VEMOS EN HECHOS 6 QUE LOS APOSTOLES tuvieron que elegir lo
que muchos han venido a llamar, los primeros diáconos. Hubo una disputa entre
los judíos griegos y los judíos hebreos acerca de la equidad del sistema de distribución
de alimentos. Los apóstoles decidieron nombrar ciertos hombres para encargarse
de dicha tarea, de modo que la distribución de alimentos recibiera la atención adecuada
mientras los apóstoles continuaban enfocándose en la oración y el ministerio de
la palabra.
Los apóstoles dijeron: buscad, pues, hermanos, de entre
vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del espíritu santo y de sabiduría.
El reparto de comida era una tarea sencilla; aun así, los apóstoles sentían que
estar lleno del espíritu o ser guiado por el espíritu era un requisito
necesario para manejar sabiamente ese simple trabajo.
Comparemos esto con algunas de nuestras prácticas de hoy
para servir en la iglesia. Al seleccionar a las personas para cargos de
importancia en el ministerio, usualmente buscamos primero cualidades
educacionales. Aquellos que han obtenido un título profesional cosa importante,
se convierten en los principales candidatos para dirigir, a menudo sin que
nadie haya discernido si estos lideres potenciales muestran evidencia de ser
guiados por el espíritu, lo cual es de suma importancia y que no basta
solamente el título profesional. Estos candidatos pasan por una serie de
pruebas de aptitud para ver si son compatibles con el ministerio, como si la
ciencia fuera el factor decisivo en la sabiduría. Pero en la iglesia primitiva de
Dios, incluso el trabajo de distribuir comida a las viudas requería lideres que
estuvieran guiados por el espíritu santo y llenos de sabiduría.
Si todos los creyentes estuvieran llenos del espíritu santo,
si todos en la comunidad fueran guiados por el espíritu santo, los apóstoles no
habrían establecido tal calificación. De hecho, seria totalmente absurdo. Imagínate
decir, escoge a siete personas que están respirando. Sin embargo, ser cristiano
no garantiza necesariamente que una persona viva una vida guiada por el espíritu
santo. Uno debe pasar tiempo en la presencia de Dios hasta que sea investido de
poder desde lo alto.
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