Mientras Lot se detenía a las puertas de la destrucción, sin
fuerza ni voluntad para liberarse así mismo, Dios condujo de la mano a este
confundido y engañado hombre, atado por el pecado, a un lugar seguro: yo te amo
y no voy a permitir que mueras en esta efervescencia de juicio. Tu eres un
hombre justo, Lot; y yo te he advertido. ¡ahora ven!
Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por
los impíos. El significado literal de débiles aquí es sin capacidad o voluntad.
Dios dice que Él está dispuesto a actuar en nuestro favor porque nosotros no
tenemos nada que ofrecer.
El Señor tenia una directiva más para Lot: escapa por tu
vida, no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura, escapa al monte, no sea
que perezcas. Acá, el monte representa la presencia de Dios, un lugar a solas
con Él. Vemos que esta imagen se repite a través de las escrituras. Fue en un
monte que moisés fue tocado por la gloria de Dios, Jesús buscó a su padre en oración,
Cristo fue transfigurado delante de sus discípulos.
Grande es Dios, y digno de ser en gran manera alabado en la
ciudad de nuestro Dios, en su monte santo.
Venid y subamos al monte de Dios, a la casa del Dios de
Jacob, y nos enseñara sus caminos, y caminaremos por sus sendas.
Cuando Dios te libera por la fe en sus promesas, ¡corre
directamente al monte de su santidad, su presencia!
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