NO DESMAYAMOS… SINO POR LA manifestación de la verdad recomendándonos
a toda conciencia humana delante de Dios – 2 corintios 4,1,2- San Pablo declara
que estamos llamados a ser una manifestación de la verdad. Por supuesto,
sabemos que Jesús es esta verdad. Entonces, ¿Qué quiere decir San Pablo al
decir, en esencia, que debemos manifestar a Jesús?
Una manifestación es un resplandecer que hace que algo sea
claro y comprensible. Entonces, en resumen, Pablo dice que somos llamados a
hacer que Jesús sea conocido y entendido por todas las personas. En cada una
nuestras vidas, debe de haber un resplandor de la misma naturaleza y semejanza
de Cristo.
Pablo lleva aun más allá, este concepto de manifestar a
Cristo. Él dice que en realidad somos las cartas de Dios al mundo. Nuestras
cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por
todos los hombres… escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo, no
en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
La mente carnal simplemente no puede comprender las cosas
espirituales. Las considera tontas. Entonces Dios escogió hacer a conocer a su
hijo a los pecadores de la manera más efectiva, al revelarlo en epístolas de
carne y hueso, mensajes vivientes que pueden leer todos. Esto sucede solo por
obra del Espíritu. En el momento en que somos llenos, el espíritu santo imprime
en nosotros la misma imagen de Jesús y el continúa formando esta imagen en
nosotros. La misión del Espíritu es formar en nosotros una imagen de Cristo que
sea tan veraz y precisa que en realidad perfore las conciencias de las
personas.
El espíritu santo logra esto agarrando nuestros corazones
redimidos y cuerpos entregados y continuamente atrayéndonos a la presencia de Jesús.
Ahí estamos obligados a vivir una vida santa.
Mientras pasas tiempo con él, su imagen en ti crecerá y tu
vida se convertirá en una manifestación tan poderosa de Jesús que los que te
rodean serán tocados y conmovidos.
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