martes, 13 de septiembre de 2011

11 CREO QUE FUE MUERTO Y SEPULTADO


Bienvenid@ a esta catequesis que es continuación del credo de los apóstoles. El tema para hoy es sobre la muerte y sepultura de Jesús el llamado hijo de Dios.

Cuando se contempla este misterio de la muerte el hombre se hace preguntas que le han inquietado desde el principio de su existencia ¿Qué es la muerte? ¿Hacía donde vamos después de la muerte? ¿Hay vida después de la muerte?

Las respuestas pueden ser variadas de acuerdo al pensamiento de las diferentes corrientes filosóficas o religiosas, si vemos la historia, encontramos respuestas a tales preguntas, pero respondo una por una en su orden, a la primera pregunta respondo lo que sé en base a la real academia española y también en base a lo que la lógica dicta y que no es un secreto para nadie, simplemente la muerte es la cesación de la vida.

A la segunda pregunta la respuesta es, los filósofos griegos materialistas, como Demócrito y Epicuro, decían que en el momento de la muerte, el alma y el cuerpo se disolvían al mismo tiempo, como los científicos materialistas de nuestro tiempo afirman que la vida humana acaba en un cementerio. Por lo tanto allí queda todo, se vuelve al polvo.

A la tercera pregunta respondo, y mi respuesta tiene que ver con el espíritu, porque Jesús dijo claramente Padre te encomiendo mi Espíritu, pon atención, no dijo mi cuerpo, no dijo mi alma, dijo bien claro Mi Espíritu. La palabra Espíritu viene del latín spíritus, que significa aliento y como el aliento es sinónimo de vida, la palabra denota que el alma sigue viviendo, se separa del cuerpo muerto, pero como tiene aliento se entiende que sigue viva.

No olvides que el ser humano esta compuesto por cuerpo, alma y espíritu, el cuerpo lo conoces, el alma es, la parte psicológica del ser. Las emociones, la voluntad, el intelecto. El alma distingue al ser humano de los demás seres existentes sobre la tierra, con esto te quiero decir que el alma te destaca sobre los demás y eres un ser único y diferente en tu género. Yo tengo mi propia personalidad y tu la tuya y los demás la propia lo que nos hace diferentes, el alma, el cuerpo y el espíritu están íntimamente ligados entre sí y es imposible separarlos. Un ejemplo claro lo tienes en Jesús, cuando resucitó y se presentó a los suyos, era el mismo Jesús, reconoció a los suyos y estaba vivo. Por ello te digo, cuando se muere, el alma y el espíritu se separan de su cuerpo para ir a donde Dios haya determinado.

Jesús prometió el paraíso al ladrón que se arrepintió, determinó hacia donde iba este hombre. Hay muchas conjeturas hacia donde se va, por ejemplo Luna Maceda en su libro ¿A dónde VAMOS DESPUES DE LA MUERTE? Presenta experiencias verídicas de científicos o legos, de poderosos y humildes, de iniciados y profanos, de religiosos y ateos. Y aseguran que el espíritu continua vagando en la tierra, en esta catequesis nos interesa el Espíritu y quizás encuentres respuestas a las preguntas ya formuladas o quizás te formules otras, pero, veamos esto a la luz de las sagradas escrituras y el porque creo que Jesús fue muerto y sepultado.

Lucas 23 ,46

46 Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.47 Cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo.48 Y toda la multitud de los que estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían golpeándose el pecho. 49 Pero todos sus conocidos, y las mujeres que le habían seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas.50 Había un varón llamado José, de Arimatea, ciudad de Judea, el cual era miembro del concilio, varón bueno y justo.51 Este, que también esperaba el reino de Dios, y no había consentido en el acuerdo ni en los hechos de ellos, 52 fue a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús. 53 Y quitándolo, lo envolvió en una sábana, y lo puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual aún no se había puesto a nadie.54 Era día de la preparación, y estaba para comenzar el día de reposo. 55 Y las mujeres que habían venido con él desde Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y cómo fue puesto su cuerpo. 56 Y vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento.

Lo que sabemos sobre Jesús lo encontramos en la biblia, que es el libro sagrado de los creyentes. Pienso que nadie, ha escrito una biografía aproximada sobre Jesús más que los evangelistas. La idea no era precisamente escribir sobre su vida natural sino sobre el mensaje de salvación que brotaba de labios de Jesús.

