¿Quién es el líder espiritual?
El director y líder del alma es propiamente el Espíritu Divino;
frente a su acción, el líder humano
cumple un papel preparatorio y subsidiario: debe llevar al alma a que escuche a
Dios, lo obedezca y sea generosa en su respuesta a Él. Todo líder espiritual debe dar a cada alma la indicación
que dio Helí a Samuel: si vuelven a llamarte di: habla, Señor, que tu siervo
escucha (1 Sam 3, 9).
El Catecismo habla de
los Dones del Espíritu Santo, que son disposiciones permanentes que hacen al
hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu Santo.
Son siete:
Don de Sabiduría: Es
un gusto especial para lo espiritual.
Don de Entendimiento:
Es una gracia del Espíritu Santo para comprender la Palabra de Dios y
profundizar en las verdades reveladas.
Don de Consejo: Es una
luz para saber en cada momento lo que es la voluntad de Dios. Nos ayuda a obrar
rectamente.
Don de Ciencia: Nos
hace saber distinguir entre lo verdadero y lo falso en orden a la vida eterna.
Don de Fortaleza: Es una
fuerza especial para obrar valerosamente lo que Dios quiere de nosotros, y
sobrellevar las contrariedades de la vida.
Don de Piedad: Es un
afecto filial a Dios como Padre, y a los hermanos como hijos del mismo Padre.
Don de Temor de Dios:
Es una humilde actitud de temor a ofender a Dios, reconociendo nuestra
debilidad.
Los dones del Espíritu
Santo son unas gracias especiales y permanentes que potencian nuestras virtudes
cristianas y nos hacen reaccionar más en sintonía con Dios
Además de los dones
del Espíritu Santo, están los frutos. Son: amor, alegría, paz, bondad, etc.
Deuteronomio 5:27
Mejor acércate tú, y escucha todo lo que el Señor nuestro Dios te diga, y ya
luego nos dirás lo que te haya comunicado, y nosotros cumpliremos lo que se nos
diga.”
1samuel 3:9 dijo a
éste: —Ve a acostarte; y si el Señor te llama, respóndele: “Habla, que tu
siervo escucha.” Entonces Samuel se fue y se acostó en su sitio.
10 Después llegó el
Señor, se detuvo y lo llamó igual que antes: —¡Samuel! ¡Samuel! —Habla, que tu
siervo escucha —contestó Samuel.
Siracides 6:33 Si te
gusta escuchar, aprenderás; si pones atención, te instruirás.
34 Júntate con los
ancianos cuando se reúnan; cuando veas un sabio, júntate con él.
35 Procura escuchar
toda explicación, y que no se te escapen los dichos sensatos.
Lucas 10:16 »El que
los escucha a ustedes, me escucha a mí; y el que los rechaza a ustedes, me
rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió.»
1timoteo 4:15 Pon tu
cuidado y tu atención en estas cosas, para que todos puedan ver cómo adelantas.
16 Ten cuidado de ti
mismo y de lo que enseñas a otros, y sigue firme en todo. Si lo haces así, te
salvarás a ti mismo y salvarás también a los que te escuchan
Santiago 1:19
Recuerden esto, queridos hermanos: todos ustedes deben estar listos para
escuchar; en cambio deben ser lentos para hablar y para enojarse.
20 Porque el hombre
enojado no hace lo que es justo ante Dios.
SEMÁFOROS
No hay ciudad en el
mundo desarrollado que pueda funcionar sin semáforos. Si bien no constituyen
barreras físicas, los conductores optan por ejercer autocontrol y en su mayoría
siguen sus instrucciones: se detienen con la luz roja, actúan con precaución
con la amarilla, y avanzan con la verde. El automovilista que se pasa una luz
roja pone en riesgo su vida y la de los demás. En cambio, respetando las
señales de colores aumentamos las probabilidades de que cada uno arribe a su
destino sano y salvo.
Lo mismo pasa en la
vida.
● Luz roja
¡Lávense,
purifíquense! No me hagan el testigo de sus malas acciones, dejen de hacer el
mal. Isaías 1:16,17
Zaqueo era recaudador
de impuestos, actividad que nunca ha sido bien vista. Para colmo, no daba
demasiada importancia a la honestidad. Así y todo, hizo un esfuerzo para
escuchar lo que Jesús enseñaba, y a su vez Jesús hizo un esfuerzo para reunirse
con él. Zaqueo entendió claramente el mensaje de que debía dejar de hacer
trampas y de engañar a las personas de quienes recaudaba impuestos. Vio la luz
roja. Se detuvo en seco, hizo un compromiso y devolvió todo lo que había robado
y más.
