PRESENTACION BIENAVENTURANZAS 1


Querido herman@, paso a paso te has adentrado en los ejercicios espirituales que el ministerio Isaias 6,8 por inspiración del Espíritu Santo ha propuesto. Hoy iniciaras una semana mas de ejercicios que como único fin buscan la santidad. ¿ Imposible ?, ! No !, para Dios todo es posible. San Agustín parecía imposible que llegase a ser santo y, es uno de los doctores de la Iglesia. El es un ejemplo de lo que el Espíritu Santo puede hacer en la vida de las personas.

Es por ello, que tu, teniendo plena confianza en Dios, también estas invitad@ a buscar la santidad. Lo puedes lograr, la oración de Jesús fue '' Padre, no pido que los saques de este mundo'', la razón?, simple, estamos llamados a una misión y nuestros labios deben de abrise para decirle a Dios, aquí estoy yo, envíame a mi. Bien lo dijo San Pablo, otro ejemplo a seguir, nuestra lucha no es con seres de este mundo, es espiritual y también dijo, todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Así que manos a la obra, continua con tus ejercicios y a luchar con la armadura de Cristo, el camino es angosto, pero no imposible de pasar.

Con las oraciones básicas, aprendiste mucho y te preparan para una mejora espiritual, con los 7 capitales, descubriste los demonios que habitan en ti y habitaban. Con los dones del espíritu, aprendiste a desearlos y querer ser poseedor de ellos, con los 10 mandamientos descubriste y has ido descubriendo cuanto realmente amas a Dios y ahora te adentraras hacia las bendiciones que vienen de los alto, porque hay que buscar el ser bendecido, recuerda que las bendiciones son de mucho valor y esta demostrado a lo largo de las Sagradas Escrituras y hay que buscar el ser bendecido, no solo por las personas si no que también por el mismo Dios, lo dijo Jesús, '' Venid benditos de mi Padre''. Yo se que el Espíritu te ira revelando poco a poco lo imperativo que es el ser bendito.


Las solemnes bienaventuranzas (beatitudines, benedictiones) que marcan el inicio del Sermón de la Montaña, el primero de los sermones de Nuestro Señor en el Evangelio de San Mateo (5, 3-10). Cuatro de ellas reaparecen en una forma ligeramente diferente en el Evangelio de San Lucas (6, 22), de igual modo al comienzo de un sermón, y que discurren paralelamente a Mateo, 5-7, si no a otra versión del mismo. Y aquí se ilustran con la oposición de las cuatro maldiciones (24-26). El relato más completo y el lugar más destacado que se da a las Bienaventuranzas en San Mateo están bastante de acuerdo con el alcance y la tendencia del Primer Evangelio, en el que el carácter espiritual del reino mesiánico – la idea suprema de las Bienaventuranzas – es continuamente destacado, en agudo contraste con los prejuicios judíos. La peculiarísima forma en la que Nuestro Señor manifestó sus bienaventuranzas las convierte, quizás, en el único ejemplo de sus dichos que puede ser calificado de poético – al ser inequívocamente claro el paralelismo de pensamiento y expresión, que es la característica más notable de la poesía bíblica

CRÍTICA TEXTUAL

En lo que respecta a la crítica textual, el pasaje no ofrece dificultad seria. Sólo en el versículo 9, la Vulgata y muchas otras autoridades antiguas omiten el pronombre autoi, ipsi; probablemente es una omisión meramente accidental. Cabe, también, una seria duda crítica, si el versículo 5 no debería ser colocado antes del versículo 4. Sólo la relación etimológica, que en el original se supone ha existido entre los “pobres” y los “mansos”, nos hace preferir el orden de la Vulgata.

Inaugurando la XVII Jornada mundial de la Juventud, Toronto, (25 de julio, 2002), S.S. Juan Pablo II les ha entregado a los jóvenes las Bienaventuranzas como quien le entrega a los “centinelas en la aurora del tercer milenio” la Carta Magna del cristianismo. Así las definió el Papa añadiendo que son las señales de tráfico que indican la dirección que es preciso seguir. Un camino que Jesús ha recorrido primero. Siguiendo a Jesús por ese camino se accede a la felicidad y la verdadera alegría. Las Bienaventuranzas no son más que la descripción del rostro de Jesús y al mismo tiempo, son el retrato del discípulo.”