Ciertamente podemos acudir a las fuentes de información que disponemos, pero la fuente más exacta es la biblia y siendo fuente de información encontramos en el texto leído que Jesús clamó a gran voz, es decir Gritó diciendo: PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU. Es decir, le entregó su Espíritu al Padre, para que el Padre lo guardara hasta el momento de la resurrección, momento en que el espíritu le sería devuelto a Jesús así como su cuerpo y alma para que se mostrase a los que Él quisiese.

Aquí no se habla de desconfianza, o de que Dios fuera a extraviar el Espíritu de su Hijo, todo lo contrario, Jesús por propia voluntad entrega su espíritu al Padre porque sabe muy bien que su Padre lo guardará. No hay temor de parte de Jesús, hay confianza y si gritó lo hizo creo en lo personal que fue como una última cátedra para todos los presentes, para que creyeran que hay un Dios que acoge el Espíritu del que muere y lo guarda hasta el último día.

Jesús no gritó para hacerse escuchar únicamente. Nunca dijo Jesús te entrego mi cuerpo, mi alma, entregó su espíritu, porque el espíritu es la esencia de vida, es la esencia del padre, recuerda que Dios dio por medio de su soplo divino la vida.

Cuando Jesús exclamó lo dicho, murió. Ante la muerte existe un temor natural, porque no sabes hacia donde vas, te acongoja el pensar en el solo hecho de dejar a los tuyos, si eres padre o madre te afligen tus hijos he hijas. Tu instinto de conservación te hace aferrarte a la vida ante situaciones de peligro. Amas la vida porque has aprendido de una u otra manera a disfrutar de ella. Es por ello que cuando piensas en la muerte, y más que no sabes como vas a morir, piensas en dolor, lagrimas y miedo. Jesús no experimentó el temor a la muerte porque confiaba en su padre y es por ello que le entrega su espíritu.

Nosotros le llamamos a la muerte, la santa muerte, porque es un paso más hacia el encuentro con el Padre, un paso que se da naturalmente o accidentalmente para tu encuentro definitivo con el Señor y es por ello que no hay temor a dar este paso, San Pablo teniendo comunión con Dios lo afirma.

El centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios diciendo, en verdad en verdad este hombre era justo, algunas traducciones dicen, era el Hijo de Dios.

Este centurión creyó hasta que Jesús murió, dio gloria a Dios hasta ese momento, porque ante los acontecimientos naturales que se sucedieron sintió miedo, miedo de morir. Exactamente así sucede con muchos que se ven en peligro, personas que nunca van a misa, personas que llevan una vida de placeres y bacanales ante el temor de morir, claman a Dios y son capaces de reconocer en Jesús al hijo de Dios.

En los hospitales se dan muchos casos de enfermos terminales, en agonía y parece ser que en este estado de vida, cuando saben que ya no pueden hacer nada por él, cuando la ciencia ha agotado sus recursos, cuando su dinero ya no es suficiente, repasan su vida y se encuentran con que fueron vanidosos, egoístas, envidiosos, orgullosos en fin pecadores, reconocen en su limitación el poder de Dios y ante el temor de presentarse desnudos y no saber lo que les espera, piden ser confesados y absueltos, buscan a Dios en el último momento de sus vidas pero quizás es más por remordimientos, por miedo que por un verdadero amor a Dios.

Ante la situación que se vive hoy, donde se evocan dioses milenarios nuevos para los que no han oído hablar de ellos, donde la lógica y el materialismo se van imponiendo, la figura de Dios se va diluyendo. El ateísmo avanza silenciosamente, el gnosticismo parece haber recobrado fuerzas y te digo, con el tiempo las palabras de Jesús se cumplirán, porque la fe que Él encuentre a su regreso será muy poca, los tiempos de Noé se aceleran conforme la tecnología avanza, conforme los pastores de la iglesia se olvidan de sus ovejas y solo les interesa su bienestar o la política, hay mucho que hablar sobre el tema. Pero al igual que el centurión ante los fenómenos de la naturaleza, ante huracanes, tifones, nevadas, movimientos telúricos, maremotos ante el miedo que esto despierta, el hombre dirá, VERDADERAMENTE DIOS EXISTE, VERDADERAMENTE JESUS ES EL HIJO DE DIOS.

