HECHOS 20,17-27 En esta lectura hay un discurso que
bien puede ser una serie de recomendaciones, esta lectura está dirigida a los
dirigentes tanto de pastorales como a los presbíteros, en la actualidad. Antes
de partir hacia otra misión sabiendo que ya no regresará, les deja un enlace de
conducción en la vida apostólica, que muy bien es para ti y para mi.
Veamos, 1 servicio, esfuerzo, predica, riesgos… esto es la acción
que deben de realizar los discípulos de su maestro, tomar ejemplo de los
ancianos de tu pastoral o presbiterio. 2
el que conduce toda actividad misionera es el Espíritu Santo, a Él se le debe
obediencia para llevar el evangelio a todos los rincones del mundo utilizando
para ello cualquier método. 3 como le
pasó a Jesús, Jerusalén es la ciudad símbolo de todo discípulo. En esa ciudad
el Señor entregó su vida como premio de su entrega y misión, lo mismo tiene que
hacer el creyente de hoy y más si es dirigente, aunque no dé su vida en Jerusalén,
ya que Pablo entregó todo en Roma. Esta lectura todavía sigue siendo alentadora
y orientadora para todo servidor de Jesús en nuestros días. Pide discernimiento
al Espíritu Santo.
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