lunes, 20 de abril de 2009

PADRE NUESTRO 7


Séptima semana de ejercicios espirituales sobre la oración del Señor. Creo que ahora entiendes un poco más el significado de esta oración, la cual debe brotar de tus labios como una verdadera oración y no como una simple letanía sin sentido y aprisa que es lo peor.

DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DIA

DANOS: es hermosa la confianza de los hijos que esperan todo de su Padre. HACE SALIR SU SOL SOBRE MALOS Y BUENOS, Y LLOVER SOBRE JUSTOS E INJUSTOS. Cf Mt. 5,45 y da a todos los vivientes – a su tiempo su alimento—Cf. Sal 104,27. Jesús nos enseña esta petición, porque el Hijo le sabe pedir al padre, el hijo sabe que solo en su padre hallara sustento, sabe muy bien el hijo, que su padre esta en todo momento para ayudarle, aconsejarle y apartarle del mal. Todos hemos sido hijos y en nuestra niñez, juventud, adolescencia y por que no decirlo, adultes, acudimos al padre en los momentos que mas lo necesitamos, que es cuando nuestras situaciones en la vida nos aquejan y atormentan. Si esta confianza le tenemos al padre terrenal, ¡Cuánto mas le debemos confiar a Nuestro Padre Celestial! Es por ello que confiadamente le pedimos el sustento diario, que necesita nuestro cuerpo para vivir. Es por ello que con esta petición se glorifica, en efecto, a nuestro Padre reconociendo hasta que punto es Bueno más allá de toda bondad.

El ‘’danos’’ es algo mas profundo, implica algo mas fuerte, es la expresión de la Alianza: nosotros somos de El y El de nosotros, para nosotros. Pero este nosotros lo reconoce también como Padre de todos los hombres, y nosotros le pedimos por todos ellos, en solidaridad con sus necesidades y sus sufrimientos. Nos atrevemos a pedirle, te atreves a pedirle a decirle dame, dame el pan de cada día. En la alianza que el Señor hizo contigo nace la pertenencia humana y divina. Tu sabrás en que momento hiciste tu alianza con Dios, porque cada quien la hecho en su momento particular. Jesús, nos muestra su naturaleza divina y a la vez la humana, por ello, el mismo dice, yo soy el camino, la verdad y la vida, por ello el nos enseño la oración. Es por esta alianza que El Padre que te da la vida no puede dejar de darte el alimento necesario para ella, todos los bienes convenientes, materiales y espirituales. Si te pones a pensar un poco, si ves hacia atrás en tu vida y lees esta catequesis te darás cuenta que el Padre nunca te ha abandonado aun en los momentos que parecía que desfallecías. En el Sermón de la Montaña, Jesús insiste en esta confianza filial que coopera con la Providencia del Padre. Cf Mat 6,25-34. No te impone ninguna pasividad, Cf. 2Tes 3,6-13, sino que quiere librarte de toda inquietud agobiante y de toda preocupación. Así es el abandono filial de los hijos de Dios. Es por ello que con toda confianza, plena confianza le pides y nos atrevemos a pedirle, porque sabes muy bien que El es tu Padre.

San Cipriano dice con justa razón y pleno conocimiento de lo que significa la alianza y confianza en el Padre, ‘’ A los que buscan el Reino y la justicia de Dios, El les promete darles todo por añadidura. Todo en efecto pertenece a Dios; al que posee a Dios, nada le falta, si el mismo no falta a Dios.

¿Qué sucede con la otra cara de la moneda?, toma en cuenta que Jesús dijo ‘entre vosotros siempre habran pobres’. Hay hombres que padecen hambre por falta de pan que revela otra hondura de esta petición. El drama del hambre en el mundo LLAMA A LOS CRISTIANOS que oran en verdad a una responsabilidad efectiva hacia sus hermanos, tanto en sus conductas personales como en solidaridad con la familia humana. Esta petición de la Oración del Señor no puede estar aislada de las parábolas del pobre Lázaro y del juicio final. Cf. Lc 16,19-31; Mt 25,31-46. Si tu entiendes esto, entenderás que estas llamado a paliar el hambre de los mas necesitados, que no puedes quedarte como espectador únicamente ante la desgracia de tu prójimo, tu eres un ángel enviado del Señor para tal menester y estas llamado a despojarte de lo mucho que el Señor te da, aunque creas que es poco, para darlo a los pobres.

