¿Quién
quiere vivir eternamente?, los que llevan
buena vida y tienen el suficiente
dinero lo desean. ¿Quién quiere ser joven eternamente? Sin duda todos, no
importando su condición social. Lo cierto es que todos viviremos eternamente,
solo que unos para salvación y otros para condenación.
En
oración Jesús le dice a Dios, esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el
único Dios verdadero y a quien tu has enviado. Esto demuestra algo diferente en
relación al pensamiento puramente humano, la vida eterna es vivir eternamente,
pero al lado de Dios, no es simplemente la existencia en si, para siempre, sino
que lo magnifica aun más, vivir con Dios.
Veamos
esto a la luz de las sagradas escrituras y para ello he escogido algunos textos
bíblicos que leerás a continuación:
Jua 6,27 Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el
alimento que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre,
porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello.»
Jua 6,40 Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el
que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último
día.»
Jua 6,47 En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene
vida eterna.
Jua 6,54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida
eterna, y yo le resucitaré el último día.
El concepto de eternidad viene del latín eternitas, el cual
esta relacionado con el de la inmortalidad. Esto según termino popular es
infinito o bien sin limites. También se habla de existir sin tiempo o fuera de
tiempo, siendo así sería eternidad sin tiempo.
Aristóteles el gran filósofo griego trató de demostrar que la materia, el
movimiento y el tiempo deben haber existido y existirán eternamente.Isaac Newton enfoca el tiempo como absoluto, verdadero y matemático siendo independiente de cualquier otro fenómeno.
Ahora bien, la teoría de la relatividad dice que el universo como algo físico y el tiempo es relativo dependiendo del punto de referencia de observación y que el pasado y el futuro podrían coexistir con el presente. Quizás aplica aquello de dejavu.
Otra teoría la presentista dice que únicamente existe el presente y este es la eternidad, el pasado no se puede volver a vivir y fue un presente. El futuro no existe y si existe es el presente. El minuto pasado no lo puedes volver a vivir y el minuto siguiente no sabes lo que te sucederá.
Brian Greene explica el concepto de eternidad dominante desde Einstein quien calificaba el tiempo de ilusión pertinaz.
He mencionado lo anterior para dar a entender que a la ciencia le preocupa el concepto de eternidad y lo relaciona con el tiempo. Nadie se imagina como es vivir eternamente y muchos piensan que sería algo aburrido. Piensan que comerán, como será su vida, se preguntan si tendrán los mismos placeres que hoy, si no se aburrirán de no hacer nada, lo cierto es que piensan terrenalmente y no espiritualmente.
En el tiempo de Jesús, había mucho hedonismo, la gente buscaba el placer, el tener dinero, el tener poder y estaba la otra clase, la pobre, la cual anhelaba salir de su estado de vida y pasar a formar parte de los poderosos. No olvides que los romanos tenían mucho poder así como la clase sacerdotal israelita que se codeaba con señores romanos y habían logrado ciertas prebendas. Es por ello que Jesús insta a que se trabaje no por lo material sino por el alimento que permanece y da vida eterna.
Este alimento lo va a dar Jesús en el día de Pascua, justo en lo que conocemos como la ultima cena, es Jesús mismo el que se entrega a la humanidad como cordero, el da el verdadero alimento, el pan bajado del cielo, y dará la verdadera bebida, su sangre, porque Dios lo ha marcado con su sello, como un cordero sin mancha ni defecto.
Muchos se escandalizaron cuando Jesús dijo que era necesario que lo comieran, pensando y razonando los demás con la mente materialista, la humana, la que es incapaz de ver lo espiritual y entender lo espiritual. Ellos no lo entendieron, como tampoco entendieron el porque tenían que trabajar para procurar el alimento para lograr la vida eterna, su lucha era trabajar día con día para obtener el alimento que necesitaban para satisfacer sus necesidades físicas.
