20 Creo que es Apostólica

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Muchos se preguntan porque la iglesia católica se llama católica, los protestantes niegan el nombre porque bíblicamente no aparece, en cambio si aceptan el hecho que nos llamemos apostólicos porque este nombre si aparece en la biblia., te digo, la iglesia se llama apostólica porque fue fundada sobre los apóstoles, siendo la primera piedra el apóstol Pedro y añado, mantiene la tradición apostólica y la iglesia católica ha sido guiada por sus sucesores.
Jesús llamó a los apóstoles, para que colaboraran con el. Ellos los apóstoles fueron testigos oculares, tanto de los milagros que realizó Jesús como de su resurrección, ellos experimentaron su compañía después de la resurrección, ellos recibieron el espíritu santo y los envió como mensajeros por todo el mundo, fue un envío con autoridad.
Los apóstoles sabiendo y entendiendo esto fueron garantes de estos mandatos, garantes del evangelio. Es por ello que su misión y poder lo transmitieron a sus sucesores mediante la imposición de manos, hasta la fecha, dándose así la sucesión apostólica.           
Para esta catequesis de hoy, donde hablaremos el porque es apostólica y  que poniendo lo aprendido  en practica como todas las anteriores nos ha de llamar a la santidad, tomaremos como lectura principal el catecismo de la iglesia católica en su numeral 857 el cual dice:

L         La Iglesia es apostólica porque está fundada sobre los apóstoles, y esto en un triple sentido:
- Fue y permanece edificada sobre "el fundamento de los apóstoles" (Ef 2, 20; Hch 21, 14), testigos escogidos y enviados en misión por el mismo Cristo (cf Mt 28, 16-20; Hch 1, 8; 1 Co 9, 1; 15, 7-8; Ga 1, l; etc.).
- Guarda y transmite, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en ella, la enseñanza (cf Hch 2, 42), el buen depósito, las sanas palabras oídas a los apóstoles (cf 2 Tm 1, 13-14).
- Sigue siendo enseñada, santificada y dirigida por los apóstoles hasta la vuelta de Cristo gracias a aquellos que les suceden en su ministerio pastoral: el colegio de los obispos, "a los que asisten los presbíteros juntamente con el sucesor de Pedro y Sumo Pastor de la Iglesia" (AG 5):
Porque no abandonas nunca a tu rebaño, sino que, por medio de los santos pastores, lo proteges y conservas, y quieres que tenga siempre por guía la palabra de aquellos mismos pastores a quienes tu Hijo dio la misión de anunciar el Evangelio (MR, Prefacio de los apóstoles).
Dios en el plan que diseñó para la salvación mandó a su hijo para renovar a su pueblo, el cual había caído en ceremonias y actos litúrgicos que no tenían ninguna trascendencia, eran vacíos y carentes de espiritualidad. Jesús escoge las columnas para fundar la iglesia, que es  el pueblo de Dios renovado, que ya no será un pueblo local sino un pueblo universal, porque la iglesia se levantará en todas las naciones.
Los apóstoles eran de las tribus de Israel,  la misión iba encaminada a proclamar la buena nueva a todas las naciones, Jesús es la piedra angular, te explico lo que significa piedra angular para no caer en contradicciones o errores, como otros que niegan la edificación de la iglesia sobre los apóstoles.
La piedra angular o piedra base en este caso Jesús es la primera piedra en la construcción, Jesús empezó a edificar la iglesia con Él mismo, lo hizo durante aproximadamente 3 años. De esta piedra angular se establecerán otras piedras como referencia a esta piedra y es la que determina la posición de toda la estructura o construcción.
