EL PERVERSO VIVE SU DIA, NO PIENSA más allá de sus
propios ojos. Por ello vive la angustia del tener, del querer poder el luchar
por dominar a los demás y no importa como, se afana por estar encima de los
demás. Pero el justo el que cree y hace la voluntad Dios sabe que la vida tiene
otras dimensiones, que no es solo aquí en la tierra donde es temporal, que espera
la justicia y misericordia de Dios. Por eso, su actuar es más acorde a la
voluntad de Dios, prepara sus lámparas para la venida del esposo. El hombre o
mujer que siguen los pasos de Dios no se contenta con las alabanzas de Dios,
sino que espera el beneplácito divino.
Sabiduría 2,1.12-22
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