Jesús vino a enseñar a separar lo material de lo espiritual y lo transmitía en cada mensaje que daba, porque al final lo que cuenta es el espíritu, es el que vive eternamente por ser esencia de Dios. Jesús deja claro que más importante es el trabajar para procurar la vida eterna que lo demás vendrá por añadidura.
¿Quién creía en la vida eterna? Solo unos cuantos, Jesús viene a confirmar que la vida eterna existe y que esta es posible en Jesús, solo basta creer en él como hijo de Dios. También asevera que lo resucitará en el último día. Por este tipo de doctrina a Jesús le preguntan sobre ello con tal de hacerlo caer en un error, todos recordarán dicho pasaje bíblico. Los humildes, los sinceros de corazón creyeron en él, otros lo hicieron hasta el último momento, como sucedió con el ladrón en la cruz, el soldado que exclamó que verdaderamente era hijo de Dios. Otro que creyó fue el que le cedió el sepulcro y así hubo muchos. Estos te digo, resucitarán a la vida eterna, porque cumplieron con la voluntad del Padre, ver al Hijo como hijo de Dios y creyeron en Jesús.
El que cree tiene vida eterna les dice Jesús a sus oyentes, el creer lleva implícito el tener fe, y sobre la fe, hablaré en el último apartado de estas catequesis, que si tú has seguido al pie de la letra las exhortaciones y consejos aquí vertidos, te digo, ya habrás desarrollado algo de fe.
El que cree, tiene ganada por así decirlo la vida eterna, porque con sus actitudes y cambio de vida, ha dado un gran paso para ello. Moisés se ganó la vida eterna, Elías también, así como Juan el bautista, la Virgen María y muchos otros que creyeron. Contamos también a David, Salomón, Isaac, Jacob, Aarón, José, José el padre de Jesús, y sin contar los que para nosotros son desconocidos, sin contar los que no mencionan las sagradas escrituras, sin contar los que en estos momentos se han convertido al Cristianismo y creen.
Creer en la vida eterna, es creer en Dios y su hijo Jesucristo, en verdad, en verdad os digo, el que cree, tiene vida eterna.
Los que andaban con Jesús y escucharon su doctrina, entendieron que había que creer para aspirar a la vida eterna y que también tenían que comer de su cuerpo y beber de su sangre. Esto no lo entendieron en su momento, pero llegado el día, lo comprendieron y siguieron haciéndolo tal y como lo narra el libro los hechos de los apóstoles.
Comieron del cuerpo de Cristo en el pan consagrado, y bebieron de su sangre en el vino consagrado, entendieron que justo en el momento en que se bendecía el pan y el vino estos se transformaban en el cuerpo y sangre de Cristo. Entendiendo esta condición entendieron que también aspiraban a la vida eterna, porque al creer, comer y, beber tenían que hacer la voluntad del padre.
La iglesia universal siguió con el rito, porque Jesús pidió que se hiciera en conmemoración de El, y la Iglesia aceptó que no se comía pan y bebía vino en su esencia, sino que era la esencia del hijo, quien se entregó al sacrificio para salvar a la humanidad. Siendo así se tiene la certeza de la resurrección en el último día.
El
mundo en el que nos movemos, que nos empuja la necesidad de trabajar con
ansias, ambición y hasta egoísmo por el pan material. Donde queremos tener de
todo, buena casa, buen auto, lo mejor de lo mejor y no escatimamos esfuerzos,
poniendo en riesgo si es necesaria la salud, con tal de obtener los placeres
que nos harán felices.
Basta
con ver los anuncios publicitarios, donde se nos crea la necesidad de comprar,
gastar, obtener, donde presentan personas felices, sonrientes, satisfechas,
donde se nos hace ver que solo así obtendremos la verdadera felicidad.
Unos
trabajan para sí mismo, quieren viajar, divertirse, ir a fiestas, lucir lo que
pueden comprar, otros lo hacen por los hijos, otros por la esposa etc. Se
cansan, se frustran, se ahogan en deudas, pero creen que solo así serán
felices.
