PABLO Y SUS COMPAÑEROS siguen cosechando frutos en la evangelización,
animando y organizando a las comunidades. Llama la atención como enrolan a
Apolo para la misión. Y son nada más y nada menos que el matrimonio de Aquila y
Priscila los encargados de terminar el proceso de evangelización en la persona
de Apolo. Naturalmente y por lógica los apóstoles están atentos a todo lo que
hacen los misioneros, pero dejan la libertad y aprueban el quehacer de todos
sus miembros. Habían entendido que la difusión del Evangelio es tarea de todos,
vivían la comunión y corresponsabilidad eclesiales. Hechos 18,23-28

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