Porque el hombre esta jugando a ser Dios, quiere ser Dios, porque ha puesto sus esperanzas en la ciencia, está tratando de ser eterno, esta buscando el árbol de la vida eterna, aquel árbol que le estuvo vedado en el jardín del Edén, lo lamentable es que sigue comiendo del fruto prohibido. La ciencia no es mala, lo malo es lo que los hombres hacen escudándose en la bandera de la ciencia. Hablemos de creonizacion, de bancos de esperma, de vientres en alquiler, de fertilización en vitro, de clonación de animales, de humanos se ha prohibido, pero ha de llegar el día en que el hombre olvidará su moral y hará clonaciones humanas, quizás nacerá una nueva humanidad de laboratorio y como siempre sucede, los unos lucharán contra los otros para dominar, el hombre esta fabricando robots que emulen al ser humano, en tareas industriales, domesticas y hasta sexuales, llegará el día en que intentará copular con maquinas. Antes lo ha hecho con animales, te digo, quizás no explico nada nuevo, porque en la historia de la humanidad el hombre ha incurrido en barbaries, guerras, bestialidades, violaciones sexuales, dominaciones, esclavitud, experimentos científicos etc. Quizás no ha cambiado nada, pero, se llegará el día en cada ser humano tendrá ante sí la presencia de Dios y reconocerá lo que no quiso reconocer en su existencia terrenal, quizás sea demasiado tarde.

Hoy se tiene que dar gloria a Dios, no en un lecho de enfermo ante la proximidad de la muerte o ante situaciones naturales que pongan en peligro tu vida. Hoy es cuando en ti debe nacer el deseo de reconocer a Jesús como el hijo de Dios. Como el justo.

La muerte es un enigma, un misterio que ha apasionado a la humanidad, muchos han intentado descubrir lo que se siente al morir, otros han escrito libros sobre la vida después de la muerte. Las civilizaciones antiguas conjeturaban sobre este paso natural. Te invito a que leas sobre la civilización egipcia y griega para que te ilustres y veas lo trascendental de este paso, hoy aún nos preocupa hacia donde iremos después de morir. Cada quien se plantea la interrogante y probablemente se de una respuesta o simplemente sienta miedo. Es por ello que la escritura ilustra cuando los presentes se golpeaban el pecho ante el espectáculo que ofrecía la naturaleza al momento de la muerte del Justo.

Ante hechos de muerte se aglomeran los curiosos, para satisfacer su morbo, para darse cuenta que tarde o temprano ellos estarán también inertes, que su cuerpo no tendrá más el espíritu de vida, se dan cuenta que se convierten en un cuerpo inanimado y esto perturba.

Las noticias en los diarios y telenoticieros no cesan de mostrar imágenes de muertos, sea cual sea la causa. Al mismo tiempo se muestran a los curiosos que quizás atónitos piensan en la muerte. Y es que cuando una persona muere causa conmoción, produce sentimientos encontrados y muchos se golpearan el pecho como deseando que el momento de partir no les toque. ¿Has pensando tú en el momento en que te llegue la muerte? ¿Cuáles son tus pensamientos? ¿Has sido parte de curiosos que han visto un cadáver? ¿Qué has pensado en ese momento? Realmente la muerte llama a la reflexión. Muchos antes situaciones difíciles en la vida llaman a la muerte, otros se privan de la existencia por si mismos, lo que si te aseguro es que, han sentido temor ante este paso.

Algunas veces sucede que ante la muerte de algún asesino o alguien que tiene persecución legal o transgrede la ley, son pocas las personas que se acercan para reclamar su cadáver ante los organismos competentes o bien no asisten al funeral, ante el temor al que dirán.

Si la persona fue en vida una persona pedante, orgullosa, soberbia o que hizo el mal a los demás, también sucede lo mismo, más bien se alegran con su muerte. Jesús ciertamente obró muchas cosas buenas, hizo el bien a cuantos pudo, realizó prodigios, echó demonios fuera, consoló a muchos, perdonó a cuantos quiso y aun así al momento de su sufrimiento, prácticamente estaba solo. Y esto también se debe a que en la mayoría de los casos cuando una persona enferma gravemente los únicos que se atreven a estar cerca de su lecho de enfermo son los familiares. Así es la vida. Con esto quiero decir que cuando alguien cae en desgracia, son pocos los que se atreven a estar cerca de la persona afectada.

