LA RESURRECCIÓN DE JESÚS Y LOS MILAGROS que hacían
los apóstoles provocó en los dirigentes religiosos de Israel molestias. En su
interior sabían que el poder de Jesús estaba por encima de todo lo comprensible
y humano, esto los llevó a comprender que Jesús era el Mesías esperado. Pero no
podían reconocer la verdad que se presentaba ante ellos en público, porque con
ello los llevaría a perder el poder que habían adquirido y en hacer retroceder
el planteamiento religioso que ellos por cierto manejaban a su antojo.
Los apóstolos, con la misma escritura que los religiosos conocían,
les hicieron ver que la piedra que ellos desecharon era ahora la piedra
angular, es decir Jesús. Jesús es el fundamento de toda la fe y la persona
humana, y no la ley como enseñaban los religiosos. Si, se puede ir contra la
verdad, cuando tus intereses están en riesgo. Hechos 4,1-12
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