viernes, 5 de febrero de 2016

liderazgo 02



 ¿Quién es el líder  espiritual?

El director y líder  del alma es propiamente el Espíritu Divino; frente a su acción, el líder  humano cumple un papel preparatorio y subsidiario: debe llevar al alma a que escuche a Dios, lo obedezca y sea generosa en su respuesta a Él. Todo líder  espiritual debe dar a cada alma la indicación que dio Helí a Samuel: si vuelven a llamarte di: habla, Señor, que tu siervo escucha (1 Sam 3, 9).


El Catecismo habla de los Dones del Espíritu Santo, que son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu Santo.
Son siete:
Don de Sabiduría: Es un gusto especial para lo espiritual.
Don de Entendimiento: Es una gracia del Espíritu Santo para comprender la Palabra de Dios y profundizar en las verdades reveladas.
Don de Consejo: Es una luz para saber en cada momento lo que es la voluntad de Dios. Nos ayuda a obrar rectamente.
Don de Ciencia: Nos hace saber distinguir entre lo verdadero y lo falso en orden a la vida eterna.
Don de Fortaleza: Es una fuerza especial para obrar valerosamente lo que Dios quiere de nosotros, y sobrellevar las contrariedades de la vida.
Don de Piedad: Es un afecto filial a Dios como Padre, y a los hermanos como hijos del mismo Padre.
Don de Temor de Dios: Es una humilde actitud de temor a ofender a Dios, reconociendo nuestra debilidad.
Los dones del Espíritu Santo son unas gracias especiales y permanentes que potencian nuestras virtudes cristianas y nos hacen reaccionar más en sintonía con Dios
Además de los dones del Espíritu Santo, están los frutos. Son: amor, alegría, paz, bondad, etc.


Deuteronomio 5:27 Mejor acércate tú, y escucha todo lo que el Señor nuestro Dios te diga, y ya luego nos dirás lo que te haya comunicado, y nosotros cumpliremos lo que se nos diga.”
1samuel 3:9 dijo a éste: —Ve a acostarte; y si el Señor te llama, respóndele: “Habla, que tu siervo escucha.” Entonces Samuel se fue y se acostó en su sitio.
10 Después llegó el Señor, se detuvo y lo llamó igual que antes: —¡Samuel! ¡Samuel! —Habla, que tu siervo escucha —contestó Samuel.
Siracides 6:33 Si te gusta escuchar, aprenderás; si pones atención, te instruirás.
34 Júntate con los ancianos cuando se reúnan; cuando veas un sabio, júntate con él.
35 Procura escuchar toda explicación, y que no se te escapen los dichos sensatos.
Lucas 10:16 »El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; y el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió.»
1timoteo 4:15 Pon tu cuidado y tu atención en estas cosas, para que todos puedan ver cómo adelantas.
16 Ten cuidado de ti mismo y de lo que enseñas a otros, y sigue firme en todo. Si lo haces así, te salvarás a ti mismo y salvarás también a los que te escuchan
Santiago 1:19 Recuerden esto, queridos hermanos: todos ustedes deben estar listos para escuchar; en cambio deben ser lentos para hablar y para enojarse.
20 Porque el hombre enojado no hace lo que es justo ante Dios.

