LUCAS 6,6-11 EL TEXTO PONE ANTE JESUS A UN HOMBRE CON UNA
MANO SIN FUERZA, SECA, PARALIZADA. Nadie se interesa por pedir su curación
y menos aun el directamente interesado. Pero la enfermedad no era solo el
problema individual, sino que sus efectos repercuten en toda la comunidad. En
el relato no emerge tanto el problema de la enfermedad sino más bien su
relación con el sábado. Jesús es criticado porque ha curado en sábado. La
diferencia con los fariseos consiste en que estos, en el día sábado, no actúan con
base en el mandamiento del amor que es la esencia de la ley. Jesús, después de
ordenar al hombre ponerse en el centro de la asamblea, hace una pregunta decisiva
¿ es licito o no curar en sábado? Los espacios para la respuesta son reducidos,
curar o no curar, o sea, curar o destruir.

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