Buscan
alimentar sus sensaciones, buscan vivir una vida cómoda o bien llena de lujos,
aun sabiendo que cuando mueran no se llevaran absolutamente nada de todo lo que
tienen, con suerte, estrenaran el traje nuevo en un cajón de 4 maderos, luego
serán olvidados con el paso del tiempo, y otros disfrutarán de lo que ellos hicieron. No digo que luchar por lo que se
quiere es malo, es bueno, pero siempre y cuando no se olvide lo importante,
trabajar por el alimento que permanece para vida eterna.
Este
alimento es tan necesario como el alimento material, el material alimenta el
cuerpo, el espiritual alimenta al espíritu, y el espíritu es el que vive
eternamente. La biblia te muestra como trabajar para obtener este alimento y te
digo, no te desgasta, no te estresa, no te cansa.
Este
alimento lo da el hijo de Dios, quien ha sido marcado con el sello del Padre.
El salario es la vida eterna y baste con obrar bien para con el prójimo, visitar al enfermo,
alimentar al hambriento, vestir al desnudo, cosas tan simples que no requieren
de mucho esfuerzo físico ni monetario. Si a cambio de ello vas a obtener la
vida eterna, ¿Por qué no trabajar en ello?
Recuerda
la parábola del buen samaritano, recuerda la parábola de Lázaro y el rico,
suficiente para entender que con lo poco ganarás mucho. No es necesario que estés
en el templo arañándote la cara todo el tiempo, o bien calentando banca en
reuniones, basta con hacer el bien, con perdonar, con amar a tu enemigo, con ser
solidario con el necesitado y auxiliarle en todo momento, porque vaya si tienes
muchos a tu alrededor y quizás han sido puestos cerca de ti, para ganar tesoros
en el cielo. No dejes pasar la oportunidad que Dios te da, de trabajar para
ganar la vida eterna, porque al final no te salvaran las oraciones, ni el rezo
del santo Rosario o bien el cargar crucifijos, medallas, escapularios, porque
estos son símbolos de tu identidad religiosa, lo real y lo que salva es tu
buena acción.
En
lugar de sumar un televisor más a tu
cuenta, suma un hambriento menos, en lugar de sumar un dinero más a tu cuenta
de ahorros, suma un consolado en su lecho de enfermo, has un balance, donde
estas ahorrando más, donde tienes más tesoros, si aquí en la tierra o bien allá
en el cielo. Has un balance, si estas ahorrando más para tu vejez o bien si
estas ahorrando más para la vida eterna.
Todo
hijo hace la voluntad del padre, en estos tiempos ya no se acostumbra ello,
incluso se le falta el respeto a los padres. No se toman en cuenta sus
opiniones, y cuando en algunas ocasiones ellos piden un favor, la mayoría de
las veces no se les hace. En otras circunstancias los padres se convierten en
servidumbre de los hijos, porque los papas se van a vivir a la casa de los
hijos, y por así decirlo, se ganan su propio pan con el hecho de servir a los
hijos, a veces no importa la edad de los padres, pero los hijos bien que les
encajan a los nietos, muchos hogares, los hijos de los hijos están al cuidado
de la abuela o de los abuelos.
El
hombre, no tomando en cuenta la voluntad de Dios, mató al hijo de Dios y te
digo, si hoy Jesús naciera en esta época, de seguro lo vuelven a matar. ¿Tú
quieres vivir para siempre? La formula es sencilla, has la voluntad de Dios,
que la voluntad de Él no es hacerte daño, no es que mueras, el quiere que vivas
infeliz, quizás en la tierra no obtengas todo lo que desees, pero si logras el
pasaporte para la vida eterna, nunca lamentaras el no haber obtenido todo en la
tierra y pensar que lo obtenido terrenalmente te habría hecho feliz.