El rito de poner una piedra angular es un componente cultural importante de la arquitectura occidental y metafóricamente en la arquitectura sacra en general. Esta piedra angular que es Jesús es la que muchos constructores desecharon, pues ha partir de esta piedra angular que el mismo pueblo Judío desechó, se derivan las otras doce piedras que son los apóstoles, es por ello que decimos que la iglesia es apostólica porque está edificada sobre los apóstoles. A  Pedro se le encargó la misión de pastorear a las ovejas, y las ovejas eran las otras 11 que cuando el espíritu santo se derramó sobre ellos se convirtieron en piedras adheridas a la piedra angular, hay un fundador de la iglesia en el plan de Dios, el fundador es Jesucristo, las piedras los apóstoles y sigue construyéndose la iglesia con los nuevos discípulos y apóstoles alrededor de todo el mundo, porque la iglesia apostólica está por todo el mundo, cumpliendo con el mandato del Señor.
Los apóstoles fueron testigos de todas las verdades que se dicen en los evangelios, fueron testigos porque convivieron con Jesús durante un buen periodo de tiempo. Ellos vieron la multiplicación de los panes, vieron la curación de los leprosos, vieron la resurrección de Lázaro, vieron cuando Jesús fue apresado, estuvieron con Jesús en la última cena, compartieron con Jesús resucitado. Ellos fueron testigos de todo cuanto aconteció, así lo transmitieron y es por ello que Lucas escribió un evangelio, es por ello que San Pablo se hizo misionero, es por ello que muchos cristian@s existen hoy en día porque tomaron los  conocimientos y la fe  de los que fueron testigos.
Además los apóstoles fueron escogidos por el mismo maestro Jesús, él los llamó a cada uno según el tiempo, los llamó para que fueran columnas de la iglesia, fueran el fundamento de la misma, y el escogido como piedra lo sabemos, fue Pedro.
En Pedro recayó la responsabilidad de dirigir la Iglesia, de ser la cabeza de la iglesia terrenal, fue al único que se le dijo, pastorea mis ovejas, y esto de pastorear indica dirigir. Fue Pedro el elegido, es por ello que Jesús se lo anticipó al decirle que ya no sería más Simón, sino piedra. Cada apóstol fue elegido según los propósitos de Dios y te puedo decir, ninguno falló.
La iglesia ha permanecido en pie, una porque es de Dios y dos, porque es dirigida de acuerdo a lo transmitido a través de los siglos por sucesión de los apóstoles. Esta dirección hace que se organice como toda sociedad humana en rangos, teniendo para ello un organigrama donde la cabeza de la Iglesia, es el Papa, que sigue la tradición desde que fue instituido Pedro como cabeza de la iglesia terrenal.
Como toda institución esta no podría permanecer si no estuviera bajo la dirección de un principal, la pequeña comunidad primitiva estuvo bajo la dirección de Jesús, así como el pueblo de Israel estuvo bajo la dirección de Dios. Quien a su vez, tenia sacerdotes y profetas para ejercer diferentes ministerios.
Esto terminará cuando Jesús venga por segunda vez, donde el será el principio y el fin del nuevo pueblo, tendrá un reinado eterno, siendo la cabeza Jesús. Con esto no quiero decir que Jesús no sea la cabeza de la iglesia, lo es, pero en la tierra hay un representante de Jesús que actúa como cabeza visible de la iglesia terrenal, y este es lo vuelvo a decir el Papa.
En la biblia encontramos, que es necesario que haya una organización, lo encontramos en el antiguo testamento y lo encontramos en el nuevo testamento, esta organización fue dándose conforme las necesidades iban surgiendo. Todo cuerpo que se organiza, tiene que tener una dirección, donde los miembros hacen lo que cabeza dice, porque si no por ejemplo, la pierna iría por un lado, y el brazo por otro, tu cuerpo es un ejemplo de organización, donde cada miembro hace lo que la cabeza ordena. Permitiendo con ello coherencia en todos los actos, así funciona la estructura de la iglesia, que sigue, la tradición de los apóstoles, que fueron testigos y escogidos por el mismo Jesús.