En la agonía de la cruz, estaban las 3 Marías y Juan, el resto que le habían seguido desde Galilea estaba lejos, simplemente observando los acontecimientos.

Herman@, el buen cristian@ actúa contra la lógica humana y acude pronto a prestar un servicio al necesitad@. La iglesia cuenta con ministerios que se llaman pastorales sociales y pastorales para enfermos, así mismo los ministros de la eucaristía, llevan la comunión a los enfermos que no pueden movilizarse. A estos Dios les bendice en gran manera, porque no dudan en sacrificarse en bien de los necesitados y enfermos, no dudan en velar junto al enfermos, no dudan en limpiar llagas y heridas, en consolar a los enfermos terminales y esto te digo es grande, porque acumulan tesoros en el cielo.

En lo personal tuve la oportunidad de visitar en su lecho de enfermo a una hermana en la fe, de llevarle palabras de aliento y no sabes la experiencia que esto deja. La hermana falleció pero estoy seguro que fue feliz por la actitud que tuve para con ella.

Si tu trabajas para un ministerio social, no dudes y te lo digo, en seguir con ello, porque el hombre jamás te pagará, el pobre tampoco lo hará, el enfermo mucho menos pero si lo hará el Dios que no olvida y te digo, tu recompensa tendrás al igual que Juan y María la Virgen, María Magdalena y María Salomé, créelo y el Señor hará grandes obras en tu vida. No emules a aquellos que ven los acontecimientos de lejos por temor o por asco.

Hombres y mujeres just@s habrán todo el tiempo aunque no pertenezcan a la iglesia, en muchas comunidades se da el fenómeno de que los mismos que la integran son los menos buenos y justos. En muchas comunidades les es difícil dar a los suyos un bien, prefieren orar. En las postrimerías de la muerte o bien después de la muerte se conocen a los amigos, son los que se prestan a ayudar sin pedir nada a cambio. Este es el caso de José de Arimatea.

Este hombre era miembro del concilio, la diferencia estaba en que era un hombre bueno y justo, así lo describe el evangelio el cual nos ocupa hoy. También deja una buena enseñanza a todos los laicos. Recuerda que los laicos no pertenecen al rango jerárquico de la Iglesia, la cual es una institución que se ha ido burocratizando con el correr de los años, hoy es imposible llegar al jerarca de la iglesia, antes era más fácil, hoy son recibidos los que tienen poder, los que no ven de lejos al rey de la iglesia, representado por el papa. Lo que quiero decir es que el laico se mueve en el mundo pagano, ahí esta su trabajo, su centro de estudios, el lugar donde vive, caso contrario estaría en un convento o monasterio. La enseñanza es que sea donde te muevas, puedes ser un hombre y justo, al igual que José de Arimetea, que indudablemente no se contaminó con sus compañeros del concilio o consejo, fíjate como eran los fariseos, los saduceos los sacerdotes, los príncipes de los sacerdotes, que eran los encargados de transmitir la fe, de enseñar sobre la fe y de ser santos para el Señor, pero no era así, ciertamente hoy, hay mucha similitud en la institución llamada iglesia. Son pocos los que se pueden catalogar de buenos y justos y de estos la historia ha de juzgar. Y al igual que jerarcas y laicos Dios los ha de juzgar, yo no estoy juzgando, solo estoy ejemplificando ciertos aspectos.

Algo que cabe resaltar sobre José de Arimetea y la escritura lo dice, es que ESPERABA EL REINO DE DIOS. Veamos un poco sobre el reino de Dios: Este reino es ofrecido por Jesucristo y a la vez es rechazado por los hombres en su gran mayoría. El nacimiento de Jesús implica el ofrecimiento del reino y Jesús es presentado como un rey en las sagradas escrituras. Juan el Bautista anuncia que el reino de Dios esta cerca y Jesús también lo anuncia. Jesús era la parte visible del reino celestial y hoy en día el reino esta escondido en los corazones de los creyentes, de aquellos que cumplen con la voluntad del Padre.