Se trata de ‘’nuestro’’ pan, uno para muchos: la pobreza de las Bienaventuranzas entraña compartir los bienes: invita a comunicar y compartir bienes materiales y espirituales, no por la fuerza sino por amor, amor a Dios en el temor de Dios, haciendo su voluntad aquí en la tierra, para que la abundancia de unos remedie las necesidades de otros. En la parábola, Dios le dio mucho al rico, el rico se lleno de soberbia y avaricia, le dio poco a Lázaro, al final al que tenia poco se le dio mucho, y al tenia mucho se le quito todo, por favor analiza tu comportamiento, si Dios te da suficiente pan o poco, siempre queda algo para dar y si no, siempre se puede compartir.

San Benito dice: ‘’ ORA ET LABORA’’, traducido quiere decir, ora como si todo dependiese de Dios y trabajad como si todo dependiense de vosotros. Una vez hecho nuestro trabajo, el alimento viene a ser un don del Padre; es bueno pedírselo y darle gracias por el. Es bueno pedírselo, pero no es bueno quedarse sentado sin hacer nada. Cuando el don de Dios se manifiesta en tu mesa, es bueno compartirlo. Este es el sentido de la mesa en una familia cristiana, compartirlo no solamente con los tuyos sino que con los más necesitados, de esta manera, Dios que todo lo ve, te recompensará.

Llenar la necesidad física con el pan, es un paso, recuerda que esta petición y la responsabilidad que implica sirven además para otra clase de hambre de la que desfallecen los hombres: NO SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE, SINO QUE EL HOMBRE VIVE DE TODO LO QUE SALE DE LA BOCA DE DIOS Dt. 8,3 Cf. Mt. 4,4. Jesús en la montaña, ante 5 mil seres, dio el pan espiritual, después satisfizo el hambre de todos con apenas 2 peces y 5 panes. Hizo que se cumpliera la escritura, no solo de pan vive el hombre, recuerda que el hombre esta hecho de cuerpo, alma y espíritu, uno es relativo al otro, el cuerpo y el alma mueren, pero no el espíritu, este necesita vivir y su alimento es la palabra de Dios. Un espíritu bien alimentado, fortalece el cuerpo y el alma llevándote a la santidad. Es por ello que de la palabra de Dios y de su espíritu los cristianos deben movilizar todos sus esfuerzos para ANUNCIAR EL EVANGELIO, razón de este ministerio, tu debes responderle al Señor, ENVIAME A MI, AQUÍ ESTOY YO SEÑOR, y para poder hacerlo debes de ejercitarte en la búsqueda de la santidad, caso contrario serias un ciego y un ciego no puede guiar a otro.

Hay hambre sobre la tierra y es innegable, mas no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Dios Cf. Am 8,11. Por la falta de este pan para el espíritu, es que abundan las religiones contrarias al conocimiento de Dios y ahora surgen nuevas religiones poniendo como estandarte la figura del Hijo de Dios, pero no son de la doctrina o enseñanza de la palabra de Dios... Por eso, el sentido específicamente cristiano y santo de esta petición se refiere al PAN DE VIDA: la palabra de Dios que se tiene que acoger en la fe, el Cuerpo de Cristo recibido en la Eucaristía. Cf. Jn 6,26-58

Tu como cristiano estas conciente del valor de la Eucaristía, y sabes muy bien, que hay miles de religiosos no comprometidos con el evangelio que no saben del valor de la misa. Es por ello que están muriendo espiritualmente, a falta de este pan. Es tu deber y vocación anunciar el evangelio a toda criatura, a todo hombre y mujer, Juan Pablo II conciente de ello dijo ‘’ ES NECESARIO EVANGELIZAR CON NUEVO ARDOR’’, porque sabes muy bien que muchos han perdido la fe, por diferentes motivos o circunstancias, para ello estas tu, tu comes del pan de vida diariamente, comparte también éste pan, que el señor te da en abundancia.