¿Qué querrá Dios que
yo deje de hacer? ¿Tengo algún pecado o vicio? Tal vez sea fumar, o comer en
exceso; quizá sea jugar videojuegos hasta altas horas de la noche, o perder la
paciencia con un familiar o compañero de trabajo. Podría ser simplemente dejar
las luces encendidas y malgastar electricidad.
Acercaos a Dios, y Él
se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble
ánimo, purificad vuestros corazones. Santiago 4:8
Señor, ayúdame a estar
pendiente de los semáforos en rojo que me pueda encontrar, a parar lo que no me
ayuda, ni hace bien a los demás, ni te complace a Ti.
● Luz amarilla
El sabio teme y se
aparta del mal; mas el insensato se muestra insolente y confiado. Proverbios
14:16
Una luz amarilla puede
tener diversos significados según la situación. En todo caso, el mensaje que da
cuando es intermitente es: «¡Cuidado! ¿Estás seguro de que debes seguir?»
Una mujer en la más
extrema pobreza estaba a punto de cocinar los pocos alimentos que le quedaban.
Aquella iba a ser la última comida para ella y su hijo. No obstante, se
presentó el profeta Elías y le pidió que le preparara una tortita. ¿Debía darle
lo último que le quedaba? Sin duda se detuvo a pensarlo. Al final optó por
confiar en Dios y dar de comer primero a Su profeta. La Biblia explica que,
como consecuencia de aquel acto de fe, su provisión de alimentos se multiplicó
milagrosamente, y su casa sobrevivió a la hambruna.
No siempre es posible
saber de antemano el efecto que tendrán nuestras decisiones. Es parte del
misterio de la vida. Lo que podemos hacer es actuar con cautela, sopesar las
opciones, considerar las consecuencias y orar por la guía de Dios. Recibir
orientación divina puede tomar tiempo. Rara vez obtenemos las respuestas en un
abrir y cerrar de ojos.
Muchas flores se abren
al sol, pero solo una lo sigue continuamente. Corazón, sé tú el girasol, que no
solo se abre para recibir la bendición de Dios, sino que lo busca en todo
momento. Jean Paul (1763–1825)
Señor, te ruego que me
ayudes a ser prudente. Indícame el camino por el que debo transitar, pues a Ti
elevo mi alma.
● Luz verde
Por tanto, id. Mateo 28:19
Luz verde. Señal de
avanzar. En la narrativa del Evangelio abundan las personas que se dirigen a
algún sitio. El propietario envía a los trabajadores a su viña; a los leprosos
recién sanados Jesús los envía al templo; los discípulos son enviados a predicar
y enseñar. Jesús mismo estaba siempre en marcha: «Recorría Jesús todas las
ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el
evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo».
No desarrollaba toda esa actividad solo para mantenerse ocupado; Sus
movimientos y Sus acciones tenían un sentido y un propósito bien claros.
Dios nos llama a ser
activos. No basta con sentir lástima y pena al ver las necesidades de nuestro
entorno; esos sentimientos deben ir acompañados de acción.
Tus oídos oirán a tus
espaldas palabra que diga: «Este es el camino, andad por él; y no echéis a la
mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda». Isaías 30:21
La fuerza y la
felicidad de un hombre consisten en determinar en qué sentido va Dios y en
tomar ese mismo camino. Henry Ward Beecher (1813–1887)
No podemos vivir
únicamente para nosotros. Un millar de fibras nos conectan con nuestros
semejantes. Nuestras acciones son como hilos de empatía que siguen esas fibras.
Parten como causas y regresan a nosotros como efectos. Herman Melville
(1819–1891)
Salmos 143:8
Por la mañana hazme
saber de tu gran amor,
porque en ti he puesto
mi confianza.
Señálame el camino que
debo seguir,
porque a ti elevo mi
alma.
Mateo 20:6-7 Alrededor de las cinco de la tarde, salió y
encontró a otros más que estaban sin trabajo. Les preguntó: “¿Por qué han
estado aquí desocupados todo el día?” “Porque nadie nos ha contratado”,
contestaron. Él les dijo: “Vayan también ustedes a trabajar en mi viñedo.”
Santiago 2:15-16 Supongamos que un hermano o una hermana no
tienen con qué vestirse y carecen del alimento diario, y uno de ustedes les
dice: «Que les vaya bien; abríguense y coman hasta saciarse», pero no les da lo
necesario para el cuerpo. ¿De qué servirá eso?
ESCUCHAR
Escuchar (oír), en la
Biblia, es casi siempre más que el mero escuchar: cuando Dios escucha,
significa que Él ha concedido algo (Jos. 10:14). Cuando un hombre escucha,
significa que saca las consecuencias de lo que ha oído (Jer. 26:3 ss.; Lc.
6:47).
Escuchar es el camino
por el que el hombre llega a la fe (Ro. 10:14).
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