La
palabra dice, todo al que vea la hijo y crea en el, este vea no es simple, va
más allá, va al terreno espiritual, que es donde verdaderamente verás al hijo,
y así viéndole le creerás. Al creerle harás lo que hay que hacer y con ello
estarás cumpliendo con la voluntad de Dios. Viendo y creyendo en Jesús, tendrás
la esperanza de resucitar en el último día, quizás hoy no lo anheles, pero en cuanto
estés próximo a la muerte si te da tiempo, lo desearás.
El
que cree de por sí, aspira a la vida eterna, Jesús no miente y en su palabra
todo es verdad, al leer los evangelios, encontramos la aseveración de esta
promesa. Si tu crees, lograrás la vida eterna, ¿Por qué? Porque, al creer,
conocerás la verdad, y la verdad te hará libre, te hará conocer la voluntad del
Padre y con ello harás la voluntad de Dios, te inclinarás a hacer el bien,
nacerá en ti con mayor riqueza la fe y cuando menos lo sientas serás un sant@.
Recuerda
que los santos y santas de la iglesia, lo han sido porque han creído en la verdad
de la filosofía cristiana, y la verdad en la cual tuvieron fe, los hizo
santificarse, no tanto por lo que hicieron, primero fue la fe, y la fe los
orilló a actuar conforme a la voluntad del Padre. Es lo mismo para ti, no hay
diferencia, la fe te hará hacer la voluntad de Dios y con ello tendrás la vida
eterna.
Herman@,
¿quieres resucitar en el último día y vivir la vida eterna?, es tu decisión,
para ello come y bebe de la fuente de vida que es Jesucristo. Ello acrecentará
tu fe, te hará cambiar tu vida, modificarás tu forma de ser de acuerdo a la
voluntad de Dios. Te digo, Dios no es un amigo imaginario ni mucho menos lo es
Jesús. La fe, hará que descubras las verdades escondidas de Dios, porque Él te
las ira revelando, tal y como lo hizo con muchos santos de la Iglesia
Universal.
El
Señor te ha hecho una promesa, si comes de su cuerpo y, bebes de su sangre, Él
te resucitará en el último día, más no para condenación sino para salvación.
Confía en Él así como Él confió en Dios.
Recuerda algo muy importante, la fe no va por si sola, sino que va
acompañada de grandes obras y pequeñas obras, porque tu empiezas a construir tu
salvación aquí en la tierra, es aquí donde la terminas, y depende de lo que
hayas hecho así será tu tesoro, el cual te valdrá para entrar a la vida eterna.
No
te salvará la religión, ni tu congregación religiosa, ni el movimiento al cual
perteneces que por cierto, religiones, congregaciones y movimientos se cuentan
por cientos alrededor del mundo, pero eso no te salvará, te salvara tu fe, y
las buenas obras que hayas realizado, el abandonar tu vida de pecado y creer en
el hijo de Dios.
De
nada te servirá asistir a misa todos los domingos, calentar banca, asistir a tu
ministerio puntualmente y asiduamente,
ser sacerdote o laico, monje o monja, predicador o catequista si todo esto no
lo haces acompañado de buenas obras, como por ejemplo: ir en busca de la oveja
perdida, vestir al desnudo, dar de comer al hambriento, visitar al enfermo,
visitar al que está en la cárcel, se entiende, las buenas obras, que por cierto
hacer una obra, hace falta mucho en el mundo. Pero, para ello estás tú, de nada
te servirá comulgar o más bien dicho, comer el cuerpo de Cristo, y beber de su
sangre si lo dejas egoístamente ahí, para ti. Todo el que ha entendido la verdad,
la verdad que los hará libres, entiende que debe hacer obra.
Así
lo han entendido los santo@s, de los cuales sabemos mucho de algunos pero no de
todos, muchos han muerto en el anonimato y viven en el anonimato, pero para
Dios no son anónimos, tienen nombre y apellido.
