Antes de iniciar la catequesis es necesario leer la oración del Padre Nuestro:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén
Después de haber leído esta oración universal, pasemos a lo que dijo el Papa Juan Pablo II:
En el mundo contemporáneo, sin embargo, muchos no reconocen aún al Dios de Jesucristo como Creador y Padre. Algunos, a veces también por culpa de los creyentes, han optado por la indiferencia y el ateísmo; otros, cultivando una vaga religiosidad, se han construido un Dios a su propia imagen y semejanza; otros lo consideran un ser totalmente inalcanzable.
Cometido de los creyentes es proclamar y testimoniar que, aunque “habita en una luz inaccesible” , el Padre celeste en su Hijo, encarnado en el seno de María Virgen, muerto y resucitado, se ha acercado a cada hombre y le hace capaz “de responderle, de conocerlo y de amarlo” .
PADRE NUESTRO
Cada quien le llama padre a su papa y en el conjunto de hijos le llama Padre nuestro o nuestro papa. Le llaman así, los hijos.
Antes de hacer nuestra esta primera exclamación de
La expresión Dios Padre no había sido revelada jamás a nadie. Cuando Moisés pregunto a Dios quien era El, oyó otro nombre. A nosotros este nombre nos ha sido revelado en el Hijo, porque este nombre implica el nuevo nombre de Padre.
Tenemos la dicha de saber su nombre, pero no la dicha de verlo, la respuesta del porque la encontramos cuando Moisés pidió verlo y todos sabemos la respuesta de Dios.
También tenemos la dicha de poder llamarlo Padre, porque El nos ha sido revelado por el Hijo y su Espíritu nos hace conocerlo. Porque solamente por medio del Espíritu podemos entender las cosas del Espíritu. Tú ya has pasado por las catequesis de los dones del Espíritu y en estas catequesis encuentras la imagen y semejanza del Padre del cual fuimos hechos.
El secreto esta en lo que el hombre no puede concebir ni los poderes ni los poderes angélicos entrever, es decir, la relación personal del Hijo hacia el Padre, he aquí que el Espíritu del Hijo nos hace participar de esta relación a quienes creemos que Jesús es el Cristo y que hemos nacido de Dios. Jesús dice, yo les enviare el paráclito, entonces mi Padre y Yo haremos morado en ustedes a los que hacen la voluntad del Padre. El otro secreto seria entonces, el hacer la voluntad del Padre, porque haciendo la voluntad del Padre se fortalece el Espíritu que habita en nosotros., es por ello que cuando oramos al Padre estamos en comunión con El y con su Hijo, Jesucristo... Entonces le conocemos y reconocemos con admiración siempre nueva. Estos secretos lo entendieron muchos santos de
Es como dije casi al principio, nadie llama Padre a quien no es su padre y es por ello que damos gracias al Padre por habernos revelado su Nombre, por habernos concedido creer en El y por haber sido habitados por su presencia. Llama mucho la atención, cuando los apóstoles le piden a Jesús que les muestre al Padre, porque es un deseo latente en cada persona y este deseo hace desear el conocer al padre, Jesús simplemente responde con otra pregunta, ¿ni aun estando conmigo le conocéis? Entonces el gran secreto que nos ha sido revelado es el pleno conocimiento de Jesús es el Pleno conocimiento de Dios.
Podemos adorar al Padre por la sencilla razón que nos ha hecho renacer a su vida por medio de su hijo Jesucristo al adoptarnos como hijos suyos: Por el bautismo nos incorpora al Cuerpo de su Cristo, y, por la unción de su Espíritu que se derrama desde
Al hacernos cristos, quiere decir que debemos de ser como el ejemplo que nos muestra en su hijo Único y con esto baste leer los evangelios y entender, comprender al Dios vivo bajado del cielo mismo, quien puso su morada entre nosotros. El hombre nuevo que ha renacido y vuelto a su Dios por la gracia, dice primero ‘’! Padre!’’, porque ha sido hecho hijo.
Así pues, por
Porque fue Jesús, el que nos enseño, a decirle a Dios, Padre, es por ello que el dijo, cuando empecéis a orar, empezad así, Padre Nuestro….
Tu hombre, no te atrevías a levantar tu cara hacia el cielo, tú bajabas los ojos hacia la tierra, y de repente has recibido la gracia de Cristo: Todos tus pecados te han sido perdonados. De siervo malo, te has convertido en buen hijo… Eleva, pues, los ojos hacia el Padre que te ha rescatado por medio de su hijo y di: Padre nuestro… Pero no reclames ningún privilegio. No es Padre, de manera especial, más que de Cristo, mientras que a nosotros nos ha creado. Di entonces también por medio de la gracia: Padre nuestro, para merecer ser hijo suyo. – San Ambrosio--
Sin duda alguna, el pecado nos alejo de Dios, nos hizo perder el derecho de hijos, nos convertimos en hijos del mal, pero gracias a Jesucristo, hemos sido redimidos y adoptados y ello exige por nuestra parte una conversión continua, buscar la santidad ejercitándonos en ella para lograr una nueva vida. Orar a nuestro Padre debe desarrollar en nosotros en tu persona dos disposiciones fundamentales:
El deseo y la voluntad de asemejarnos a El, es por ello que el pide
Es necesario acordarnos, cuando llamemos a Dios ‘’ Padre nuestro’’, de que debemos comportarnos como hijos de Dios—San Ambrosio—
No podéis llamar Padre nuestro al Dios de toda bondad si mantenéis un corazón cruel e inhumano; porque en este caso ya no tenéis en vosotros la señal de la bondad del Padre Celestial—San Juan Crisóstomo—
Es necesario contemplar continuamente la belleza del Padre e impregnar de ella nuestra alma—San Gregorio de Nisa—
No cabe duda que San Ambrosio, San Crisóstomo y San Gregorio entendían el concepto de
De llamar Padre al Padre Celestial.
Un corazón humilde y confiado que nos hace volver a ser como niños, porque es de lo pequeños a los que el Padre se revela, ahora se entiende, el porque Jesús le dice a su amigo, tienes que volver a nacer.
En una mirada a Dios y solo a El, un gran fuego de amor. El alma se hunde y se abisma allí en la santa dilección y habla con Dios como con su propio Padre, muy familiarmente, en una ternura de piedad en verdad entrañable.—San Juan Casiano—
Padre nuestro, este nombre suscita en nosotros todo a la vez, el amor, el gusto en la oración…, y también la esperanza de obtener lo que vamos a pedir… ¿Que puede El, en efecto, negar a la oración de sus hijos, cuando ya previamente les ha permitido ser sus hijos?—San Agustín—
Es por ello que Jesús dice, pedid y se os dará, tocad y se os abrirá, buscad y hallareis.
Luis Mayorga
Padre nuestro….. Dios te salve…. Gloria
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