Jesús dijo hagan discípulos míos en todo el mundo, pues bien, hoy somos millones de seguidores de Jesús, y por lo tanto es necesario que exista una organización que debe estar dirigida por una cabeza.
Muy importante fue el hecho de que los apóstoles no abandonaron la misión que Jesús  les había recomendado, el evangelizar. Ciertamente cuando Jesús fue capturado y puesto bajo la custodia romana, ellos tuvieron miedo, miedo que se acrecentó con la crucifixión de Jesús. Ellos se escondieron  y no creían en la resurrección de Jesús, ni aun cuando María Magdalena les narró lo sucedido, ellos creyeron hasta que Jesús se les apareció, tomando en consideración esta actitud de parte de ellos es normal, eran humanos.
En cuanto el espíritu santo descendió sobre ellos, cambiaron radicalmente y más cuando vieron a Jesús ascender a los cielos. La misión que Jesús les encargó la cumplieron a cabalidad, tanto así que fueron mártires, es por ellos que la iglesia se empezó a propagar y en cada ciudad visitada por los apóstoles se fundaron iglesias, primitivas, que poco a poco se fueron organizando. La iglesia no solo es apostólica sino que también es misionera.
Bendito sea Dios, porque hoy en día aún hay apóstoles, hay discípulos, que son auténticos herederos del evangelio de Cristo, que son continuadores de los apóstoles, que luchan incansablemente desde sus ministerios, movimientos o grupos religiosos.
Estos apóstoles modernos son los que utilizan los medios de comunicación disponibles al alcance para propagar las verdades aprendidas desde hace más de dos mil años, que están sembrando la semilla para que otros cosechen. Los laicos fieles a la tradición de la Iglesia, son los que evangelizan ahí precisamente donde no pueden los religiosos  y religiosas, así como los clérigos, lo hacen desde su ámbito, según su estado de vida.
Lo hacen bajo la dirección del magisterio de la iglesia, la sagrada escritura con la dirección espiritual del párroco. Benditos sean los sacerdotes que saben muy bien que solos no pueden con la evangelización, que necesitan de los laicos así como los laicos necesitan de los  sacerdotes. Benditos sean los sacerdotes que reconocen los carismas de los fieles laicos y los ponen a trabajar en pro del apostolado de la iglesia. Porque no solo los sacerdotes son discípulos o apóstoles, también lo son los laicos. Porque todos nosotros hemos sido bautizados en un solo espíritu.
Los apóstoles de hoy, trabajan unos a medio tiempo, otros a tiempo completo y otros cuando pueden, pero todos están en sintonía para seguir construyendo la iglesia hasta la venida del Señor. En lo personal he conocido a un sinfín de herman@s laic@s que llevan en la sangre el evangelio, que no se cansan de investigar, de estudiar, de capacitarse y ejercitarse en el evangelio. Ciertamente no todos tenemos las mismas habilidades, pero todos tenemos más de algún don del espíritu santo.
Los apóstoles de hoy los encuentras por todos lados, los escuchas por la radio, los ves en televisión, lees sus comentarios y opiniones en los blogs o espacios sociales, otros dictan cursos porque los apóstoles de hoy creemos en lo que hicieron aquellos 12 de antaño junto a Jesús, y la fe, nos mueve a estar presentes en la lucha diaria, por llevar un mensaje de salvación y paz.
Los apóstoles de hoy, también son perseguidos, son martirizados, son los que continúan escribiendo en el libro de los cielos los hechos de los apóstoles, libro que por así decirlo aun no se ha terminado de escribir, porque cada paso que da un nuevo apóstol, queda escrito su nombre y sus hechos en el libro de la historia moderna y  de los cielos. Su nombre no será borrado.