Las
obras, se deben de hacer día a día, no basta con un solo día pues Dios te ha
dado hasta hoy, muchos días. También te digo, nadie es tan pobre, que no pueda
dar ni tan rico que no lo sobre, todos podemos dar algo al necesitado en todo
el sentido de la palabra, te digo, no desperdicies tu oportunidad, ni te dejes
influenciar por las corrientes modernas, que constantemente están negando la
existencia de Dios, o bien mezclando religiones diciéndote que es la mejor
opción.
No
lo olvides, sea cual fuere tu experiencia en materia de religión, no es la
salvación, ni tampoco es la iglesia verdadera. La única iglesia, la iglesia
universal, es aquella espiritual, donde quizás ni los miembros se conocen entre
sí, pero que hacen obra, y esta iglesia esta diseminada por todo el mundo,
porque en toda religión, hay hombres y mujeres buenas, que da de lo poco o mucho
que tienen para el prójimo y suplir sus
necesidades. También hay otros que no pertenecen a ninguna religión, pero que
han dado su vida, o crees tu que para Dios, personas como Schindler, que salvó
a miles de judíos del holocausto no se salvará, pues te digo, este personaje dio
su vida por muchos, y así encontrarás a muchos que no están en el listado de
los santos, que han hecho obra y han dado su vida por el prójimo.
Tu
preocúpate por ser parte de la iglesia y que quede claro, no de religión, sino
de iglesia, la verdadera iglesia espiritual que dirige el espíritu santo, la
que recibirá en los cielos al Señor cuando venga, es por ello que la palabra
dice con mucha razón, uno será tomado y el otro será dejado, dos estarán en el
molino, uno será tomado y el otro no, esto será conforme a su fe y obras,
porque ambas van de la mano. No existen una sin la otra, son complemento, de
nada te servirá repito, comer del cuerpo de Jesús y beber de su sangre, el
estar bautizado, el estar confirmado, si no haces obras, la verdad del
evangelio es una y no cambia.
Toda
persona que ha entendido la esencia del evangelio, lo entiende, y sabe que no
es un evangelio egoísta. Sino más bien es un evangelio gratis, que se debe dar
a todos. Sabe que es un evangelio de cruz, de sufrimiento ante la necesidad del
otro. Que se llora y se sufre con el necesitado, pero que se está dispuesto a
dar la mano.
Tu
continua en tu religión, movimiento, ministerio, pero desde ahí, se una persona
que propicie el cambio, que los demás vean en ti la esencia de la verdad, no la
doctrina religiosa, muchas veces impuesta por el hombre, no seas como los
sacerdotes, fariseos y saduceos del tiempo de Jesús, no seas como Judas, no
seas como Saúl, o bien como Tomás antes de estar ante Jesús resucitado, no seas
como muchos que solo se conforman en aparecer en primera plana, o bien,
escuchar y aprender sin dar nada a cambio.
Te
digo, quizás toda religión cristiana, esta con un propósito, y es mostrar a media
la luz del evangelio, te toca a ti, descubrir la plena luz, quizás todo
movimiento católico tiene un fin, pero no son la verdad completa, está a
medias, pero son puertas, tanto como las religiones, congregaciones y
movimientos para poder acceder al conocimiento de Dios.
Para
ilustrar lo dicho pon atención a lo siguiente, es breve, pero, real en su
sentido sobre lo que es el evangelio.
Cada hombre tiene tres amigos. El primero
le abandona en el instante de morir, el segundo le acompaña hasta la sepultura,
y el tercero no le deja nunca -ni en el juicio-.
...El primero es el dinero, el segundo son
sus parientes y el tercero las buenas obras.
Más
claro no nos puede ilustrar lo anterior, las buenas obras son las que nunca te abandonan
porque son los tesoros que acumulas en el cielo, son los que al final de
cuentas te darán el pasaporte por así decirlo a la vida eterna. Si eres mal@ o
al menos así te tachan las personas que están a tu alrededor, te invito a que
cambies y busques el refugio y la luz
que todo lo ilumina que es Jesús.