El reino visible, fue retirado, Cristo ha de volver porque el fue a recibir el reino, pero su ausencia no implica el desaparecimiento del reino aquí en la tierra, porque ha quedado la iglesia universal y en ella se cumplen los misterios del reino. Este reino si tú lo quieres ver así comienza en Pentecostés y la entrada a este reino espiritual se inicia con el bautismo. Porque Jesús reina desde ya por medio del Espíritu Santo y los que pertenecen a este reino tienen dones, que como tu bien sabes son los dones del Espíritu Santo y a su vez estos dones producen frutos, probablemente José de Arimatea entendió esto y el esperaba el reino, por ello es que él no había consentido en el acuerdo de los que formaban el consejo y tampoco había consentido tales hechos.

Por ello Jesús dijo bien, por sus frutos los conoceréis, y yo te digo, conoceréis a los ciudadanos del reino, por sus acciones positivas, y gracias a Dios de los miles de millones que habitan el planeta tierra a millones que son ciudadanos del reino de Dios, quede claro, el reino de Dios no es solo la Iglesia, sino todos aquellos que hacen la voluntad del padre y actúan conforme a esta voluntad.

Muchos hoy esperan reinos o gobiernos basados en los pensamientos humanos y se aferran a creencias como el socialismo, el capitalismo, el comunismo y otras tantas tendencias de gobierno. Lo cierto es que se equivocan porque la historia ha demostrado que ningún tipo de gobierno satisface a los hombres y como siempre los poderosos son los que están bien. Baste ver al gobernante sea cual fuere su ideología de gobierno, el que gobierna siempre estará bien y gozará de los manjares en su mesa y no pasará pobrezas ni repartirá lo suyo entre el pueblo.

Cuando el reino de Dios se instaure en la tierra, ciertamente todo cambiará y estará destinado para los ciudadanos del reino de Dios, los cuales obtienen su pasaporte por así decirlo aquí, hoy, no mañana.

Los requisitos son bien fáciles, arrepentirse, creer y bautizarse, porque la ley Dios la pondrá en tu corazón. Esta en tu persona, esperar en tu vida la venida del reino, así como lo esperaba José de Arimatea, que quizás comprendió que no era un reino material, sino un reino espiritual y recuerda que el espíritu no muere, este vive para siempre.

José de Arimatea fue a Pilatos y le pidió el cuerpo de Jesús. Esto para poder sepultarlo antes de que el sábado hiciera su entrada, porque como bien sabes, ellos los judíos no podían tocar cadáveres en día sábado, porque se volvían inmundos, José sabiendo esto solicita a Pilatos el cuerpo.

Veamos una contraposición al día de hoy, en la eucaristía ciertamente se toca y se come el cuerpo de Cristo, no para darle sepultura, sino para comulgar, para que el cuerpo de Cristo dé vida y la dé en abundancia. Tu no te acercas al rito de la eucaristía para llevar un cuerpo muerto al sepulcro, al contrario, te acercas para que tu cuerpo tenga vida, tu espíritu tenga vida y se fortalezca. Por ello pienso que hay muchos que tienen similitud con José de Arimatea, y estos son los ministros de la eucaristía que piden la venia al sacerdote, para poder llevar el cuerpo de Cristo a los enfermos, a los que no pueden acercarse a la misa, para poder comulgar. Aquí no se da el descendimiento de la cruz, se da el descendimiento del altar, no se lleva el cuerpo a enterrarlo, se lleva el cuerpo de Cristo muerto, esta vivo para que de vida.

Si tu estás enferm@, no dejes de pedir el cuerpo de Jesús, pídelo a los sacerdotes o a los ministros de la eucaristía. Que tu postración no impida el que comulgues, porque Cristo dio su cuerpo para que tú vivas y vivas eternamente.

Jesús fue puesto en un sepulcro donde no había sido puesto nadie. Es decir nuevo, no cabe duda que José de Arimetea se desprendió de un bien para poder hacer reposar el cuerpo del crucificado. Esto me recuerda casos en que familiares o amigos dan servicios fúnebres y nichos o sepulturas que han comprado a otros que los han necesitado. Lo hacen por piedad o misericordia actúan igual que José de Arimetea.