Hoy comparten en una cabina radial tanto la jerarquía, los religiosos como los laicos, así como en un canal de televisión, así como en la programación diaria de estos medios de comunicación, así como en los periódicos cristianos, te digo, que el espíritu santo no cesa de manifestarse, y lo hace de diversas maneras, porque Dios esta hablando constantemente a la humanidad utilizando para ello a los apóstoles modernos o contemporáneos.
Todo apóstol de hoy, sabe que tiene una misión y hace suyas las palabras de San Pablo cuando dice, hay de mi si no predicare el evangelio. Por ello es que da tristeza cuando en la iglesia se ven  muchos calienta bancas, que solo les importa el escuchar pero que no accionan, no son caritativos, no son amorosos, no los mueve la voluntad para ponerse en marcha y realizar la misión. Hay muchos que cuando les dicen que hay que ir a predicar de casa en casa tocando puertas, inventan las mil y una excusas.
Pero, como de todo hay en la viña del Señor, hay quienes constantemente están renovando, están proyectando sobre la manera de evangelizar, y hoy que se dispone de la poderosa herramienta del internet, la aprovechan, porque aunque sea desde la comodidad de tu hogar u oficina, el tiempo que se dedique a la evangelización es entender que la misión es importante. En los apóstoles de hoy, aun resuenan las palabras del Señor, id y predicad el evangelio a toda creatura. A todo el mundo, y hoy en día hay muchos avances tecnológicos que permiten la difusión de la palabra a nivel mundial.
Así que diría que, nadie que haya sido bautizado, está exento de misionar, que es la primera vocación por excelencia. El mundo, te digo, está necesitado de escuchar un mensaje que lleve paz a su corazón, el cual está maltratado por situaciones como las guerras, las injusticias, las crisis económicas, y cuando se hace un recuento de todos los acontecimientos negativos que suceden, es donde se piensa, que el mensaje del cual tu eres poseedor, es necesario proclamarlo a los cuatro vientos.
La misión, mientras se llega la parusía, es urgente, es por ello que recordamos con mucho cariño a Juan Pablo II, un hombre que dio su vida visitando muchos países a donde llevó un mensaje de esperanza y consuelo para muchos hambrientos y necesitados de la verdad del evangelio. No olvides, Jesús tenía la misión encomendada por el Padre, es por ello que Jesús estando en la cruz, se atreve a decir con toda propiedad, Todo esta cumplido, como diciendo, la misión se ha llevado a cabo hasta el final. Espero, que cuando a ti te llegue la hora final, puedas decir lo mismo, porque Dios te ha dado una misión. No solo en tu comunidad, sino en tu familia, a quien debes conducir para que conozcan el camino de la salvación, y tú debes misionar en cualquier ámbito donde te muevas.
Si los primeros apóstoles dieron testimonio, los de hoy también los dan, contando a muchos lo que el Señor ha realizado en sus vidas, y son testigos de los cambios de muchas personas por acción del Señor.
Estos apóstoles contemporáneos no tuvieron encuentros con el Señor como el caso de San Pablo, pero si lo tuvieron en sus retiros de iniciación, donde el Señor los llamó, los tocó y transformaron sus vidas. Entre los llamados se cuentan hombres, mujeres y jóvenes por miles alrededor del mundo y son los que hoy como piedras vivas están construyendo la iglesia del Señor, basados en la apostolicidad de los primeros, siguiendo sus enseñanzas y lo más importante, transmitiendo las enseñanzas a otros por medio de la evangelización.
El mundo pone reparos para otorgarte una plaza, el Señor, no, el da trabajo en su reino y sabemos muy bien que lo demás vendrá por añadidura. Cientos de personas que no han tenido un encuentro personal con el Señor, se ahogan en un vaso de agua, en sus vicios, en sus frustraciones, pero los llamados, los que dan testimonio, presentan al mundo una luz en medio de las tinieblas.