Veamos
algo más para reafirmar lo expuesto aquí, esto según el catecismo de la iglesia
católica. Cito frecuentemente estos documentos porque tienen una gran riqueza y
porque creo que están apegados al evangelio, eso sí, procurando dejar por un
lado todo lo relacionado con la doctrina en si. Veamos el numeral 1050 que
dice:
"Todos
estos frutos buenos de nuestra naturaleza y de nuestra diligencia, tras
haberlos propagado por la tierra en el Espíritu del Señor y según su mandato,
los encontramos después de nuevo, limpios de toda mancha, iluminados y
transfigurados cuando Cristo entregue al Padre el reino eterno y
universal" (GS 39, 3; cf. LG 2). Dios será entonces "todo en
todos" ( 1Co_15:22), en la vida eterna:
La
vida subsistente y verdadera es el Padre que, por el Hijo y en el Espíritu
Santo, derrama sobre todos sin excepción los dones celestiales. Gracias a su
misericordia, nosotros también, hombres, hemos recibido la promesa indefectible
de la vida eterna (San Cirilo de Jerusalén, catech. ill. 18, 29).Catecismo de
la Iglesia Católica
Resumiendo, la vida eterna es conocer a Dios, el único y
verdadero, el único que ha enviado a su hijo para salvación no de unos sino de
todos, y al decir todos me refiero a
toda la humanidad. Siempre y cuando esté cada quien a querer abrazar la
salvación y la vida eterna.
Condiciones para ello, creer en Jesús, tener fe, hacer
buenas obras y comulgar o bien dicho asistir siendo participe de la santa cena.
Con ello tienes la promesa de resucitar en el último día.
No olvides que el concepto de inmortalidad varia, pero
recuerda que viene del latín aeternitas que esta relacionado con inmortalidad,
y que se puede traducir como infinita, sin limites.
El filosofo griego Aristóteles trato de demostrar que la
materia, el movimiento y el tiempo deben de haber existido y existirán
eternamente, pero se le olvido mencionar el espíritu y este es el que permanece para siempre.
Tres amigos te acompañaran toda la vida, si es que alguno de
ellos se puede llamar amigos, el dinero del cual tu sacarás algunas
conclusiones, los parientes que tarde o temprano te pueden abandonar en los momentos
más críticos de tu existencia, y el tercero son las buenas obras, estas nunca
te abandonaran, tenlo por seguro y son tus ahorros en el banco del cielo.
La
palabra de Dios dice, Dios será entonces todo en todos y esto lo puedes leer en
1co 15,22, en la vida eterna Dios será todo en todos, difícil de entenderlo
hoy, y como sucede en tu niñez, muchas cosas no las entiendes hasta que las
vives, por ejemplo, los niños no entienden porque papá y mamá trabajan, por que
ciertas cosas aparecen de pronto como un televisor por ejemplo, lo entienden,
hasta que lo viven o lo comprenden, así que hoy no trates de entender y
comprender la vida eterna, porque llegará el momento en que la experimentaras
para salvación o bien para condenación, para vivir eternamente al lado de Dios
o bien en el infierno.
Bien
herman@, hemos llegado casi al final de los ejercicios sobre la santidad, luego
trataremos de ejercitar la fe. Mientras tanto tú sabrás si decides sembrar en
la carne sabiendo que con ello cosecharas corrupción. Te digo, si siembras en
el espíritu cosecharas vida eterna, no ceses de ejercitarte en la santidad. Y
para ello como ejercicio de esta semana lee o más bien dicho practica sobre lo
que dice el siguiente texto bíblico:
Gal
6,8 el que siembre en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que
siembre en el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna.
Luis
Mayorga catequista laico para gloria y honra del Señor.
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