SEMÁFOROS
No hay ciudad en el mundo desarrollado que pueda funcionar sin semáforos. Si bien no constituyen barreras físicas, los conductores optan por ejercer autocontrol y en su mayoría siguen sus instrucciones: se detienen con la luz roja, actúan con precaución con la amarilla, y avanzan con la verde. El automovilista que se pasa una luz roja pone en riesgo su vida y la de los demás. En cambio, respetando las señales de colores aumentamos las probabilidades de que cada uno arribe a su destino sano y salvo.
Lo mismo pasa en la vida.
● Luz roja
¡Lávense, purifíquense! No me hagan el testigo de sus malas acciones, dejen de hacer el mal. Isaías 1:16,17
Zaqueo era recaudador de impuestos, actividad que nunca ha sido bien vista. Para colmo, no daba demasiada importancia a la honestidad. Así y todo, hizo un esfuerzo para escuchar lo que Jesús enseñaba, y a su vez Jesús hizo un esfuerzo para reunirse con él. Zaqueo entendió claramente el mensaje de que debía dejar de hacer trampas y de engañar a las personas de quienes recaudaba impuestos. Vio la luz roja. Se detuvo en seco, hizo un compromiso y devolvió todo lo que había robado y más.
¿Qué querrá Dios que yo deje de hacer? ¿Tengo algún pecado o vicio? Tal vez sea fumar, o comer en exceso; quizá sea jugar videojuegos hasta altas horas de la noche, o perder la paciencia con un familiar o compañero de trabajo. Podría ser simplemente dejar las luces encendidas y malgastar electricidad.
Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Santiago 4:8
Señor, ayúdame a estar pendiente de los semáforos en rojo que me pueda encontrar, a parar lo que no me ayuda, ni hace bien a los demás, ni te complace a Ti.
● Luz amarilla
El sabio teme y se aparta del mal; mas el insensato se muestra insolente y confiado. Proverbios 14:16
Una luz amarilla puede tener diversos significados según la situación. En todo caso, el mensaje que da cuando es intermitente es: «¡Cuidado! ¿Estás seguro de que debes seguir?»
Una mujer en la más extrema pobreza estaba a punto de cocinar los pocos alimentos que le quedaban. Aquella iba a ser la última comida para ella y su hijo. No obstante, se presentó el profeta Elías y le pidió que le preparara una tortita. ¿Debía darle lo último que le quedaba? Sin duda se detuvo a pensarlo. Al final optó por confiar en Dios y dar de comer primero a Su profeta. La Biblia explica que, como consecuencia de aquel acto de fe, su provisión de alimentos se multiplicó milagrosamente, y su casa sobrevivió a la hambruna.
No siempre es posible saber de antemano el efecto que tendrán nuestras decisiones. Es parte del misterio de la vida. Lo que podemos hacer es actuar con cautela, sopesar las opciones, considerar las consecuencias y orar por la guía de Dios. Recibir orientación divina puede tomar tiempo. Rara vez obtenemos las respuestas en un abrir y cerrar de ojos.
Muchas flores se abren al sol, pero solo una lo sigue continuamente. Corazón, sé tú el girasol, que no solo se abre para recibir la bendición de Dios, sino que lo busca en todo momento. Jean Paul (1763–1825)
Señor, te ruego que me ayudes a ser prudente. Indícame el camino por el que debo transitar, pues a Ti elevo mi alma.
● Luz verde
Por tanto, id. Mateo 28:19
Luz verde. Señal de avanzar. En la narrativa del Evangelio abundan las personas que se dirigen a algún sitio. El propietario envía a los trabajadores a su viña; a los leprosos recién sanados Jesús los envía al templo; los discípulos son enviados a predicar y enseñar. Jesús mismo estaba siempre en marcha: «Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo». No desarrollaba toda esa actividad solo para mantenerse ocupado; Sus movimientos y Sus acciones tenían un sentido y un propósito bien claros.
Dios nos llama a ser activos. No basta con sentir lástima y pena al ver las necesidades de nuestro entorno; esos sentimientos deben ir acompañados de acción.


Tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: «Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda». Isaías 30:21
La fuerza y la felicidad de un hombre consisten en determinar en qué sentido va Dios y en tomar ese mismo camino. Henry Ward Beecher (1813–1887)
No podemos vivir únicamente para nosotros. Un millar de fibras nos conectan con nuestros semejantes. Nuestras acciones son como hilos de empatía que siguen esas fibras. Parten como causas y regresan a nosotros como efectos. Herman Melville (1819–1891)
Salmos 143:8
Por la mañana hazme saber de tu gran amor,
porque en ti he puesto mi confianza.
Señálame el camino que debo seguir,
porque a ti elevo mi alma.
Mateo 20:6-7  Alrededor de las cinco de la tarde, salió y encontró a otros más que estaban sin trabajo. Les preguntó: “¿Por qué han estado aquí desocupados todo el día?” “Porque nadie nos ha contratado”, contestaron. Él les dijo: “Vayan también ustedes a trabajar en mi viñedo.”
Santiago 2:15-16  Supongamos que un hermano o una hermana no tienen con qué vestirse y carecen del alimento diario, y uno de ustedes les dice: «Que les vaya bien; abríguense y coman hasta saciarse», pero no les da lo necesario para el cuerpo. ¿De qué servirá eso?

ESCUCHAR
Escuchar (oír), en la Biblia, es casi siempre más que el mero escuchar: cuando Dios escucha, significa que Él ha concedido algo (Jos. 10:14). Cuando un hombre escucha, significa que saca las consecuencias de lo que ha oído (Jer. 26:3 ss.; Lc. 6:47).
Escuchar es el camino por el que el hombre llega a la fe (Ro. 10:14).


capitulo 01 liderazgo espiritual

DESTACADO

Orientación para los papás