigo de Dios y de los pobres? ¿Solo cuando te vea muerto podré considerarte como hermano de los pobres?

¡Muchas gracias por tu generosidad! Entonces te digo, hace falta que duermas en la tumba, que seas reducid@ a polvo para que se manifieste la apertura de tu corazón En vida te estas dejando hundir en la orgía de tu avaricia y de los placeres físicos y no aciertas a levantar la mirada hacia los pobres. ¿Qué valor puede tener lo que de muerto hagas por ellos? Creo que estás diciendo, compro mi salvación, Dios no es corruptible y no se puede ser campeón cuando la competición ha terminado. No se demuestra el valor cuando la batalla ha terminado.

Crees que eres inteligente y hasta vileza en lo que dices. Mientras vives, te prefieres a ti mism@ en vez de la Palabra de Dios. Quizás pienses así dentro de ti. CUANDO MUERA CEDERÉ MIS BIENES AL SEÑOR PARA QUE NO ME LOS QUITE FULANO O MENGANO. ¿Cómo puedo llamar a este don: amor o venganza?

Ciertamente tus bienes irán a parar a los pobres, pero, ¿Gracias a ti o a tu muerte? Te digo, si fueras inmortal, no te acordarías de la enseñanza del Señor.

Escucha pronto, hoy mismo, no mañana ni el día de tu muerte, escucha a Cristo VENDE CUANTO TIENES Y DÁSELO A LOS POBRES. Imita presto a Cristo: él te ama, él se ha hecho pobre por ti, a fin de que su riqueza te enriqueciera.

Que eres pobre, Shemá hij@ de Dios, ¡escucha! Lo que dice Jesús en el evangelio de Marcos capitulo 12 versículos 41-44

Jesús se sentó frente al arca del tesoro y miraba cómo echaba gente monedas en el arca del Tesoro: muchos RICOS echaban mucho. Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas. O sea una cuarta parte del as. Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: ‘OS DIGO DE VERDAD QUE ESTA VIUDA POBRE HA HECHADO MÁS QUE TODOS LOS QUE ECHAN EN EL ARCA DEL TESORO. PUES TODOS HAN ECHADO DE LO QUE LES SOBRABA, ÉSTA, EN CAMBIO HA ECHADO DE LO QUE NECESITABA TODO CUANTO POSEÍA, TODO LO QUE TENÍA PARA VIVIR.

¿Qué más te puedo decir? Tu tienes que dar una respuesta y está respuesta va a nacer de tu corazón, donde esté tu corazón así será la respuesta que darás. Mientras te preparas a responder te dejo las palabras del Señor: VENDED VUESTROS BIENES Y DAD LIMOSNA. HACEOS BOLSAS QUE NO SE DETERIORAN, UN TESORO INAGOTABLE EN LOS CIELOS, DONDE NO LLEGA EL LADRON, NI LA POLILLA CORROE; PORQUE DONDE ESTÉ VUESTRO TESORO, ALLÍ ESTARÁ TAMBIÉN VUESTRO CORAZON –Lc 12,33-34-

Hoy no terminamos con oración porque tú oración será tu acción.

EJERCICIO:

Sí tú fe es como el grano de mostaza. En este mes vende todo lo que tienes (objeto de idolatría) y dáselo a los pobres. Pero sin que ellos se den cuenta. Mete el dinero en un sobre y busca la ocasión de entregarlo o deslizarlo bajo la puerta. Nunca esperes a que te vean, porque si te dan las gracias habrás perdido las bendiciones, lo que tu mano derecha haga que no lo sepa tu izquierda. Tampoco se lo cuentes a nadie.

Si tu fe, no es lo suficiente como para hacer lo descrito arriba, entonces aparta tu diezmo, la décima parte de todo lo que ganas y realiza la mecánica anterior.

Padre nuestro…. Dios te salve…. Gloria….

Luis Mayorga

Ministerioisaias@gmail.com

Próxima catequesis. Mensaje a las 7 iglesias

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