lunes, 27 de enero de 2025

David

La narrativa de David y Saúl se desarrolla a través de elementos profundamente humanos que, en obras contenidas en la Biblia como el pasaje de 2 Samuel 5,1-7.10, se asignan a la providencia divina. Dios utiliza tanto las virtudes como los defectos, así como los triunfos y los fracasos de la humanidad, para guiar los destinos del pueblo y asegurar la realización de sus planes de salvación.

 El autor del libro de Samuel establece de manera evidente que el Señor acompañaba a David. La narrativa de David se reitera en múltiples dimensiones y a lo largo de diversas épocas. Dios no opera mediante milagros constantes, sino a través de aquellos individuos que materializan sus designios. Nuestros logros, así como nuestras falencias e incluso nuestras transgresiones, se convierten en herramientas para que Dios elabore su narración, la narrativa de la salvación.

En nuestra existencia, deberíamos armonizar los esfuerzos humanos con la fe en Dios y la receptividad hacia sus designios. Esto nos facultaría para ser más humildes ante nuestros logros y más aptos para afrontar los fracasos sin adoptar posturas trágicas.

David nos ofrece una valiosa lección: nuestras actitudes y la forma en que tratamos a los demás deben orientarse hacia la construcción de la unidad en nuestros entornos, ya sean familiares, sociales o religiosos. Sería deseable lograr la unidad ecuménica entre todos los cristianos, de la misma manera en que David logró la unificación de su pueblo. Ministerio Isaías


 

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