He aquí una pequeña anecdota que te ayudará a vivir el evangelio en los momentos que más se necesita. Hace unos 30 años di con una perla de sabiduría que me ayudó a conservar la cordura. Lo que me asombra ahora es la facilidad con que pude haberla pasado por alto. En aquella época me sentía feliz y realizado. Estaba satisfecho con mi vida y con el rumbo que llevaba. Habría podido considerar que aquellas palabras no se me aplicaban y hacer caso omiso de ellas. Sin embargo, me alegro de no haber reaccionado así. Resulta que mi situación dio un giro inesperado para peor. Perdí mi empleo y la seguridad que me proporcionaba, y estas palabras se convirtieron en mi referente: «Si en lugar de buscar seguridad en otras cosas, la halláramos en la certeza de que Dios nos ama y tiene un designio para cada uno de nosotros, Él nos haría muy felices. A veces, sin embargo, nos sumimos en la desdicha a causa de nuestra propia insatisfacción, porque, a diferencia del apóstol Pablo, no apre
ESTE NO ES UN METODO, ES INSPIRACION DEL ESPIRITU SANTO PARA TU SALVACION MINISTERIO DE EVANGELIZACION ISAIAS 6,8