EL DISCURSO DEL PAN DE VIDA QUE JESUS DIRIGE A SUS
OYENTES EL día siguiente a la multiplicación de los panes, en la sinagoga
de Cafarnaúm, entra en su desarrollo decisivo.
La catequesis de Jesús tiene dos partes muy claras, una que
habla de la fe en Él, y otra de la Eucaristía. En la primera afirma yo soy el
pan de vida en la segunda dirá yo daré el pan de vida. Ambas están íntimamente ligadas
relacionadas, y forman parte de la gran pagina de catequesis que el evangelista
nos ofrece en torno al tema del pan.
Hoy escuchamos la primera. Repetimos la última frase de
ayer, el versículo 35 del evangelio de San Juan 6, 35-40 yo soy el pan de vida,
que es el inicio de la lectura, que tiene como contenido la fe en Jesús. Se
nota en seguida, porque los verbos que emplea son el que viene a mí, el que
cree en mí, el que ve al hijo y cree en él. Se trata de creer en el enviado de
Dios. Aquí se llama pan a Cristo no en un sentido directamente eucarístico, sino
más metafórico, a una humanidad hambrienta, Dios le envía a su Hijo como el
verdadero pan que la saciará. Como también se lo envía como la luz, o como el
pastor. Luego pasará a una perspectiva más claramente eucarística, con los
verbos comer y beber. El efecto del creer en Jesús es claro, el que crea en Él
no pasará hambre, no se perderá, lo resucitaré el último día, tendrá vida
eterna.
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