SAN JUAN 3,16-21 NOS EXHORTA A MEDITAR PROFUDAMENTE SOBRE
NUESTRA FE, ¿Cuántas veces hemos sido detenidos, y enviados a la cárcel por
ser cristianos católicos que damos testimonio de Jesús? ¿Cuántas veces sido
azotados? ¿Cómo sabemos si es madura nuestra fe, no hemos padecido
contradicciones por su causa?
Si te persiguieran a causa de tu fe, perdiendo prestigio
social, o ventajas humanas, si te pasara lo que les pasó a los apóstoles, por
que anunciaban a Cristo y seguir su estilo de vida, ¿Seguirías dando testimonio
valientemente? ¿O buscarías componendas para sobrevivir para sobrevivir? ¿Tu fe
es un modo de vida, un estilo evangélico y convencido de conducta? ¿O meramente
unos conocimientos que sabes? El menor obstáculo ¿Ya te hace tambalear en tu
seguimiento de Cristo?
En los momentos en que la fatiga, el cansancio o el miedo te
hacen dudar en tu fe, podrías rezar desde lo más profundo de tu ser el salmo 33
que dice yo consulté al Señor y me respondió, me libró de todas mis ansias, si
el afligido invoca al Señor, Él lo escuchará y lo salva de sus angustias,
gusten y vean que bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a Él. Esto te
daría fuerzas para seguir con tu testimonio, de palabra y de obra, en medio de
los ambientes que vives.
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