La escritura menciona que era el día de la preparación víspera al día de reposo. Veamos algo sobre este día el cual era llamado sábado o bien día de reposo:

Esto implicaba cesar cualquier tipo de actividad y tiene un origen que se basa en el relato de la creación, Dios reposó en el séptimo día de toda su obra lo bendijo y santificó. Los israelitas tomaron esto para sí y se menciona en el libro del éxodo, y era un día consagrado a Dios y por lo tanto aparece en el decálogo. Es por ello que el hombre está llamado a participar de esta bendición y cesar también en sus obras en el día de reposo santificándolo. Tiene también un sentido muy profundo porque recuerda la liberación del pueblo de manos de los egipcios. Así mismo se entiende el sábado o día de reposo como un signo del pacto perpetuo celebrado por el Señor con Israel.

El decálogo prohibía de manera general llevar a cabo alguna obra durante este día. Incluso no se podía hacer fuego en ninguna casa para cocinar, la comida debía ser preparada un día antes, aun el recoger leña se consideraba como violación a esta observancia y corrían el peligro de ser castigados con la muerte, no podían viajar, no podían comerciar, la razón, es porque el sábado era el día consagrado al Señor. Se debían inmolar en el santuario, dos corderos, además del holocausto perpetuo de los días ordinarios. Los dos panes de la proposición eran renovados cada sábado y este día era considerado como un día de gozo.

En los evangelios y Hechos, el sábado es frecuentemente mencionado en relación con los judíos. En el resto del nuevo testamento se cita más o menos en dos ocasiones y más que todo para indicar su significado espiritual. Para los cristianos no lleva obligación alguna de observarlo. La iglesia recomienda guardar el día domingo para frecuentar la eucaristía como día festivo del Señor.

Dicho lo anterior se entiende entonces el porque era importante el día de la preparación y la de guardar el día de reposo.

En lo que a ti respecta, guarda el sábado espiritualmente, siendo mejor cada día, preparándote para la venida del Señor que es cuando el terminará su obra de salvación y todos descansaremos en el Señor. Si lo quieres ver así el sábado es una figura del verdadero sábado que se cumplirá con la venida del Señor.

El cortejo fúnebre lo componían las mujeres que habían venido desde Galilea y vieron como fue puesto en el sepulcro, estas mismas mujeres prepararon especias aromáticas y ungüentos, descansando para el día de reposo. Hasta aquí llega el relato que nos interesa, la muerte de Jesús en la cruz y su sepultura, parecía que allí se terminaba todo y, los príncipes de los sacerdotes y todo aquel que deseaba su muerte terminaba feliz. Indudablemente se equivocaron, la prueba, la tienes tu hoy, más de dos mil años y se sigue recordando la muerte del hombre justo, la iglesia a perdurado y continuará hasta la venida del Señor.

Hoy ya no son solamente testigos las mujeres, sino todos los creyentes alrededor del mundo que suman millones, ciertamente no vieron ni nosotros vimos dichos acontecimientos, pero creemos que así sucedió, porque creemos en la sagrada escritura, los evangelios que fueron escritos por hombres inspirados por Dios y que son nuestro legado hasta el día de hoy.

Creo en la muerte y sepultura del hijo de Dios, por una simple y sencilla razón, TENGO FE. Es más que suficiente ante la incredulidad de muchos que todo lo ven a la luz de la razón, de la ciencia y de la prueba científica. Es por ello que invoco las palabras de Jesús que dijo: BIENAVENTURADOS LOS QUE NO VIERON Y CREYERON. Tú y yo pertenecemos a este grupo de benditos, porque no vimos y sin embargo creemos.

Son millones los que creen que Jesús clamo diciendo al padre, en tus manos encomiendo mi espíritu, son millones los que creemos lo que dice el evangelio y por esos millones la fe subsiste y espera en la venida del Señor.

Hoy muchos cuestionan la existencia de Dios, suponiendo que Jesús no fue el hijo de Dios, suponiendo que fue un hombre común y corriente, hombre mortal, los escépticos cuestionan la inactividad de Dios ante los acontecimientos históricos de la humanidad y preguntan ¿Por qué no hiciste nada? ¿Por qué tu Dios no hace nada?, la respuesta la ilustro con el siguiente ejemplo:

Se hallaba un sacerdote sentado en su escritorio junto a la ventana, preparando un sermón sobre la providencia. De pronto oyó algo como una explosión, y a continuación vio cómo la gente corría enloquecida de un lado para otro, y supo que había reventado una presa, que el río se había desbordado y que la gente estaba siendo evacuada.