Las enseñanzas del Papa han confirmado la conveniencia de publicar esta exposición de las Bienaventuranzas que el autor venía predicando en retiros a fieles, seminaristas y sacerdotes. Diversos oyentes de sus predicaciones han manifestado el deseo de verlas publicadas: “Padre; sería espectacular que pueda publicar las reflexiones sobre las Bienaventuranzas”; “No dejo de admirar la gracia que produce leerlas”; “Son especiales para la cuaresma”; “Me sirvieron mucho para rezar con ellas”; “Quería pedirle permiso para trabajarlas en el grupo de oración”; “Regalé un par de juegos de fotocopias”; “Nunca había escuchado hablar así de las Bienaventuranzas; es como si se corriera un velo que las cubría”; “Hice con ellas mi retiro anual y el Padre entró en mi vida. Desde entonces las retomo en el retiro mensual” “Se las presté a otra Hermana que ha estado orando con ellas y me insiste en que le diga que las publique”; “Siempre me quedaba en felices y no podía profundizar”; “Le doy gracias a Dios por regalarme este escrito ahora, pero más gracias porque puedo entender, me resulta sencillo, despierta deseos de ser de Dios. Sólo de Él.” “Sería bueno sacarlas en forma de librito.”

Este ‘Comentario espiritual’ de las Bienaventuranzas las explica a la luz de las Sagradas Escrituras, mostrando cómo las vivió Jesús y el Padre las realizó en Él. Tiende a mostrar cómo las vivió el Hijo, para ayudarnos a ‘vivir como hijos.’


Comentario sobre las Bienaventuranzas en general

1) Las Bienaventuranzas son el prólogo o el exordio del Sermón de la Montaña. Son promesas de felicidad y al mismo tiempo enigmas. Encienden nuestro deseo y despiertan nuestra intriga. Ellas son también, en cierta manera, como el resumen y la esencia cifrada de todo lo que Jesús enseña en el Sermón de la Montaña.


2) "El Sermón de la Montaña – y dentro de él las Bienaventuranzas - es el retrato más fiel de Jesucristo que podamos tener y, en consecuencia, es el modelo de vida más exacto que él mismo nos haya propuesto. Y también nos revela los rasgos que el Espíritu Santo quiere reproducir en nosotros. A fin de modelarnos y con-formarnos con la imagen y semejanza del Hijo de Dios."


3) "El Sermón de la Montaña propone un programa de vida vivida en la fe en el Hijo de Dios y en un espíritu filial ante el Padre celestial."


4) En el Sermón de la Montaña Jesús es el Maestro que:

  • nos enseña
  • a todos
  • con el ejemplo de su vida y con sus palabras
  • a vivir como Hijos de Dios
  • y nos comunica las promesas del Padre
  • viviendo como Él vivió, los que quieran ser sus discípulos aprenderán de él a vivir como Hijos de Dios.


    De ese modo, el Padre cumplirá en ellos sus promesas, como antes las cumplió con Jesús. No es otra cosa lo que Jesús tiene para enseñarnos: vino a enseñarnos con su ejemplo y su palabra a vivir como Hijos de Dios. No vino a traer doctrinas esotéricas, sino esta única y divina sabiduría. Y esta sabiduría y vida divina de hijos, se ofrece a todos los hombres.


    6) “Jesús – dijo Juan Pablo II - no se limitó a proclamar las Bienaventuranzas; también las vivió. Al repasar su vida, releyendo el Evangelio, quedamos admirados: el más pobre de los pobres, el ser más manso entre los humildes, la persona de corazón más puro y misericordioso es precisamente él, Jesús. Las Bienaventuranzas no son más que la descripción de un rostro, su Rostro. Al mismo tiempo, las Bienaventuranzas describen al cristiano: son el retrato del discípulo de Jesús, la fotografía del hombre que ha acogido el reino de Dios y quiere sintonizar su vida con las exigencias del Evangelio. A este hombre Jesús se dirige llamándolo "bienaventurado". La alegría que las Bienaventuranzas prometen es la alegría misma de Jesús: una alegría buscada y encontrada en la obediencia al Padre y en la entrega a los hermanos.”


    7) La doctrina de Jesús no es diversa de su vida. Es su vida misma convertida en contenido de su enseñanza. Por eso, no hay mejor comentario para las palabras de la enseñanza de Jesús, cuando no entendamos lo que quiere decir, que observar su propia vida. Por ejemplo, si queremos saber qué significa "poner la otra mejilla" (Mt 5,39; Lc 6,29) tenemos que contemplar a Jesús en su Pasión, respondiendo al siervo del pontífice que acaba de golpearlo en el rostro: "si he hablado mal prueba en qué; y si no, ¿por qué me pegas?" (Juan 18, 23) Jesús pone la otra mejilla exponiéndose a un castigo mayor al pedir explicaciones. Lejos de una actitud de cobardía y achicamiento, Jesús muestra así su valentía, su coraje.


