CUANDO LOS DICIPULOS LE DIJERON a Jesús: Señor, enséñanos a
orar – lucas 11,1- era porque en realidad ellos querían aprender a orar de tal
forma que le agradara. Así también, a muchos cristianos les encantaría ser
fieles en la oración, pero no saben cómo. Debido a que ellos simplemente no
comprenden el propósito vital de la oración, no mantienen una vida de oración significativa.
Muchos cristianos oran por obligación, pensando que es algo
que se debe hacer. Otros oran solamente en tiempos de crisis o tragedia. Pero
es importante entender que mientras que, por un lado, la oración es para
nuestro propio beneficio, por otro lado ¡también es para el deleite del Señor! Sin
esto dos elementos, no tenemos el fundamento para edificar una vida de oración.
No solamente debemos pedir por las cosas que necesitamos,
sino que debemos pedir por las cosas que el desea. Y su deseo más profundo es
pasar tiempo con nosotros, en intimidad y comunión.
No os afanéis por vuestra vida, que habéis de comer o que habéis
de beber, ni por vuestro cuerpo, que habéis de vestir… mirad las aves del cielo…
vuestro padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Porque… vuestro padre celestial sabe que tenéis necesidad de
todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de dios y su justicia, y
todas estas cosas os serán añadidas.
Dios nos esta diciendo, cuando vengas a mi presencia, enfoca
tu atención en pasar tiempo conmigo, en llegar a conocerme. No dejes que el enfoque
sea en cosas materiales. Yo se cuales son tus necesidades, y yo me encargaré de
todas ellas. ¡solo búscame y disfrutemos de una dulce comunión!
El tipo de oración que más le agrada a Dios es muy simple y fácil
de entender, es tan simple, de hecho, que un niño pequeño puede orar en una
manera que le agrade a él.
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