Dios es uno e único y el poder de Él cuando la voluntad de la persona está dispuesta cambia a las personas. Lo interesante es que, en la gran mayoría de las personas se opera el cambio por dos circunstancias, una cuando ya no aguantan su vida de pecado, cuando ya han tocado fondo. Cuando ya no aguantan con sus cargas y buscan a Dios. Dos, cuando se da por la insistencia de los apóstoles, en ser necios en predicar la palabra y convencerlos de ir a la iglesia, de integrarse a un retiro de iniciación a un grupo o comunidad. Cuando la persona se acerca a Dios, por estas causas y con un corazón sincero y arrepentido, es cuando cambian.
Muchos de los apóstoles de hoy, han dejado una vida de  placeres, comodidades, prostitución, drogadicción etc. Estos apóstoles se encontraron con el Señor en el momento justo y han cambiado sus vidas, son hombres y mujeres nuevas que han encontrado un tesoro y lo han dejado todo por seguir al Señor.
Van por el mundo dando testimonio de las maravillas que el Señor ha realizado en sus vidas, en lo personal conozco a muchos entre hombres y mujeres de todas las edades, en lo personal soy un producto de mi encuentro con el Señor y gracias a una apóstol, que se preocupó por llevarme a conocer al Señor. Dios la bendiga, su nombre María, Maríita le decimos quienes la conocemos. Esto me llevó a integrarme a una comunidad y ahí el Señor empezó a hacer su obra para permitirme trabajar por su reino.
Soy un apóstol contemporáneo que he visto como el poder de Dios ha cambiado a muchas personas, y sé que después de mí vendrán otros, que igual, seguirán lanzado la semilla y que muchos permitirán que la semilla del evangelio dé sus frutos.
Prepárate para leer la siguiente historia, que ilustrará sobre le tema que se está tocando, el porque la iglesia es apostólica, el porque, somos misioneros y testigos de la buena nueva.       
Había una vez una novia que preparaba su boda con todos sus detalles. Tenía tantas ganas de que todo fuera perfecto, que durante meses asistió a todas las bodas que pudo. Y cada vez que veía algo que le gustaba o le parecía bonito, decía “Yo también quiero eso”, y lo apuntaba para que no faltase en su boda. Daba igual que fueran unas flores rarísimas, un adorno en el vestido, una música única o una preciosa fuente: cualquier cosa que le gustase acababa en su lista. Y como cada boda tenía sus cosas preciosas y especiales, la lista no dejaba de crecer.
Y así llegó el día. Y nuestra novia se sentía como la reina de las novias, pues ella sería la única que tendría en su boda cualquiera de las cosas bonitas que hubiera podido tener ninguna otra novia. Mientras iba hacia la iglesia, no dejaba de pensar en cómo la envidiarían todos, y lo admirados que estarían.
Pero, al llegar, descubrió horrorizada todo lo contrario. Absolutamente nadie estaba feliz, ni contento, ni siquiera admirado. La iglesia estaba tan llena de cosas que era imposible moverse sin recibir un golpe. Había tantas flores y tan distintas, que los olores se mezclaban de forma que casi no se podía respirar, y los cinco excelentísimos coros juntaban sus cánticos, todos a la vez, haciéndolos tan insoportables que un equipo de enfermeros había tenido que acudir al lugar para repartir pastillas contra el dolor de cabeza.
Y todo fue aún peor cuando la novia se presentó en la entrada. Pensaba impresionar a todos con su vestido lleno de detalles y adornos, pero lo único que provocó fue caras raras entre los adultos y muchas risas entre los niños, pues el resultado de tantas cosas juntas era un aspecto ridículo.
Con tal espectáculo fue imposible celebrar la boda, y la novia volvió a casa terriblemente avergonzada, dándose cuanta de lo ridículo que era fijarse constantemente en lo que hacían los demás y en tratar de tener más que nadie.
Y con su nuevo traje de humildad, y aprovechando lo que había aprendido asistiendo a tantas bodas, la novia volvió a preparar su boda tal y como de verdad le gustaría a ella, sin importarle si faltaba tal o cual cosa que sí hubo en alguna otra boda, y sin tratar de impresionar con todo lo que tenía o hacía.