Hace un año recibiste el pan diario, hoy lo recibes. El hoy es también una expresión de confianza. El señor no dejara tu estomago vacío, ni tu Espíritu hambriento, lo demostró ampliamente durante la travesía de su pueblo en el desierto, les dio mana, les dio codornices, un pueblo exigente, incrédulo y Jesús en el hoy del Señor, te da el pan día a día, solo tienes que ir a tomarlo. El señor te lo enseña; no hubiéramos podido inventarlo. Como se trata sobre todo de su Palabra y del Cuerpo de su Hijo, este Hoy no es solamente el nuestro tiempo mortal: ES EL HOY DE DIOS.

San Ambrosio lo explica así:

Si recibes el pan cada día, cada día para ti es hoy. Si Jesucristo es para ti hoy, todos los días resucita para ti. ¿Como es eso? ‘TU ERES MI HIJO; YO TE HE ENGENDRADO HOY’ CF sal 2,7. Hoy, es decir, cuando Cristo resucita.

Por ello Jesús dijo, no te afanes del día mañana, cada día trae consigo lo suyo. No olvides, el tiempo de Dios no es igual al nuestro y el Hoy de Dios es eterno, el hoy del hombre, es perecedero. Si tú recibes hoy el pan, da el pan hoy de cada día a los más necesitados, físicamente y espiritualmente.

La palabra EPIOUSIOS, solo se emplea en nuevo testamento. Tomada en un sentido temporal, es una repetición pedagógica de HOY Cf. Ex 16,19-21 para confirmarnos en una confianza sin reserva. Tomada en un sentido cualitativo, significa lo necesario a la vida, y más ampliamente cualquier bien suficiente para la subsistencia. Cf 1Tm 6,8. Tomada al pie de la letra, designa directamente el Pan de Vida, el Cuerpo de Cristo, REMEDIO DE INMORTALIDAD sin el cual no tenemos la Vida en nosotros. Cf Jn 6,53-56 Finalmente, ligado a lo que precede, el sentido celestial es claro: este DIA es el del Señor, el del Festín del Reino, anticipado en la Eucaristía, en que pregustamos el Reino venidero. Por eso conviene que la liturgia eucarística se celebre cada día. En el mandato de Jesús, pidió se celebrara cada año, en su memoria. La iglesia lo interpreta como el Pan de Vida necesario, es por ello que diariamente se hace este memorial, donde el pan ácimo y el vino se convierten en sangre de cristo y cuerpo de Cristo. Si tú puedes degustar cada día el pan, hazlo, si no, hazlo por lo menos cada 8 días, para que tu espíritu se alimente con el pan que baja del cielo.

La eucaristía es nuestro pan cotidiano. La virtud propia de este divino alimento es una fuerza de unión: nos une al Cuerpo del Salvador y hace de nosotros sus miembros para que vengamos a ser lo que recibimos. Este pan cotidiano se encuentra, además, en las lecturas que oís cada día en la Iglesia, en la radio, televisión, por medio de los obispos, sacerdotes, catequistas, predicadores, evangelizadores y cuando la lees, en los himnos que se cantan y tu cantas al igual que las alabanzas, si te das cuenta, el pan de la palabra no te falta cada día, el Padre escucha tu ruego.

El Padre del cielo te exhorta a pedir como hijo del cielo el Pan del cielo. Cf. Jn 6,51 Cristo mismo es el pan que, serrado en la Virgen, florecido en la Carne, amasado en la Pasión, cocido en el Horno del sepulcro, reservado en la iglesia, llevado a los altares, suministra cada día a los fieles un alimento celestial esto lo dijo San Pedro Crisologo en uno de sus sermones. Entonces cada claro, Jesús es el Pan de Vida bajado del Cielo, su palabra es lámpara a tus pies, así que desea, desea y desea hasta el cansancio este pan divino. Porque en ello te juegas también la santidad.

Padre nuestro…. Dios te salve…. Gloria….

Luis Mayorga

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