El sacerdote comprobó que el agua había alcanzado ya la calle en la que él vivía y tuvo cierta dificultad en no dejarse dominar por el pánico. Pero consiguió decirse a sí mismo: aquí estoy yo, preparando un sermón sobre la providencia y se me ofrece la oportunidad de practicar lo que predico. No debo huir como los demás, sino quedarme aquí y confiar en que la providencia de Dios me ha de salvar.

Cuando el agua llegaba ya a la altura de su ventana, pasó por allí una lancha llena de gente: suba Padre, le gritaron. No, hijos míos, respondió el sacerdote lleno de confianza, yo confío en que me salve la providencia de Dios.

El sacerdote subió al tejado y, cuando el agua llegó hasta allí, pasó otra lancha que volvió a insistirle en que subiera, pero el volvió a negarse. Entonces se subió a lo alto del campanario, y cuando el agua le llegaba ya a las rodillas, llegó un helicóptero y ofreció llevarlo. Muchas gracias, contestó el sacerdote sonriendo tranquilamente, pero yo confío en que Dios en su infinita providencia me salvará.

Cuando el sacerdote se ahogó y fue al cielo, lo primero que hizo fue reclamarle a Dios: yo confiaba en ti. ¿Por qué no hiciste nada para salvarme?

Bueno, le contestó Dios, la verdad es que te mandé dos lanchas y un helicóptero. ¿No lo recuerdas?

Como te das cuenta, Dios actúa, lo malo es que el ser humano quiere que sea el propio Dios el que baje y actúe, cuando Dios acude en ayuda del necesitado Él lo hace poniendo todos los elementos naturales a su alcance para enviar la ayuda, toda la creación está pronta a servirle. Caso contrario es, cuando ha llegado el tiempo que Dios ha estipulado para cada quien, en esto se puede decir, misión cumplida.

Lo cierto, es que Jesús confió en su Padre para entregarle su espíritu, y ese ejemplo debe ser suficiente, lo que importa repito, es, la vida eterna, no la vida aquí en la tierra. Aquí se está para una misión.

No esta demás el recordarte que lo que importa es el espíritu aunque, ciertamente el cuerpo es el contenedor del espíritu. Por ello el catecismo de la iglesia nos ilustra al respecto en el numeral 327 donde nos dice: la profesión de fe del IV concilio de Letrán afirma que Dios, al comienzo del tiempo creó a la vez de la nada una y otra criatura, la espiritual y la corporal, es decir, la angélica y la mundana: luego, la criatura humana, que participa de las dos realidades, pues está compuesta de espíritu y de cuerpo.

Como puedes ver, crea el cuerpo del hombre, formado del barro, cuerpo mundano inanimado, luego sopla el aliento de vida, es decir, el espíritu es por ello que el ser humano esta formado por cosa terrenal y angelical, en la angelical reside la imagen y semejanza de Dios, no en la humana, como muchos pretenden hacer creer.

Jesús es formado del barro, del ser de María, ella aportó los genes humanos, Dios aportó los angelicales por medio de la acción del espíritu Santo, entendiendo esto, Jesús clama no por la preservación del cuerpo, sino por la guarda de su Espíritu, que es el inmortal, el que nunca muere.

Entonces puedo decirte a manera de resumen, lo importante es el Espíritu, es lo que resucitará a la culminación del tiempo, pero, como Jesús lo demostró con la transfiguración y con la resurrección, el espíritu le dará forma a un cuerpo y que bien puede ser el cuerpo que tenía en vida. Pero no será un cuerpo corrupto sino un cuerpo glorioso, angelical, un cuerpo que no pertenece a esta dimensión sino un cuerpo como el que Jesús mostró a los apóstoles después de la resurrección. De momento no quiero profundizar en el tema, porque lo que nos concierne es la muerte y sepultura de Jesús, que por cierto no se quedó en el sepulcro.

Así como toda catequesis recibida, al planteamiento expuesto aquí exige una respuesta y esa tú la tienes que dar y te sugiero lo siguiente: Creer y tener la plena confianza en Dios.

Bendito y alabado sea el Señor por siempre Amen.

Luis Mayorga

Ministerioisaias@gmail.com

Próxima catequesis: Descendió a los infiernos.

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