LA LECTURA DEL EVANGELIO MAT. 11,16-19 claramente nos invita
y nos hace reflexionar que no hay una única manera de servir a Dios. Todos
hemos sido llamados a actuar según nuestra vocación y estado de vida. Así como
Juan el Bautista que era un asceta servía a Dios, otros quizás disfrutan de la
generosidad de Dios que provee comida y bebida, pueden agradar a Dios. En la
comunidad de Jesús, tu comunidad, no todos están dispuestos a descubrir a Dios
en los tiempos de escasez como en tiempo de abundancia, en tiempo en que se
toca música alegre o en tiempos de música fúnebre. A este tipo de personas Jesús les recuerda
que solo la persona que se alegra en ambas realidades puede ser justificada por
la sabiduría que procede de Dios. En tu comunidad de fe, seguramente te has
encontrado con realidades de escasez, privación, dolor, llanto, miseria, amargura,
también has encontrado motivos para celebrar la vida en medio de la alegría. En
cada momento debes celebrar la presencia de Dios que te invita a ser solidario
con la persona que sufre, al mismo tiempo te exhorta a alegrarte con los que están
alegres.
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