    8) Para comprender el alcance y el significado de las Bienaventuranzas (Mateo 5, 1-12), el mejor camino es ver cómo las vivió Jesús y cómo se cumplieron en él lo que prometen.

    ¿Ideales imposibles? ¿Ley impracticable? ¿Mandamientos imposibles de cumplir? ¡No! ¡Promesas del Padre! ¡cumplidas en Jesús, en María, en los santos y ofrecidas a todos los que quieran vivir como el Hijo.


    9) Y por ser promesas del Padre a los que vivan como hijos, para comprenderlas hay que considerar atentamente cómo las vivió Jesús y cómo el Padre le cumplió las promesas.


    10) De hecho, las Bienaventuranzas se oponen punto por punto a las normas de vida y a la jerarquía de valores corrientes por el que se rige, en la práctica, el “hombre de hoy” en el mundo moderno.

  • a nuestro apetito de riquezas oponen la pobreza
  • a nuestros instintos de fuerza, de violencia y de dominación de los demás, oponen la mansedumbre
  • a nuestra hambre de autoafirmación y a nuestra sed de disfrutar, oponen el hambre y sed de justicia; y no de cualquier justicia, sino de la que supera la de los escribas y fariseos, es decir, la justicia de los hijos de Dios
  • a nuestra dureza de corazón, oponen la misericordia de Jesús y del Padre;
  • a nuestra susceptibilidad e inclinación al conflicto, oponen el espíritu de paz;
  • a nuestra vanidad y a nuestra dependencia de la opinión ajena, oponen la libertad de los hijos, que no buscan su propia gloria sino la del Padre.


    11) ¿Nos predica el Sermón de la Montaña una moral inaplicable en lo concreto? ¿Nos sitúa ante un ideal imposible? Parecería que en las Bienaventuranzas, Jesús se complaciera en poner la felicidad y la bienaventuranza en todo lo que nos repugna y nos asusta.


    12) Lo que pasa es que vivir como hijos de Dios Padre es algo distinto que el modo de vivir del hombre natural y aún de la elevada justicia de los judíos piadosos. El hombre natural se inclina a poner la felicidad en el bienestar. Los escribas y fariseos en la guarda de los mandamientos. Lo que Jesús describe es un modo de vivir que, o bien se recibe de manos del Padre o es, en verdad, inalcanzable. Nadie puede alcanzarlo por sí mismo. Sería como darse el ser a sí mismo, sin intervención de un padre. La bienaventuranzas revelan que la felicidad no consiste en el bienestar sino en el amor de hijos al Padre y en recibirlo todo del Padre viviendo en su amor.


    13) El Sermón de la Montaña sería una moral inaplicable y un ideal imposible si solamente nos ofreciera una ley como las demás: un texto, un código de conducta, una serie de mandamientos. Pero las Bienaventuranzas son principalmente promesas, ofertas, invitaciones. Promesas de la acción del Espíritu santo en el corazón del hombre. Lo que tienen que hacer los que aspiran a vivir como hijos, es, antes que nada, creer en las promesas del Padre, cumplidas en Jesús y que Jesús nos hace en la Bienaventuranzas. Las Bienaventuranzas contienen las promesas y la revelación de lo que el Espíritu Santo quiere llevar a cabo en nuestras vidas, si nos prestamos a su acción por la fe y la caridad: hacernos vivir como Hijos del Padre. Para los hombres es imposible, pero para Dios todo es posible.


    14) Las Bienaventuranzas son promesas de que a los que vivan como Jesús, el padre les dará lo mismo que dio a Jesús "El que quiera ser mi discípulo niéguese a sí mismo cargue su cruz y sígame... quien pierda su vida por mí y por el evangelio, ese la salvará." (Marcos 9, 34-35) San Ignacio de Loyola propone la invitación de Jesús a seguirlo en estos términos "Quien quisiere venir conmigo ha de trabajar conmigo, porque siguiéndome en la pena también me siga en la gloria."


    15) Comentaremos una por una cada Bienaventuranza tratando de comprenderlas a la luz de la vida de Jesús, el Hijo de Dios. Cómo la vivió Jesús y cómo el Padre le cumplió la promesa que cada Bienaventuranza contiene.


  • DESPUES DE HABER LEIDO ESTO, PROCEDE A INICIAR LA CATEQUESIS SOBRE LA PRIMERA BIENAVENTURANAZA Y QUE DIOS TE ILUMINE Y AYUDE A SER SANTO.
    LUIS MAYORGA



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