El que mejor nos propone un ejemplo sobre el cuarto
mandamiento es Jesús, el ejemplo es muy aleccionador. Dios quiere que
honremos a nuestros papas, que lo hagamos en concreto, ayudándoles también materialmente.
Pero se ve que algunos no lo cumplían, bajo el pretexto de que los bienes con
los podrían ayudar a sus padres los ofrecían como una limosna al templo, lo
cual por cierto resultaba bastante más cómodo, este era el llamado Corban, una
limosna literalmente, la cual se consideraba sagrada, con ello los que la daban
se consideraban dispensados, libres de ayudar a sus papas, cosa por demás ridícula,
así mismo sentían más difícil y continuada el ayudar a sus padres. Pero Dios,
más que sacrificios que se le puedan ofrecer a él, lo que quiere es que
cumplamos con el cuarto mandamiento y ayudemos a los padres en su necesidad, no
importa lo difícil que esto sea.
San Marcos 7,1-13
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