Y fue precisamente así como su boda resultó preciosa, y sus invitados quedaron verdaderamente encantados.
Todos los apóstoles alguna vez fueron pecadores y sacados del fango, que quizás se fijaban más en los defectos de los otros que de sí mismos, pero cuando se revistieron con los dones del espíritu santo y sobre todo de humildad, lo hicieron para reparar no solo su vida sino la de muchos, es por ello que Dios como esposo de la iglesia ve a su iglesia hermosa, preciosa, revestida de las mejores galas.
Es por ello que muchos paganos ven con admiración a la esposa del cordero, porque ellos con su cambio de vida que tuvieron y que hoy son apóstoles, muestran por medio de su apostolado el rostro del Señor.
Pero veamos que dice alguno de los documentos de la iglesia al respecto de la sucesión apostólica que nos ocupa en este momento.
Hay en los Apóstoles algo único e irrepetible: el haber convivido con Cristo durante su vida terrena y haber sido testigos de su Resurrección -o al menos esto último, como en S. Pablo-, y haber sido constituidos, por consiguiente, en primer eslabón que, contando con una especialísima asistencia del Espíritu Santo, transmite la Revelación (v.) a la comunidad cristiana. Ahora bien, nada impide, en cambio, que la misión confiada a los Apóstoles pueda ser transmitida a otras personas que les sucedan; más aún, en esa misión está implícita su transmisión. Esas personas, obviamente, no serán Apóstoles, en el sentido preciso que el término tiene en el N. T., sino sucesores de los Apóstoles. Como escribe Schmaus (o. c. en bibl. 144-145)  b) La idea de s. a. implica, pues, en primer lugar, la pervivencia de una misión. Pero indica algo más: que esa misión pervive a través de una transmisión realizada de persona a persona, de modo que cabe trazar una línea histórica que une a la Iglesia actual con la apostólica. La Iglesia es por eso apostólica no sólo porque en ella pervive la doctrina y la praxis de los Apóstoles, sino por una apostolicidad de sucesión, es decir, porque se ha dado -como consecuencia de la voluntad fundacional de Cristo y de la asistencia del Espíritu Santo- una ininterrumpida sucesión de pastores y maestros (v. IGLESIA 11, 5).  Precisado así el concepto vamos a continuación a examinar la idea de sucesión en las fuentes precristianas para señalar luego la peculiaridad que tiene en el N. T. como sucesión de Cristo a los Apóstoles y de éstos a sus sucesores. Cerremos este apartado diciendo algunas palabras sobre la expresión literaria con que suelen ser formuladas esas ideas. Son dos los enfoques más característicos:1°) El primero presenta la sucesión como hecho histórico. Así la literatura judía vierte en series unidas con la SUCESIÓN APOSTÓLICA expresión «ant'autou» (en lugar de) la pervivencia concreta de un individuo escogido por el Señor «para siempre»: «El rey X (léase David, Salomón, Roboam, etc.) se durmió con sus padres y fue sepultado. Su hijo... Y... reinó en su lugar» («ant'autou»). Idéntico esquema se usa para la sucesión del sacerdocio y del profetismo. Los escritores helenísticos prefieren apoyar la permanencia de la tradición o paradosis en el mecanismo de la sucesión: regnum post multos deinde reges descendit ad Astyagen per ordinem successionis (Just., 1,4,1). Gran Enciclopedia Rialp, 1991, Ediciones Rialp S.A
Como todo en la vida, un aprendizaje necesita ponerse en práctica, hoy tú sabes y tienes más claro o bien afirmas tus ideas sobre el apostolado, te digo, ponlo en práctica y continua edificando la iglesia de Jesucristo.
Próxima catequesis Creo en la comunión de los Santos
Luis Mayorga

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