El mandato divino es orar sin cesar en todo tiempo.
Si nos relajamos y descansamos de orar, el enemigo -satanás- aprovechará para atacarnos y caeremos en sus trampas facilmente. Al hablar con Dios constantemente, somos llenos de su Gracia y esa Gracia es necesaria para permanecer firmes en la fe y vivir en victoria.
Jesús invitó a los suyos y a extraños a orar, ya que es el único canal de comunicación directa con Dios, por ello los apóstoles pidieron que les enseñara a orar y Jesús comenzó con el Padre Nuestro.
Si nos relajamos y descansamos de orar, el enemigo -satanás- aprovechará para atacarnos y caeremos en sus trampas facilmente. Al hablar con Dios constantemente, somos llenos de su Gracia y esa Gracia es necesaria para permanecer firmes en la fe y vivir en victoria.
Jesús invitó a los suyos y a extraños a orar, ya que es el único canal de comunicación directa con Dios, por ello los apóstoles pidieron que les enseñara a orar y Jesús comenzó con el Padre Nuestro.
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