EN EL ANTIGUO TESTAMENTO, EL PUEBLO DE DIOS LO abandonaba
una y otra vez, pero él siempre los restauraba y los bendecía. El Señor tenia
todo el derecho de darse por vencido con Israel, pero permaneció siempre fiel a
ellos. Nehemías resume esta maravillosa verdad sobre la naturaleza de Dios.
Pero una vez que tenían paz, volvían a hacer lo malo delante
de ti… pero volvían y clamaban otra vez a ti, y tu desde los cielos los oías y según
tu misericordia muchas veces los libraste… más por tu mucha misericordia no los
consumiste, ni los desamparaste, porque eres Dios clemente y misericordioso. Nehemías
9, 28.31
El profeta Isaías conocía este aspecto de la naturaleza de
Dios. Como Moisés antes que él, Isaías predicaba acerca del juicio de Dios
contra el pecado. El hablo de días oscuros de desesperación, que vendrían sobre
aquellos que viven en continua rebelión. Sin embargo, en medio de uno de sus
mensajes más directos, Isaías se detuvo para hacer esta aclaración.
De la misericordia de Dios haré memoria, de las alabanzas de
Dios, conforme a todo lo que Dios nos ha dado, y de la grandeza de sus
beneficios hacia la casa de Israel, que les ha hecho según su misericordia, y según
la grandeza de su piedad. Isaías 63,7
A todo lugar donde Isaías volteaba, veía alejamiento de y apostasía en Israel. Sin embargo, a pesar de esto, Isaías miró su corazón y recordó una revelación de como era realmente Dios. Y comenzó a alabar a Dios por su fidelidad, Oh, Señor, nos hemos rebelado contra ti y nos hemos apartado de tu espíritu Santo. sálvanos nuevamente por tu gran misericordia, aviva tu compasión hacia nosotros. Tu estas lleno de misericordia.
Mas adelante, el profeta Joel dio serias advertencias, pero
incluso mientras profetizaba sobre terremotos masivos y el oscurecimiento del
sol y la luna, repentinamente, comenzó a hablar de la naturaleza amorosa de Dios.
Convertíos a Dios vuestro Dios, porque misericordioso es y
clemente, tardo para la ira y grande en misericordia.
Hnos. en la fe, hay momentos en los que necesitamos recordar
esta revelación de la misericordia del Señor para nosotros mismos.
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